Es interesante todo lo que se construye cuando compartimos historias con los chicos y las chicas que nos rodean. Michèle Petit, antropóloga francesa especializada en lectura, propone que lo mejor que podemos hacer para acercar libros “es ayudar a los niños y a los adolescentes a comprender que, entre todas esas obras, habrá seguramente algunas que sabrán decirles algo en particular. Es multiplicar las ocasiones de encuentros, de hallazgos. Es también crear espacios de libertad donde los lectores podrán trazar caminos recónditos y donde habrá disponibilidad para discutir con ellos acerca de esas lecturas, si así lo desean, sin que se produzcan intromisiones si esos lectores quieren conservar sus descubrimientos para sí”.
En este sentido, el compartir no es solo leer juntos, es apostar a ese encuentro, invitar a que elijan sus propios libros, animarse a conversar a partir de las lecturas, leer en voz alta un libro entero, pero también podemos compartir un fragmento que nos haya conmovido, escuchar con ellos cuentos, poemas, novelas. Y así, ir armando los encuentros.
Dos de personajes que pueden ser islas
Breviario. Escrito por Silvina Rocha. Ilustrado por Max Cachimba. Rosario: Libros Silvestres, 2022. (Colección Ñu)
En este nuevo libro de Silvina Rocha otra vez nos encontramos con su excelente trabajo con las palabras y el lenguaje. Síntesis, humor, ironía, ternura. Cada brevedad cuenta una historia. Y presenta un personaje. El trabajo de Max Cachimba arma la escena y es muy expresivo. Hay un maridaje exacto, hermoso. Poesía hace Cachimba de modo certero.
El formato del libro lo convierte en un objeto para atesorar, para tener en la mano: cuadrado, de 14 x 14 cm, el libro es una joyita impresa a dos colores, verde y negro, con encuadernación cosida y tapa dura.
La editorial lo recomienda para lectores desprejuiciados de cualquier edad. Coincido. Hermoso para leer entre varios, compartiendo una a una las historias breves: Margarita se deshoja, Rogelio hace figuras en papel recortado, Penélope está enamorada de Roberto, Rafael camina entre frutas y verduras, la muerte repite que más allá no hay nada, Pedro construye ladrillo a ladrillo, sin ventanas…
La vida cotidiana aparece salpicada en estos dieciséis textos de aproximadamente doce líneas, compactos, breves y redondos, en los que tiene lugar la vida cotidiana con sus misterios y sus asombros. Se trata de historias “fulgurantes”, tal como promete la contratapa.
“Pampín se mira el ombligo. Su hermoso ombligo. Ni muy profundo ni muy sobresalido, de nudito perfecto. “El más lindo del mundo”, piensa Pampín. Un día, del ombligo le sale un brote. “¿Ups!” piensa Pampín con su ombligo florecido. Ahora Pampín, no le da respiro. Lo mira y lo mira embelesado. El primer día espera un jazmín, el segundo una amapola, el tercero una orquídea. El quinto, le asoma un poroto. ¡Un poroto de morondanga!¡Un raquítico poroto! Pampín no da crédito a sus ojos. Con tanto odio lo mira, que lo seca. Se lo arranca. Al quinto día le vuelve a asomar. Lo odia. Se lo arranca. Al tiempo lo mismo. Pampín se mira el ombligo. A Pampín, cualquier excusa le calza”.
Leerlo dan ganas de crear más historias para este breviario, o crear uno nuevo. Un libro inspirador. Un libro hermoso para hacer un dueto de textos breves con Microcosmos, de Nelvy Bustamante (Ediciones de La Terraza, 2018).
Muy recomendado para niños, niñas y jóvenes con ganas de leer, escribir y dibujar.
La isla del conejo. Escrito por Verónica Álvarez Rivera. Ilustrado por Mariana Ardanaz. Buenos Aires: Riderchail, 2022. Colección Upalalá.
Muchos personajes que se van encontrando, uno tras otro, en esta isla repleta de rimas. La sucesión invita a contar y a cantar. Upalalá es una nueva colección para las personas más pequeñas de la casa en donde cuentos, cantos y juego se unen. Se trata de cuatro títulos escritos por Verónica Álvarez e ilustrados por distintas ilustradoras, ampliando la experiencia con diversos tipos de imágenes y estilos. Se trata de libros en cartoné, cuadraditos, de 15 x 15 cm, maniobrables por manos pequeñitas y, sobre todo, muy mordibles. ¿Qué quiere decir esto? Al decir de Yolanda Reyes, los libros más mordidos son los libros elegidos por lectoras y lectoras de la primera infancia. Libros que vienen recomendados.
En La isla del conejo, las ilustraciones de Mariana Ardanaz trabaja con plastilina logrando ilustraciones con volumen y movimiento.
“El loro tiene un gran pico
color rojo
y amarillo.”
Encadenados… Una isla de un conejo que tiene un barco que tiene un pirata, que tiene un loro, que tiene… para jugar y cantar y demás.
Muy recomendado. Y si se quedan con ganas de más, otros títulos de la colección son: Sobre la tela de una araña, ilustrado por Viviana Garófoli, Veo, veo… y Caracol, col col, ilustrados por Patricia Fitti.
Dos de otras islas, niñas, niños y perros
Nadar perrito. Escrito por Florencia Gattari. Ilustrado por Marina Zanollo. Buenos Aires: Ralenti, 2022. (Mi primera novela)
Hermosa las miradas y las vidas que se cruzan en esta, la historia de todo un perro y una nena. Ambos viven en el Delta. Miedos, vergüenza, deseo, amistad. A Cora le gustan los bichos, estar en el agua, dibujar. Tiene un amigo que se llama Donato y quiere tener un perro, pero no un perro afuera, un perro que pueda entrar a la casa. Rodeados de agua, con una tormenta que se viene pero mejor no nombrarla, sucede esta novela. Una novela cargada de ternura donde los vínculos son protagonistas y el río también, que se va metiendo por todos los lados.
“Yo por las dudas me quedo en el muelle. Acá el agua está cerca pero no tanto, y yo me dedico a escuchar a Cora, que habla con su mamá.
—Ma.
—¿Qué?
—¿Puedo tener una cabra bebé?
—NO.
—¿Un carpincho?
—No.
—¿Una araña pollito?
—No.
—Ufa, me decís que no a todo.
—Cora, Corahermosa
—Pedime algo a lo que te pueda decir que sí.”
En la solapa, Florencia cuenta que es escritora y psicóloga. Y que ama a los perros de cualquier tipo y factor. Y Marina, que además de diseñar e ilustrar, da talleres y también realiza utilería para teatro.
Y los dibujos, y la amistad, y el Delta son parte de esta novela que dan ganas de leer de un tirón o por entregas, antes de dormir o en cualquier otro momento. Hermosa para leerla en voz alta disfrutando de las dobles páginas, obras de arte con mucho por recorrer. Marina encuentra en ojos y gestos un mundo que comparte. Sus personajes son expresivos y es hermoso detenerse en ellos.
La editorial cuenta que les importa mucho hacer libros con propuestas visuales inspiradoras, en donde palabras e imágenes estén pensadas e integradas en función de lo que se desea contar, desde el momento de pensar cada libro. Dicen sus editoras: “Tomamos del cine la idea de que la imagen tiene siempre una función narrativa, no puramente ornamental. También incorporamos sistemas de trabajo propios del cine a la industria editorial, como por ejemplo la dinámica de trabajo en equipo”.
En las solapas finales proponen títulos en función de gustos posibles: humor, terror, misterio. Una propuesta que invita a seguir leyendo.
En su página, la editorial lo recomienda de 5 a 8 años. Como siempre, va a depender del recorrido de cada niño, de cada niña. Otro libro recomendadísimo de esta misma dupla creativa es Historia de un pulóver azul (Edelvives, 2015)
Tres con memoria
La tía, la guerra. Escrito por Paula Bombara, con ilustraciones de Flor Rodríguez Actis. Buenos Aires: Loqueleo, 2021.
En esta ficción histórica, hay un nene, Juli, que vive con una tía viejita, la Titi, que acaba de mudarse con él y con su mama. La Titi teje que te teje una bufanda larguísima, tan larga que a Juli le dan ganas de jugar a la momia. Entre charla y charla, se teje también esta historia en la que van apareciendo otras: Edu, hijo de Titi, que se fue a la guerra de Malvinas y nunca volvió, el deseo de Juli de tener un perro, aunque la mamá no lo deja. Los recuerdos, la memoria o su falta. El tiempo que pasa, las penas, los olvidos.
Pensar las Malvinas desde la Lij es un objetivo que la editorial se propone en este momento en el que se cumplen 40 años de la guerra. Un libro hermoso, sensible. Una historia, muchas historias. Paula cuenta que cuando encontró el título se permitió un juego de palabras hermoso, porque en La tía, la guerra latía la guerra. Y es que la guerra late, se hace escuchar, invita a pensar, a conversar, a recordar.
“Teje y teje la Titi, mi tía viejita. No se le ven los dedos.
A casa viene un colibrí a tomar agua con azúcar. Mueve las alas muy rápido. Casi como los dedos de la Titi.
¿Qué teje?
—Parece un perro— le digo, por decir algo.
—¿Cómo voy a a tejer un perro, nena? Es una bufanda para los chicos que están en la guerra –me contesta.
—Soy un nene, Titi. Ya te lo dije.”
Paula le dedica el libro a su amiga Anabel porque amó la historia desde el principio. Le agradecemos a Anabel ese amor.
Las ilustraciones son de Flor Rodríguez Actis, que nos va proponiendo los escenarios de la historia.
La editorial lo propone dentro de su proyecto #HacemosMemoria, en el que ofrece una colección de obras de ficción para niños, niñas y jóvenes con la propuesta de recordar el pasado, pensar el presente para construir un futuro mejor.
Las otras islas: edición aniversario. Antología. Buenos Aires: Loqueleo, 2022.
“Eternidad que se hace canción, para quedar por los
caminos, como un bálsamo de los días vividos.”
León Gieco, “Donde caen los sueños”
Esta antología reúne cuentos de varios autores, con palabras preliminares de Edgardo Esteban, escritor, excombatiente, director del Museo Malvinas, donde tuvo lugar el encuentro “Pensar Malvinas desde la LIJ”, realizado el último 17 de marzo, que contó con la participación de Inés Garland y Paula Bombara.
Esteban sostuvo en la presentación que este es un libro colectivo es necesario para que las historias de Malvinas lleguen. Es difícil hablar de Malvinas, pero también hace falta que se conozcan y se difundan las historias. En las palabras preliminares, propone:
“Siempre intenté contar mi experiencia de Malvinas sabiendo que no es la única. Hay tantos relatos como protagonistas de la guerra de 1982. Estos nos ayudan a ir reconstruyendo, a pensar sobre las razones que dieron lugar al conflicto bélico y a reflexionar acerca de los errores y los aciertos de nuestra propia historia, la que nos conforma como argentinos. Malvinas es parte de nuestras contradicciones porque simboliza un justo reclamo de soberanía y, al mismo tiempo, una guerra absurda, impulsada por una dictadura militar en decadencia que utilizó ese legítimo reclamo pero que le dio un nuevo y controversial significado a la ‘causa Malvinas’. Lo que no nos puede pasar como argentinos es olvidar.”
Las otras islas incluye nueve cuentos que nos permiten, desde la ficción, mirar distintas aristas en relación a la guerra de Malvinas de la mano de autores selectos: “La penitencia”, de Marcelo Birmajer; “El puente de arena”, de Liliana Bodoc; “Clase 63″, de Pablo De Santis; “Memorándum Almazán”, de Juan Forn; “Las otras islas″, de Inés Garland (que le da nombre al libro); “El alimento del futuro”, de Pablo Ramos; “Me van a tener que disculpar”, de Eduardo Sacheri; “La Guerra de las Malvinas”, de Patricia Suárez, y “No dejes que una bomba dañe el clavel de la bandeja”, de Esteban Valentino. Además de la lectura de estos cuentos, esta antología es a su vez promotora de sus grandes autores, ya que invita a ir luego por la obra de cada uno.
“Fui hasta la punta de la isla, donde no había ninguna casa y me metí en el río. Me había puesto a llorar como si nunca desde esa tarde en el cañaveral hubiera dejado de llorar. Me dejé llevar por el río. El río con su corriente me iba calmando” (fragmento de “Las otras islas”, de Inés Garland).
El libro se vuelve a editar a diez años de su lanzamiento en el marco del proyecto #HacemosMemoria.
Muy recomendado para jóvenes y adultos.
Seguimos haciendo memoria:
Historias de Abuelas. Antología. Buenos Aires: Amauta Argentina, 2021.
Este libro imprescindible comienza con un epígrafe de Laura Devetach:
“A veces lloro
o me quedo muy callada.
Y siento que yo soy yo
porque estoy entre nosotros”
El libro nos invita a conocer un poco más sobre las abuelas de Plaza de Mayo. Este nuevo Ovillo de Trazos, el tercero, presenta doce biografías ficcionalizadas de doce abuelas, en las que se cuentan parte de sus historias: sus infancias, sus recorridos, sus recuerdos, sus dolores, sus miedos, sus alegrías. Cada historia cuenta, además, con los datos biográficos correspondientes.
En el prólogo, Estela Carlotto dice: “Esperamos que disfruten estos cuentos tanto como nosotras que este libro llegue a cada rincón para despertar identidades dormidas. Y, especialmente, que a través de estas historias, nuestra historia, se inspiren otras luchas que inviten a caminar colectivamente”.
La publicación, que es parte del proyecto literario Ovillo de Trazos, estuvo coordinada por Paula Bombara, con el apoyo del equipo de Abuelas y la compañía de las propia Abuelas y sus familias. Además de Paula, que participó con dos de los relatos, escribieron Laura Ávila, Sandra Comino, Andrea Ferrari, Jorge Grubissich y Mario Méndez, con las imágenes del artista plástico Andy Riva.
“A Buscarita Roa una vez le contaron que su padre encontró el nombre que le puso en un libro. Nunca supo cuál era ese libro. Lo que supo, con el paso de los años, es que en ese nombre estaba dibujado su destino. Porque Buscarita buscó y fue buscada gran parte de su vida.
¿Pero cuántas vidas caben en una vida? En la de ella, muchas. Todas complicadas, llenas de eventos inesperados —algunos felices, muchos feroces—que la sacudieron como huracanes una y otra vez.
La primera empieza en 1937 cuando nace en la ciudad chilena de Temuco. En esta vida, Buscarita tiene dos hermanos, Guillermo y Alicia, fruto de un matrimonio previo de la madre.”
(fragmento de “Los huracanes”, escrito por Andrea Ferrari)
Historias de abuelas se inscribe en una nueva propuesta de editorial Amauta, la colección Memoria junto a otros dos títulos: La soga, de Esteban Valentino, El que no salta es un holandés, de Mario Méndez. Parte de lo recaudado será destinado a la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.
Muy recomendado para jóvenes y adultos.
Para terminar, una nueva edición que se celebra
Las interrupciones. Escrito por Nicolás Schuff, ilustrado por Mariana Ruiz Johnson. Buenos Aires: FCE, 2022. (Los especiales de A la orilla del viento)
El epígrafe con el que comienza este libro, de Margó Glantz, dice: “La literatura no podría existir si no existieran las moscas.” Coincido. Y eso me lleva otra vez a uno de los libros más inspiradores del mundo mundial: Escribir, de Margarithe Duras. Y el escribir, y el hacer solo y con otros y otras. Como las propuestas a las que nos tiene acostumbrados la dupla Schuff /Ruiz Johnson, autores también de Efemérides secretas (2015), La bufanda roja (Edelvives, 2019), entre otros. La paleta que elije Mariana, con uso de colores planos y vibrantes, cautiva. Los personajes tienen mucho carácter y arman un duelo fascinante con el texto.
En la contratapa nos advierten con una pregunta: ¿Qué tan difícil es sentarse a escribir una buena historia? Las interrupciones pueden ser muchas veces el mayor peligro… o tal vez no.
“Me senté a escribir un cuento fantástico pero una mosca me distrajo. Abrí la ventana para que saliera pero entró un dinosaurio.” Las historias enmarcadas y encadenadas divierten, emocionan, se suceden y nos hablan sobre el escribir, pero también reflexiona sobre la “mala prensa” que suele tener la distracción, resinificándola. Además, el agregado de la “cocina del libro” lo enriquece y sigue armando el sinfín que el libro propone.
“Me senté a escribir sobre el cerebro pero empezó a dolerme la cabeza.
Me senté a escribir sobre el dolor de cabeza pero recordé que me había sentado a escribir un cuento fantástico.
Me senté a escribir un cuento fantástico pero se me ocurrió una idea para un cuento policial.”
Esta nueva edición en la colección “Los especiales de A la orilla del viento” presenta un formato más grande que la primera (26 x 21) y habilita otras lecturas e invita a nuevos lectores. En las solapas encontramos los datos biográficos de Nicolás y Mariana, que recomiendo leer con atención para ir corriendo en busca de sus otras creaciones.
Recomendadísimo para niños, niñas, jóvenes y adultos.
En el estribo, vuelvo a recurrir Petit: “Los libros son excelentes soportes para que una multitud de cosas circulen”. Y no solo los libros, también las historias, en otros soportes. Como por ejemplo los podcasts. En el colectivo compartiendo auriculares, en el auto, durante la merienda, rumbo a la escuela, en la vuelta, o en cualquier momento, la propuesta de tomarse un rato para escuchar junto a los niños y las niñas que nos toquen en suerte algún relato. En este punto, Penguin Random House propone Cuentos fabulosos para chicos curiosos, una iniciativa que surgió caseramente durante la pandemia, y que este año decidieron reestructurar. Para eso, lo convocaron al actor y escritor Gonzalo Heredia. El resultado es un material que vale la pena conocer. La primera temporada cuenta con 6 episodios, cada uno con un cuento de autores de su catálogo editorial: Bodoc, Bernasconi, Andruetto, Wolf, De Vedia y Devetach.
Leer, escuchar, compartir. Sentir el ritmo, el sonido, el sentido de las palabras. De eso se trata.
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