Florencia Bonelli volvió a lo grande. Su nuevo libro, El hechizo del agua, ya es número uno en ventas en Argentina y en la región. Esta vez, la escritora argentina referente de la novela romántica narra la historia de Brenda Gómez, una joven que destaca en la carrera de Ciencias Económicas, de novia con un chico ambicioso y con un gran futuro, sus amigas son leales, su familia la adora. Pero ella no es feliz. Y tiene un secreto: ama a Diego Bertoni desde que tiene memoria; un amor extraño por varias razones, pero sobre todo un amor prohibido. Así, Brenda tendrá que enfrentar lo que siente, tomar valor y preguntarse qué quiere. La astrología, el tarot, la magia del destino y las profundas reflexiones personales guían el relato.
Tras dejar Penguin Random House luego de más de veinte años y pasar a Grupo Planeta, Florencia Bonelli irrumpe nuevamente en escena con El hechizo del agua, y sus lectores esperan ansiosos su presentación en la 46ta Feria del Libro de Buenos Aires. Desde junio de 2021 en que la noticia se dio a conocer hay gran expectativa. “Publicar a Bonelli es el sueño de un editor”, supo decir Esther Escoriza, editora ejecutiva de los sellos Zenith, Esencia y Zafiro en Grupo Planeta al momento del anuncio del pase del año, y agregó que “la lectura de sus novelas marca un antes y un después. Muy pronto el éxito que Florencia tiene en Argentina se replicará en todos los países de habla hispana”. Y así sucedió: Lo que dicen tus ojos ya cuenta con su reedición en Argentina y España. El resto de los títulos se reeditarán a lo largo del año, incluida la trilogía “Caballo de fuego”, en julio.
Aquí, un fragmento de la nueva novela de Florencia Bonelli.
Fragmento de “El hechizo del agua”:
Volviendo a Buenos Aires. Como es arriba es abajo.
Domingo 7 de julio de 2019.
El chico debía de tener unos quince años, dieciséis a lo sumo, y viajaba solo a juzgar por el cartelito con el logo de Iberia que llevaba al cuello y que rezaba «Menor no acompañado». Iba sentado a su lado en la clase turista del vuelo Madrid-Buenos Aires que aterrizaría dentro de unas horas en Ezeiza.
Al principio no le había prestado atención, absorta en la idea de que no llegaría a tiempo a su ciudad natal. Algo, no obstante, la distrajo. Se trató del fondo de pantalla del celular del adolescente, una foto, la cara sonriente del cantante Diego Bertoni, líder de la banda de rock argentina DiBrama, que encabezaba los rankings de los países hispanohablantes.
¿Por qué seguía sorprendiéndola que le sucedieran cosas insólitas? Con el Ascendente en Acuario, regido por el planeta Urano, más conocido como «el loco», su vida había estado y estaría signada por eventos inesperados y, sobre todo, desconcertantes, muchas veces dolorosos. In- tentó quitarle importancia y se convenció de que no resultaba tan disparatado que un adolescente tuviese la foto del ídolo juvenil del momento. El fondo de pantalla desapareció para dar vida a Spotify. Le extrañó que tuviese conexión a Internet, un servicio que se pagaba caro en los aviones.
Los dedos del adolescente se movían con agilidad mientras buscaban entre las opciones ofrecidas. Ahora que lo estudiaba, se dio cuenta de que tenía el mismo corte de pelo de Bertoni: las sienes rapadas y la coronilla cubierta por un pelo castaño, lacio y bastante largo, que había atado en una coleta a la usanza del músico. Se preguntó si, al igual que Bertoni, a veces lo peinaría en un rodete. Y no tuvo duda de que, de no haber sido imberbe, habría llevado una barba espesa aunque bien recortada como la de su ídolo.
Cerró los ojos en un acto ineficaz que pretendía borrar los recuerdos. Inspiró para aquietar las pulsaciones, sin mayor resultado. Encendió el Kindle y se puso a leer el libro de la astróloga norteamericana Donna Cunningham, Sanando los problemas de Plutón. Iba recién por Plutón en la Casa II, cuando lo que le interesaba era llegar a la siete, la de la pareja. Apretó los labios, enojada. El chico a su lado no tenía nada que ver con la oleada de memorias y de recuerdos que estaba asaltándola. La azotaba cada día desde hacía mucho tiempo, demasiado tiempo, a decir verdad. Había estado a punto de leer Plutón en la Casa VII apenas comprado el libro la semana anterior. Y todo porque era su ubicación de Plutón, la de él.
El avión se sacudió brusca y repentinamente. El indicador del cinturón de seguridad se encendió con un pitido y a continuación la voz del comandante inundó la cabina para anunciar que atravesaban por una zona de turbulencias.
Abandonó el Kindle y buscó el cinturón. Notó entonces que el adolescente se sujetaba a los brazos del asiento y que fijaba la vista al frente con una mueca crispada. La presión que ejercía con los dientes se vislumbraba en el modo en que se le marcaban los músculos de la mandíbula.
La desbordó la compasión propia de su signo, el último del Zodíaco, el de la constelación de los peces, conocido como Piscis. Más que compasión, le había explicado Cecilia Digiorgi, su astróloga y mentora, ella, como hija de Piscis, experimentaba el dolor ajeno en su propio ser. Hipersensibilidad neptuniana la llamaba, porque el planeta Neptuno era el regente de Piscis.
—No es fácil ser pisciano en este mundo tan hostil, querida Bren- da —la había prevenido más de tres años atrás al leerle la carta natal—. Mejor dicho, es muy difícil —concluyó y subrayó el adverbio «muy».
Se ajustó el cinturón y apoyó la mano sobre la rígida del chico, que giró bruscamente la cabeza y le destinó una mirada de ojos despavoridos.
—Ya pasa —lo animó con una sonrisa—. Es solo un momento.
Un nuevo sacudón la despegó del asiento; de no haber estado sujeta habría caído fuera. No recordaba turbulencias tan brutales.
Quién es Florencia Bonelli
♦Nació el 5 de mayo en Córdoba, Argentina.
♦Estudió Ciencias Económicas pero decidió dedicarse de lleno a la escritura en 1999
♦Publicó publicado más de 20 libros, entre ellos, Bodas de odio (1999), Marlene (2003), Indias blancas (2005), Lo que dicen tus ojos (2006), la bilogía “El cuarto Arcano” (2007), la trilogía “Caballo de fuego”, la “Trilogía del perdón”, la serie “Nacidas” y la saga “La historia de La Diana” y “La Tía Cósima”.
♦Su obra fue traducida a varios idiomas.
♦Vendió casi cuatro millones de ejemplares y es la escritora argentina más vendida y leída
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