“Me dejaban poner música porque tenía muchos discos que me mandaba mi primo, que estudiaba en Estados Unidos, para que yo se los guardara. Tenía todos los de los Doors, Frank Zappa, Marvin Gaye… Entonces los pibes que eran DJ’s me veían con esos discos y ya sabían lo que tenía”, contó Bobby Flores en su charla con Infobae Leamos en la Feria del Libro, un diálogo con el periodista Hugo Martin. Hablaba de cómo debutó como Disc Jockey en los bailes del carnaval de febrero de 1977 en el Club Deportivo San Andrés.
La cosa no venía fácil: “Me dejaban una música que no escuchaba nadie, José Luis Perales, discos rayados de Gloria Gaynor. Estaban todos comiendo choripán, no escuchaban”. Contó que después fue a la radio y lo mandaron a la discoteca. “Empecé a robar discos a lo grosso, porque estaban todos prohibidos y me decían ‘tiralos’. Zeppelin, Deep purple. Todo melenudo con aspecto de maricón para los militares no iba a sonar ahí. Me hice una discoteca importante para un pibito”.
Dijo que mucha gente descubrió el rock durante la Guerra de Malvinas, pero que “no era gran cosa: estaban Charly, Pappo y Luis (Alberto Spinetta)”. Y que lo demás era “medio relleno”. Dijo que en Argentina pasó algo que no pasó en ningún otro lado: “Se acabó la dictadura un jueves y el sábado había 200 shows. Fito, Charly, Sumo, estaban todos guardados. Fue una explosión de talento y buen gusto.
- Los musicalizadores en ese momento tenían que cubrir la música en inglés.
- En la dictadura estaban guardados ensayando en sótanos y garajes. La cultura joven siempre se hace camino. A pesar de que ahora nosotros los que somos nuevos en ser viejos chotos no sabemos cómo llega eso ahí, pero algunos son buenísimos. Tengo curiosidad, no le hago asco a nada. Hay una ilusión de popularidad que tiene que ver con el cliqueo, cuentan los clicks, no quiere decir que escuchan todo el tema. Trueno tocó con Gorillaz, no es boludez eso. Son todos capos, y el pibe estuvo a la altura. Pero no son todos así. Todo melenudo en los 70 no era Spinetta. Vamos a ver quién queda”.
Los comienzos
“Llegué a Spinetta en la época de Artaud, Pescado Rabioso. Cuando compré discos por primera vez en el 73 venía Santana y mi primo me iba a llevar a verlo. No estaba el disco pero para mí se apareció Jesucristo en la disquería, era como un hippie de camisa de bambula y barba. Me dijo que me podía dar tres discos que salían en ese momento: El lado oscuro de la luna, Trilogía de Emerson, Lake & Palmer y Artaud de Spinetta. Salí de mi habitación transformado en un pendejo loco. Todos mis amigos armaban una banda, yo también pero no quería tocar como Santana, quería tener todos sus discos. Es otra carrera. La música en ese punto me salvó de la dictadura.
- ¿Cuántos discos tenés?
- No sé. Me robaron mucho y robé mucho. No tengo Spotify. Hay muchos discos que tengo yo y que no están ahí. Ya no necesito. Entiendo que mis hijos, mi esposa y amigos estén ahí y están muy bien. El algoritmo, sin desmerecer, me parece una cagada. Te manda todos los discos porque según él te gusta Bowie, pero a mí no me gusta todo Bowie. No te hace crecer, no te da vuelo. Es un indicio, pero de ninguna manera te muestra.
- Escribiste hace poco por qué Charly y Spinetta no llegaron a hacer el disco juntos.
- Hay cosas que no se mezclan, aunque las dos cosas sean buenísimas por separado. Era una vida familiar muy plena la de Spinetta, muy linda. No tenía ganas. Charly estaba con una cofradía de dementes. Se juntaban y Charly seguía de largo, Luis había dormido toda la noche. No iba a funcionar. Salvo que un productor los encerrara en un castillo. Charly iba pintado con aerosoles y con las uñas negras. Terminaron un solo tema, Rezo por vos, y fueron a tocarlo al programa de Eliaschev. Cuando dijeron “y quemé las cortinas”, sonó el teléfono de uno y le avisaron que la casa de Charly se estaba incendiando. Y a Luis le agarró un ataque de paranoia, dijo ‘eso lo puse yo’. Charly enojado le tiró un cenicero a Luis, que no quería salir. No sacaron ni un puto tema entero. Ahí te das cuenta de cuánto vale un productor. Fito y Gustavo tampoco pudieron hacer nada juntos, hay un montón de intentos. Fito y Luis sí, el disco La la la. Pero Fito se corrió ahí. Le decía ‘Qué hacemos, Luis’. Tiene que haber un desnivel, si no, no funciona”.
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