“En casa sobraban lápiz y papel”. El que habla es Costhanzo, artista y dibujante, en conversación con Fernando Pagano en el stand de Leamos en la Feria del Libro de Buenos Aires. Dos papás artistas plásticos: un artista abstracto y una escultora. “Como el hijo del músico que tiene los instrumentos tirados en el piso”, sostiene.
“Si bien nunca fui un virtuoso, lo que me movía era la pasión”, asegura con modestia. Trabajó para medios internacionales como The New Yorker y The Guardian, marcas como Absolut y festivales como El Emergente.
Nacido en 1969 en la Ciudad de Buenos Aires, donde vive actualmente, durante toda su vida se inspiró en la música, el cine, la literatura, las artes. El humor, asegura juega un papel importante en su trabajo.
Se define como un anfibio: criado en lo analógico y lanzado de lleno a lo digital. “Después te vas dando cuenta que cada uno va teniendo su herramienta a su tiempo y es lo que hay que aprovechar”, dice.
“Hubo un momento en que me planteé tratar de ser virtuoso y dije: no, no, el camino de las ideas es más noble. Ahí paré con cierto entrenamiento del dibujo y busqué más el de las ideas”, dice.
“La suavidad del pincel con la tinta china sobre determinado papel es una sensación que no te la da lo digital”, asegura. La conversación entre Costhanzo y Pagano se puede ver en el video.
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