Entre los aspectos de los que más se hablan de lo que se conoció como la Nueva España están las grandes matanzas y el saqueo que se hizo para poder llevar un fantástico tesoro a Europa; sin embargo, conforme pasan los años se han ido encontrando más elementos que datan de aquella época.
El nuevo libro de la historiadora y antropóloga Andrea Martínez Baracs, Un rebelde irlandés en la Nueva España, abre la puerta a otros relatos que quizás no se conocen de está época de la historia mexicana, incluyendo un interesante personaje del cual no se tenía conocimiento alguno.
¿Cómo encontraste a Guillén de Lámport?
Yo soy historiadora. Estoy especializada en la época colonial y sobre todo historia indígena y me topé con él y me encantó el personaje.
Cuando hubo la conquista hubo una destrucción muy profunda sobre el derecho que tenía España de apropiarse de territorios poblados, con civilizaciones que quiso someterlas, que de hecho había una discusión muy seria, en España, y también con los indígenas, sabios sacerdotes, pero sobre todo en las universidades.
Desde el siglo XVI hasta la independencia y hasta el fin del siglo XVIII no hay nada. Como dices, es el establecimiento de la Nueva España y los otros reinos.
Este Guillén de Lámport era un cristiano católico irlandés y ocurre que ellos tuvieron la invasión inglesa protestante, que perdieron el derecho de usar su religión, de ejercer su religión, sus tierras, sus derechos. Algo parecido de lo que ocurrió aquí.
Entonces él peleó como todos los irlandeses, contra la invasión inglesa y se fue a España porque ahí estaba la religión católica. Ahí trabajó con el ejército español en las “Guerras religiosas” y también estuvo en la Universidad: era muy inteligente, muy culto y llegó a México, probablemente, como espía para proteger a los portugueses que estaban siendo perseguidos porque se habían independizado y que en su mayoría eran judíos. Eran doblemente perseguidos.
Al llegar a México descubre la condición de los indios, indígenas, y la condición de los esclavos negros, africanos. Se había levantado Cataluña, Portugal, llegó a Brasil y dijo, pues aquí también, vamos a alzarnos con el régimen. Vamos a darle sus derechos a estas poblaciones, de los esclavos y de los indígenas y yo voy a hacer el rey.
¿Cómo fue encontrar estos documentos?
Fíjate que estuvo preso desde 1642. Él llegó en 1640 y en la inquisición del Santo oficio, hasta el 59 (17 años) de que lo quemaron vivo.
Los inquisidores podrían ser torturadores, dejaban a gente morir y matarlas y quemarlas, etc, pero eso sí, registraban todo. Tenemos dos expedientes de gran tamaño en el Archivo General de la Nación. Entonces ¿por qué? Porque Lámport sabía que cuando pedía audiencia, a veces se la negaban, podía hablar todo lo que quisiera y ellos escribían todo.
Hay centenares de páginas de transcripciones de lo que Lámport les decía y resulta que como espía sabía muchísimo sobre la gente, odiaba a los inquisidores, era juzgado por hereje, pero decía que era más católico que todos ustedes, ustedes no saben lo que es la religión y les conocía sus secretos porque eran muy corruptos: “tú estuviste robando aquí”, les decía, etc. Porque la cosa es que estaban capturando a estos comerciantes judíos que sostenían el buen comercio mundial español que iban desde Oriente y toda América hasta Europa. Era un comercio mundial, sostenían, en buena medida, el crédito y por la capacidad de los comerciantes judíos. Entonces no te metas con ellos, pero Lámport ya se los encontró en la cárcel a todos ellos.
Cuando pedía audiencia se defendía a sí mismo y defendía a los judíos. Era muy valiente y atrevido porque no había modo, en la España católica del siglo XVII. En la época tenías que mentir.
¿Hay algún otro personaje parecido a Lámport?
Solo en la Nueva España, hasta el siglo XVIII y XIX con Teresa de Mier, José Mina, que llegó de España, a combatir con los mexicanos, con los irlandeses del batallón de San Patricio, pero en el siglo XVII no hay nadie más. Por cierto, no era muy famoso, era muy odiado por las autoridades.
Escapó por un día y había una orden de que nadie se le ocurra ocultarlo ni un segundo y ¿para qué? Cuando huyó se quería ir a ñanga, un pueblo en la costa de cimarrones que son esclavos que escaparon y habían formado un pueblo en el que el virrey, Luis Velazco el joven, les autorizó hacer un pueblo de esclavos escapados y se decía que era un rey africano.
Se iba a ñanga, Veracruz, a conocerlos. Era un visionario. Y también tenemos escritos de su pluma porque cuando escapó había escrito con una tinta que hacía él y un papel que pedía para hacer cigarros, pegaba esos papelitos y hacía hojas y escrito en chiquito, porque le faltaba papel.
Esos los pegó en la catedral y otros lugares y esos papeles están en el Archivo: muy cuidados, muy conservados y puedes leer los originales, es algo alucinante. Escribió un plan de rescate de irlanda, con España, hizo un plan de resurrección con detalles de cuántos barcos, 30 mil soldados, pero muy detallado y también para la rebelión mexicana de España, hay un plan muy detallado, bastante feroz.
¿Guillen es bueno o malo?
Lo primero que quiso la inquisición es destruir su imagen. Dijeron que es un mentiroso que nada era cierto. Quisieron achacarle (agregarle) todos los males. Esa versión es la que quedó.
Hubo algo en particular que le molestó mucho a la inquisición que es que, si tú querías jugar que vas a ser el rey en el mundo español, en ese tiempo, no podías ser un plebeyo cualquiera.
El venía de una familia de alta nobleza, pero tenía que inventarse un nombre mobiliario, pero seria. Él inventó que era hermano de Carlos IV, ese fue el pecado original de Lámpart. La suplantación de su personalidad.
Luego dice que todo era falso porque dice que a los quince años lo agarraron piratas por dos años y los convenció a todos. Lo que pasa es que, si tú revisas sus afirmaciones, aparte de ser hijo y hermano de reyes, todo era cierto.
Todos los barcos que iban a América y por lo tanto también los piratas, era común, y cuando él decía que estuvo en tales batallas yo comencé a revisar y vi que sí, que correspondía en el tiempo. No fue tan destacado, pero de que las tiene situadas pues sí. Era un soldado, no era el único irlandés.
En otras palabras, su fama es injusta. Hay una estatua de él en el Ángel de la independencia. Convencieron a Porfirio Díaz de que también fue promotor de la independencia, pues hicieron una estatua grandota de él con la soga en el cuello, bajo las llamas, y grande, como de dos metros y luego dijeron “ese quién es”.
Ya no lo pusieron en el monumento exterior, pero si entras en donde están los restos de Hidalgo, Morelos y de los grandes, ahí está la estatua. En el corazón de México. Una única estatua, de Guillén de Lámport. Nadie sabe cómo situarlo.
¿Cuánto tiempo te llevó a dar con toda la información?
Fueron algunos años y existen libros previos, no muchos, pero está el de Riva Palacio, famosos del siglo XIX.
Se dice, la leyenda, que era el zorro, por las historias de mujeres, esposa del virrey, entonces en irlanda hacían un “zorro fest” que en Wexford. Por lo menos lo hicieron tres años (yo estuve en uno) y hacen desfiles en las calles de puros Guillén con sus cadenas, vestidos de la inquisición y también de la mujer e hija que tuvo y que se quedaron en España.
Recrean todo muy bonito, pero existe la versión totalmente diferente como la del zorro. Le atribuyen muchas cosas de este tipo. Por cierto, se dice que era espía del conde Duque de Olivares y era el consejero principal del rey y hay mucha discusión de diferentes cosas.
Yo todavía tengo dudas, hay un autor (Bucareli) que considera que tenía apoyos, enormes y que todo era cierto y que era espía y hay algunos retratos de Rubens, de él, pero ya dijeron que esos retratos no son de él, es difícil situarlo.
Hay que recordar que escribió 918 Salmos en latín en la cárcel y son buenos textos y buen latín y son desgarradores, traducidos por Gabriel Menes Plancarte. Era muy burlón, muy chistoso y agresivo.
Fue un reto hacer las transcripciones y poco a poco llegar a esas conversaciones de la cárcel que son las relaciones que había en la cárcel. Sus cosas personales se guardaron y ahora se encuentran en la biblioteca del Tec de Monterrey, ahí me ayudaron mucho y muchos de los documentos están ahí. Algunos, como el de las insurrecciones, estaban ahí. Eran borradores, caseros, alguien aislado.
Se hizo amigo de un hombre, ciego y herrero y le ayudaba con sus cosas legales, hicieron la insurrección, consiguió una cantidad de dinero y estaba este señor haciendo la insurrección con ayuda de mineros.
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