El hoy presidente Pedro Castillo y la excandidata Keiko Fujimori no fueron los únicos protagonistas de la segunda vuelta electoral. La labor periodística fue cuestionada durante y después del proceso. Este todavía cercano episodio es revivido por el abogado Andrés Calderón en la publicación de Penguin Random House “Polítika vs. Prensa”. El autor conversó con Infobae y reflexionó sobre lo sucedido en aquellos convulsos meses del 2021.
El libro da cuenta de los errores cometidos por jefes de medios periodísticos durante la cobertura de la segunda vuelta. Si esos errores los hubiese cometido yo como redactor o usted como editor que alguna vez lo fue, nuestra salida del medio estaría garantizada. Que no se hayan visto cambios tras los errores ¿no da la señal de que el periodismo está muy lejos de salir de las crisis en la que se encuentra?
Los errores requieren cambios, así como la identificación y transparencia de haberlos cometido. Son muy pocos los que reconocen haberse equivocado durante la campaña. Si no eres capaz de identificar esos errores, lo ideal es que alguien más esté en esa posición porque no solo se está perjudicando al público si no a la misma redacción. El libro da cuenta de las advertencias de ciertos periodistas sobre las decisiones tomadas, pero aun así se insistió en el error.
Sin embargo, no vimos sanciones a quienes sí perjudicaron la labor periodística.
El consumo es una de las formas en las que el consumidor puede hacer sentir su pesar sobre cómo viene desempeñándose ciertos medios de comunicación. También está la crítica, pero el problema es que en redes sociales esta suele ser generalizada por un lado y cobarde por el otro. No hay un argumento concreto, si no el insulto fácil.
Gilberto Hume, director periodístico de América TV y Canal N, aseguró que ve la televisión como un show. Si la población ya sabe de esta visión, ¿por qué sigue consumiendo lo que produce?
En parte los productos periodísticos están enfrentando un momento bien difícil que tiene que ver con la masificación del entretenimiento. Si tienes una cuenta de YouTube ya eres un entertainer y la gente incluso te narra noticias bajo distintos formatos y eso hace que se confunda el rigor periodístico que nunca debería perderse. Hume reconoce en el libro que tenía la visión de convertir a Cuarto Poder en un programa más light, pero cruzó la línea entre el estilo y el mal producto llegando a timar al público.
Y los más perjudicados fueron los rostros del programa cuya credibilidad quedó magullada.
Hubo momentos en que sí se hizo un buen trabajo. El reportaje de Sarratea es importante para entender el manejo del gobierno, pero había tantas piedras en esa mochila que tras el menor error pedían la salida de los conductores. Es un buen ejemplo de los riesgos que asume el periodismo cuando desvía su labor, cuando se vuelve activista, cuando infantiliza la noticia porque el efecto reputacional es notorio y puede durar toda una carrera.
Democracia y libertad fueron términos que se repitieron muchísimas veces-¿Durante la investigación apareció la posibilidad de que esas dos palabras solo fueran excusas para tapar otros intereses?
No lo descarté mientras iba indagando. Pienso que se trató de un interés empresarial de los dueños de los medios de comunicación que, teniendo otros negocios, buscaban asegurarse un mejor entorno económico. Creo que hubo un alineamiento natural de intereses antes que una especie de pacto o de algo arreglado. El problema en esos casos donde hay intereses notorios es que se deberían hacer públicos. Que la gente conozca que tu trabajo puede tener algún tipo de sesgo, pero que igual te vas a comprometer a seguir haciendo un trabajo de forma imparcial sin manchar los hechos.
Hemos constatado que haber ganado un Emmy o la juventud no son garantía de un mejor periodismo. ¿Qué camino les queda a quienes sí desean realizar bien su oficio?
La labor informativa busca trasladar herramientas a los ciudadanos para que tomen mejores decisiones, pero quienes trasladan la información no son responsables de los resultados. Un destape no determina el resultado de una elección o una vacancia, pero sí mueve a las personas y son ellos quienes reaccionan. ¿Qué hacer para generar cambios? La herramienta ciudadana similar a la que tenemos con los políticos o empresarios es manifestando nuestras impresiones al respecto.
Sobre la concentración de medios señalaste que pudiste corroborar, en el caso del Grupo El Comercio, que los directores no coordinaban entre ellos. Pero a partir de lo sucedido en la segunda vuelta, ¿qué apreciaciones tienes sobre ese tema?
A todo el mundo nos preocupa que esto pueda convertirse en falta de pluralidad, si bien no hay coordinación entre directores periodísticos, alguien desde la cabeza podría decidir poner a directores que piensen de manera similar con lo que se pierde la pluralidad informativa. Curiosamente desde el mundo científico se comenta que es una decisión torpe alinear a todos porque te equivocas al pensar que la ciudadanía es homogénea. Soy un poco escéptico sobre soluciones legislativas frente a los medios de comunicación por temor al resultado, pero creería que quizás estamos en momentos de cambios de la industria periodística donde la homogeneidad va a resultar perjudicial. No creo que sea tan rentable subsistir bajo ese formato de negocios.
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