Sabemos que los juegos de estrategia no son para todo el mundo, pero los afortunados que saben disfrutar de este género estarán de festejo porque finalmente podremos jugar Victoria 3. Esta entrega se demoró aproximadamente 12 años en llegar a nuestras PCs, pero está a la vista el trabajo que puso Paradox para llegar con una propuesta renovada que deja a su precuela años luz atrás en muchísimos aspectos.
Para todos aquellos que no conocen Victoria, este es un simulador de sociedad donde absolutamente todas las acciones que realicemos pueden cambiar el transcurso de nuestra nación, abarcando desde conceptos políticos hasta religiosos o culturales. Todo estará bajo nuestro control y las decisiones que tomemos pueden significar el fracaso económico de un país o la grandeza y la riqueza de nuestros habitantes.
Desde el comienzo de la partida tendremos que tomar nuestra primera decisión y en esta parte el juego nos ofrece varias modalidades de juego como pueden ser el “Dominio Económico”, donde nos pondrá al mando de países como Estados Unidos, Brasil o Gran Bretaña; seleccionar la “Hegemonía” con España, Japón o Egipto; o intentar una “Sociedad Igualitaria” con Francia, Rusia o México.
Si sos parte del nuevo público de esta propuesta, no te asustes: también se cuenta con la opción de “Aprender a Jugar” donde se otorga el control de Suecia, Bélgica, Chile o Colonia del Cabo. Con el clásico modo de tutorial, el juego te irá llevando de la mano por los objetivos- Si, en cambio, sos de los más experimentados tendrás el modo Sandbox, donde decidirás con que país te interesaría comenzar y te harás cargo de la situación del país.
Todos los sucesos transcurrirán desde 1836 hasta 1936, dentro de lo que se conoce como la época victoriana, y en estos 100 años tenés que ser capaz de generar cambios palpables en tu país y regularizar todos los conflictos que vayas encontrando. En pocas palabras puede sonar muy simple, pero te aseguro que no lo es. El desafío se traslada incluso a la gestión del tiempo y será fundamental pudiendo pausar el avance del reloj para realizar planteos estratégicos que no desbalancean ninguno de los factores más importantes del juego.
En mayor parte, nuestro progreso estará limitado al equilibrio entre Burocracia, Autoridad, Influencia y Dinero. Estos serán los ejes centrales del juego que ocupan el lugar principal en la esquina superior izquierda de la pantalla y estarán siempre visibles para informarnos si vamos por buen camino o no.
En este tipo de juegos convivimos únicamente con menús que serán los encargados de reflejar todas nuestras acciones en pantalla. En este caso, sin dudas la UX del entorno está muy pulida e tiene una propuesta intuitiva para que tengamos todo al alcance de la mano. Visualmente, todo es fácil de comprender ya que nos proporcionan el acceso con las teclas F. Eso colabora para jugar de forma más proactiva sin tener que estar pausando el tiempo constantemente para encontrar el menú correcto.
A la hora de escoger un país, recibiremos una pequeña clase de historia que nos permitirá conocer su situación actual, qué tipo de gobierno controla el país, si estamos en guerra con algún vecino, cuales son los comercios que tenemos establecidos, la religión predominante, el nivel de vida, cuál es el porcentaje de alfabetización en la región, su nivel cultural, el PBI y muchas opciones más. No te asustes, pero esto recién comienza.
Para los jugadores más avanzados tener el control total de su territorio es fundamental, pero para los menos experimentados seguramente les resulte abrumadora la cantidad de información que podrán encontrar en su primera toma de contacto. Aunque el juego hace sus esfuerzos para que nadie se sienta perdido dentro de él, considero que acá es donde el título presenta sus mayores problemas. Sus tutoriales son didácticos, pero no tanto como para aquel que enfrente por primera vez un juego de estrategia.
Por otro lado, cada ventana de diálogo y menú que vayamos viendo en pantalla nos dará la opción de posarnos con el mouse sobre alguna palabra o concepto y recibiremos una explicación sobre ello. Como complemento, en el menú inicial tendremos una Vickypedia para los que buscan mayor información.
Aprender los conceptos y cómo funciona cada una de sus características será la base fundamental para poder subir de Rango a nuestro país, que necesitará tener un alto nivel de prestigio. Este elemento estará conformado principalmente de su economía (considerando el producto interno bruto), fuerzas militares o categoría del país. ¿Te imaginas ser el granero del mundo y producir para muchos países? Eso también puede pasar porque las posibilidades en “Victoria 3″ son casi infinitas.
Lo más divertido es que tendrás el control de absolutamente todo: desde la producción, el ejército, las culturas, leyes, construcciones urbanas o rurales, carreteras. Lo que se te ocurra lo vas a poder hacer. Otra cosa que es infaltable en juegos de este estilo son los árboles de tecnología y en este caso estará dividido en tres ramas: Producción, Ejercito y Sociedad. Todas utilizaran puntos de innovación para poder desarrollar y continuar con el crecimiento de la región.
Visualmente el juego se comporta con muchísima elegancia, con menús simplificados. Su mapa repite este concepto de simpleza pero, al mismo tiempo y, al realizar un zoom sobre cada país, podremos ver sus capitales y pueblos en crecimiento al detalle.
Por otro lado, su banda de sonido es otro de los elementos que brillan, ya que estamos frente a un juego que nos va a consumir muchísimas horas frente a la pantalla y es importante estar acompañado de melodías relajantes que nos hacen vivir gratos momentos mientras tenemos un país en llamas o esperamos semanas para ver avanzar nuestra civilización. A todo se le puede sumar la opción de agregar mods, así como su esperadísimo modo multiplayer, que permitirá crear partidas o unirte a ellas por lo que las opciones de juego son casi infinitas.
Realmente “Victoria 3″ es una franquicia que se tomó su tiempo en regresar, pero lo hace por la puerta grande y esta nueva entrega es ese juego que un fan de la estrategia no puede dejar pasar.
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