Cuando se compra un libro, uno lo disfruta, lo termina y puede que, incluso, lo relea, pero luego, irremediablemente, regresará a algún estante de nuestra biblioteca, y ahí la vida del libro podría comenzar a debilitarse.
Según mencionó Henry Miller en Los libros en mi vida: “Un libro no es sólo un amigo, también te ayuda a hacer amigos. Cuando has poseído un libro con la mente y el espíritu, te has enriquecido personalmente. Pero cuando se lo pasas a alguien, te has enriquecido por triplicado.”
Bajo esta filosofía nació “Bookcrossing”, una red social presentada por sus creadores como “la fiesta de la literatura y un lugar donde los libros cobran una nueva vida”. Una forma de darle nueva vida a un libro es dejarlo en un lugar específico para que otra persona lo pueda agarrar y así se pueda hacer una cadena de manera continua. Hasta ahora en muchos de nuestros países hemos visto el surgimiento de iniciativas de intercambio de textos, en lugares públicos, el transporte colectivo o librerías y bibliotecas, pero lo que quizás muchos no sabían es que desde comienzos de siglo algo similar surgió en el ciberespacio y con alcance global.
Esta actividad se viene realizando desde el 21 de abril de 2001, sumando miles de personas y libros con el paso de los años. Hoy existen casi dos millones de “bookcrossers” en 132 países que han puesto a circular casi 14 millones de ejemplares.
Su misión es simple, “conectar personas a través de los libros”, con la ambición de convertirse en el sistema de distribución de libros más grande del mundo; antes de que se llenen de polvo, invitan a las personas a que dejen sus libros en la calle para que otros puedan recogerlos y darles un nuevo uso.
El sistema de BookingCross permite conectar personas, que, además de escribir y hacer reseñas literarias, ven cómo los textos de su biblioteca cambian vidas a través del proceso de ”lectura y liberación”.
Si los usuarios quieren utilizar el sistema, deben de registrarse en la página pueden etiquetar sus libros con el código BCID (Número de identificación de BookCrossing) el cual cada una de estas etiquetas es única para cada libro y cuando se registra en la web es fácil seguir su rastro y ver hasta donde vuela cada ejemplar.
Este divertido y aventurero sistema es totalmente gratuito y esto con el fin de que cobre vida el libro y que no se esté llenando de polvo en el librero.
Las personas que están detrás de este proyecto y las que día a día se van uniendo son lectores a quienes les gustan que sus libros se distribuyan y les den vida a más personas.
Hasta ahorita el proyecto se realiza en países como: EEUU (29%), Alemania (16%), Reino Unido (13%), Países Bajos (11%), Finlandia (10%), Canadá (8%), Australia (5%), Francia (4%), Portugal (3%) y España (1%).
Eso no significa que en esos países se pueda crear una comunidad de BookCrossing, las personas se pueden registrar y ser parte de este intercambio a nivel mundial.
SEGUIR LEYENDO: