Electricidad había en la sala José Hernández, una de las salas más grandes de la Feria del Libro, mientras el público presente aguardaba que comenzara el evento y los más rezagados seguían entrando lentamente, a cuenta gotas, hasta llenar los pocos asientos que quedaban vacíos. En el escenario esperaban un escritorio, tres micrófonos, tres sillones y una bandera vertical serigrafiada que mostraba la tapa de un libro y su título. Se trataba de Soy una tonta por quererte, que editó Tusquets, y cuya autora todo el mundo esperaba.
Llegó. Se trataba de Camila Sosa Villada, que recibió una ovación y, cual una rockstar, gritos de sus fans. Estaba acompañada por “La Negra” Vernacci (la gran locutora y símbolo de la radio más disruptiva se llama Elizabeth, pero se da vuelta por la calle si le gritan: “¡Negra te amo!”) y Bárbara “Barbie” Di Rocco, una autora trans de libros dirigidos a los niños que tienen el fin de que se formen y debatan la manera de ser educados de manera inclusiva. Sosa Villada tomó el micrófono y dijo: “Buenas noches”, antes de que las tres comenzaran a leer el cuento “La casa de la compasión”.
El relato pertenece al libro de cuentos escritos por Camila llamado Soy una tonta por quererte y que es ya un fenómeno de ventas basado en el talento de la escritora y en que su voz expresa una vertiente no explorada de manera previa en la literatura argentina con tanta potencia, aunque es cierto que hubo y hay otras escritoras trans en la historia de las letras del país.
Sosa Villada es actriz, protagonizó obras de teatro en su Córdoba natal (donde aún vive), y luego cine y televisión en series en las que la condición trans formaba parte del paisaje narrativo. Las malas fue su primera novela publicada en 2019 y dio pie a un fenómeno que ya se había esbozado en su blog “La novia de Sandro”, nombre con el que también es conocida en las redes sociales. Sosa Villada comentó que el coordinador del taller de escritura al que asistía, el fallecido Juan Forn, le planteó que era tiempo de escribir cuentos que mostraran su idoneidad en el oficio de escribir. Dicho y hecho, el cuento que leyeron las tres (Camila, La Negra y Barbie) en el escenario dio cuenta de que había cumplido con Forn con creces.
Llegado el punto final de “La casa de la compasión”, un relato de ribetes almodovarianos, Sosa Villada agradeció al público y a sus acompañantes y anunció que firmaría ejemplares a partir de las 20 en el stand de Editorial Planeta. Pronto la masa enfiló hacia allí. Una masa diversa, joven y con vestimentas coloridas, sin género, libres. Había una fila enorme. Camila Sosa Villada firmaría cada libro e intercambiaría algún comentario con cada uno y cada una de sus lectores hasta que la hora límite llegara. O como dicen en los boliches, de madrugada, hasta que prendan las luces para indicar el fin.
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