Saramago y Borges, una amistad ficcional unida por la literatura

Pilar del Río, viuda, traductora y albacea del Nobel de Literatura portugés, y María Kodama, viuda y albacea del autor argentino, recorrieron historias que unieron a ambos escritores

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 María Kodama, João Ribeirete y Pilar del Río
María Kodama, João Ribeirete y Pilar del Río

¿Cuál fue la primera obra que Pilar del Río y María Kodama leyeron respectivamente de José Saramago y Jorge Luis Borges antes de conocerlos en persona? ¿Y qué lecturas cruzadas pudo haber entre las respectivas obras del Nobel de Literatura portugués y el autor argentino? Las viudas de los dos escritores protagonizaron esta noche un diálogo en la 46 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires que las llevó por un auténtico laberinto borgeano, poblado de recuerdos y revelaciones.

La celebración del Día de Portugal en La Rural fue apenas la excusa. Porque la mesa se titulaba Homenaje a José Saramago, a 100 años de su nacimiento, pero fue mucho más allá de los tributos formales.

João Ribeirete, representante del Instituto Camões y de Asuntos Culturales de la embajada de Portugal, moderó el evento. Para comenzar, saludó la participación de “dos mujeres extraordinarias, dos interlocutoras de altísimo nivel”. A su derecha, con lentes oscuros, se sentó Kodama; a su izquierda, del Río. Sobre el estrado, se exhibía el volumen Saramago. Sus nombres. Un álbum biográfico.

María Kodama, esposa de Borges y heredera de su legado, partió con una declaración de principios: “Siempre pienso una cosa, cuando a mí me preguntan ‘¿cómo hacemos para entender la obra de Borges?’. No es necesario entender, lo primero, lo más importante, es sentir. Si uno no siente, la amistad, el amor, no pasa nada. Y con una obra es lo mismo. Si uno no siente, espere un tiempo, posiblemente ustedes madurarán y volverán a leerla y la entenderán”.

Pilar del Río firma el Libro de Honor de la Feria
Pilar del Río firma el Libro de Honor de la Feria

Y contó cómo fue su primer contacto con la obra del autor de El Aleph: “Yo tendría siete u ocho años y leí en la biblioteca de mi casa -estaba marcado el libro con un señalador- Las ruinas circulares. Y empiezo a leer: “Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche”.

“Por supuesto, con ocho años no entendí nada, pero el ritmo que tenía eso, y además el tema. Todo eso me fascinó de tal manera que si saliera una ley diciendo que hay que quemar toda la obra de los escritores, salvando solo una pieza, de toda la obra de Borges, sería la única que yo salvaría”.

“Que no hay que quemar la obra de Borges”, acotó Pilar del Río, cómplice con el público, despertando algunas risas. Y María Kodama evocó que, en una entrevista que le hicieron al escritor, le preguntaron justamente por Las ruinas circulares. “Me emocionó tanto... porque Borges contestó: ‘yo escribí ese cuento cuando trabajaba en la Biblioteca Miguel Cané. Lo único que quería era volver a mi casa. En una semana escribí ese cuento y nunca, ni antes ni después, pude escribir algo con esa intensidad’. Esa intensidad es la que sintió una chica de ocho años”.

Pilar del Río, en tanto, contó que el primer libro que leyó del Nobel de Literatura fue Memorial del convento, de pura casualidad y sin saber siquiera si el autor estaba vivo, lo que consultó en la solapa. Y manifestó que, si tuviera que elegir una obra del autor portugués, se decantaría por La caverna.

 María Kodama
María Kodama

“Porque me parece que es un libro para empezar a leer a José Saramago, que es más directo, más sencillo, no tiene metaliteratura como El año de la muerte de Ricardo Reis, o la necesidad de conocer claves históricas como Memorial del convento, no tiene la tragedia de Ensayo sobre la ceguera. Es un libro de un simple alfarero que de repente descubre que lo que él hace y lo que él es ya no es necesario en el mundo. En esa situación estamos muchos y por eso me parece interesante”.

Luego, la esposa, traductora y albacea de Saramago leyó un capítulo dedicado a María Kodama de su reciente libro La intuición de la isla, editado por Itineraria, un pequeño sello de Lanzarote, y que no se publicó en Argentina.

“Borges era un autor fundamental para José Saramago, como queda demostrado por sus declaraciones, tantas, y también en su obra”, citó del libro. Y evocó a través de la lectura de ese fragmento un encuentro muy especial entre Kodama y Saramago en marzo de 2008 en Lanzarote. Un momento único en el que dialogaron sobre Borges, en el primer acto público del escritor tras salir del hospital.

“María Kodama mira a Saramago, que la mira a ella. Deciden leer al maestro en voz alta”. Y “María lee con acento porteño, su voz se va pareciendo a la de Borges, nadie se mueve en la biblioteca (...), nadie quiere que pase el tiempo, tampoco cuando Saramago lee, como si Borges fuera portugués, y tal vez esa tarde lo fuera”, leyó la presidenta de la Fundación José Saramago. Y recordó además que el Nobel de Literatura visitó en Buenos Aires la biblioteca del autor de Ficciones.

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¿Existe alguna constatación de que Borges haya leído a Saramago?, preguntó el moderador. La respuesta de María Kodama -quien se hospedó en la vivienda de Pilar del Río y José Saramago en Tías, el pueblo de la isla de Lanzarote- reveló que sí. Algo que la traductora y periodista española había escuchado alguna vez de la boca de un colega, pero que nunca había constatado con María Kodama.

“Le leí algunas cosas de Saramago y él me dijo que era un gran escritor por la forma en que construía al personaje y que el traductor, que era un buen traductor, había hecho posible que él pudiera llegar al mundo de esa manera”, ratificó la presidenta de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges.

Pilar del Río se encargó de volcar nada menos que 14 libros del autor de Ensayo sobre la ceguera al español. ¿Y cómo vivió la experiencia de traducir junto a su esposo?

“Traducir a José Saramago viviendo con José Saramago y en casa de José Saramago, pésimo”, se rio Pilar del Río. “Carlos Fuentes decía ‘qué suerte, tienes la traductora de español al lado’. Y yo todos los días teniendo que decidir, ¿salvo mi matrimonio o la traducción?”

El acto asimismo contó con la presencia del ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, del embajador de Portugal, Jose Ludovice, y del presidente y del director general de la Fundación El Libro, Ariel Granica y Ezequiel Martínez.

En el inicio del homenaje, Pilar del Río, María Kodama y el embajador portugués firmaron el histórico libro de honor de la feria. Como broche final, el encuentro de ambas mujeres tuvo lugar en la sala Julio Cortázar, otro autor muy admirado por Saramago y que creía firmemente que el azar hace mejor las cosas que la lógica.

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