Octavio Irineo Paz Lozano fue un escritor mexicano que logró un inmenso reconocimiento internacional, no solo por haber ganado el Nobel de Literatura, siendo el único escritor de su país en obtenerlo hasta ahora, sino por su basta obra ensayística y su labor como embajador.
El 31 de marzo de 1914 nació en la Ciudad de México y desde muy temprano empezó a tener un acercamiento a la literatura y a los 17 años ya había incursionado en la poesía.
Sin embargo, a pesar de su gran renombre, hay pasajes de la vida del escritor que no son popularmente conocidos y algunas curiosidades que, incluso, pueden llegar a explicar características de su obra.
Familia
Al momento en que nació Octavio Paz, durante la Revolución mexicana, su padre ya se había unido al ejercito zapatista, donde trabajó como escribano y abogado para Emiliano Zapata.
Su madre, Josefina Lozano, cuidó a Octavio sola durante todo el tiempo en que estuvo afuera su padre, quien posteriormente decidió mudarse de Coyoacán hacia Mixcoac (alcaldías que forman parte de la Ciudad de México). Ahí el futuro premio Nobel vivió con su abuelo paterno, Ireneo Paz, y su tía Amalia Paz Solórzano.
Vida de estudiante
La página de la Fundación UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) escribe cómo era Paz en sus clases y qué es lo que hacía en su juventud, pues dicen:
“Le agradaba recorrer los largos corredores, los patios espaciosos y las columnas airosas de San Ildefonso, y admirar los frescos de Jean Charlot, de Fermín Revueltas, de Diego Rivera y de José Clemente Orozco”.
El escritor estudió en la Escuela Nacional Preparatoria (edificio de San Ildefonso, hoy museo) y a pesar de que había muchos maestros muy reconocidos, la clase que más lo emocionaba era la de literatura hispanoamericana, en el cual le dio clase Carlos Pellicer al propio Paz, del cual escribiría más adelante que tenía una voz “como venida de ultratumba”.
Al finalizar, estudió en las facultades de Derecho y Filosofía y Letras de la misma casa de estudios.
Acercamiento a la literatura
A los 17 años, Octavio Paz publicó sus primeros poemas en la revista Barandal, que era dirigida por Rafael López Malo, Salvador Toscano y Arnulfo Martínez. A partir de ahí estuvo cerca de los medios de comunicación de la época, pues también le publicaron algunos textos en el periódico “El Universal”.
Sin embargo, en 1933 fue cuando publicó Luna Silvestre, poemario en el cual menciona Carlos H. Magis en su libro La poesía hermética de Octavio Paz “los poemas de Luna Silvestre tocan aspectos del espíritu romántico vigentes aún en la poesía moderna: el desprendimiento de la realidad puramente sensible, el misterio de la poesía, la verdad del sueño”.
Hoy en día podemos tener contacto con su obra literaria, que incluye 20 poemarios, alrededor de 30 libros de ensayo, cinco traducciones y sus Obras Completas.
Embajador
Al ser ya un personaje reconocido, tanto en la literatura como en la vida política, Octavio Paz inicia su carrera como Servicio Exterior Mexicano y durante los próximos 23 años lo llevaron a distintos destinos como Francia (donde escribió El Laberinto de la Soledad), Japón e India.
En el año de 1952 trabajó en la embajada mexicana en la India y después, en 1953, inició su trabajo en Japón. Sin embargo, regresó a México donde le dieron el puesto de Organismos Internacionales de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Las mujeres de Paz
En 1935 la relación de Octavio Paz y Elena Garro inició, donde se ve a un Paz enamorado, pero a partir de 1937 la relación se empieza a ver un poco turbia, hasta que en 1944 se vieron los estragos del amor.
Patricia Rosas Lopátegui, señaló en su biografía oficial: “Elena Garro en una entrevista me dijo que Octavio Paz le había prohibido incursionar en el género de la poesía porque ese era su terreno”.
Carlos Landeros escribió en Yo, Elena Garro una cita de ella mencionando el por qué se dedicó a ser periodista.
“Me casé porque (Paz) quiso, pero desde entonces nunca me dejó volver a la universidad (ella había ingresado en la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en 1936). Me dediqué a ser periodista (desde 1940) porque él ganaba muy poco dinero entonces y porque eso no opacaba a nadie, sino que producía dinero. Y me dediqué a callar porque había que callar”.
De Octavio y Elena nació su hija Helena Paz Garro. Después, Octavio se casó con Marie-José Tramini el cual mantuvieron su relación hasta que el escritor murió.
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