Más de diez años después del lanzamiento de la última entrega de la franquicia, fans de Monkey Island están de festejo con el regreso de Guybrush Threepwood, Elaine Marley, LeChuck y el elenco de coloridos personajes que ya superaron las tres décadas en el mundo gamer. De la mano de uno de los creadores originales de la saga, Return to Monkey Island llega esta semana a Nintendo Switch y PC para dejar en claro por qué se trata de una de las propiedades más icónicas de la industria.
Antes de hablar del nuevo título, sin embargo, es necesario refrescar algunos hechos de la saga y aclarar algunas cuestiones de esta esperada secuela. Ron Gilbert fue el director y guionista de las dos primeras entregas de la franquicia y finalmente vuelve a aparecer en los créditos de un Monkey Island después de casi 20 años. Aunque participó en Tales of Monkey Island, la secuela episódica hecha por Telltale Games en 2009, esta vez vuelve a estar a cargo del guion y la dirección.
Esta información es importante para entender por qué Return to Monkey Island empieza exactamente dónde terminó Monkey Island 2: LeChuck’s Revenge, que en su momento causó todo tipo de reacciones por su inexplicable y muy bizarro final. De todas maneras, también es importante aclarar que todos los juegos de la franquicia forman parte del canon, incluso en esta nueva aventura que nos llega de la mano de Devolver Digital.
Los primeros minutos de Return to Monkey Island nos presentan a lo que parecen ser versiones infantiles de Guybrush y su némesis, LeChuck, tal y como se vio en el final del segundo título de la saga, en un parque de diversiones. Después de probar las mecánicas básicas del juego, que no difieren mucho de esas icónicas aventuras gráficas de hace 20 o 30 años, nos damos cuenta de que estamos controlando al hijo de Guybrush. El intrépido y joven pirata que acompañó a los fans por numerosas aventuras hoy es un adulto y, si bien no va a salir en busca de un nuevo tesoro, tiene algunas historias más para compartir.
De hecho, Guybrush Threepwood le cuenta a su hijo - y a los jugadores - sobre esa vez que realmente, de verdad, y esta vez en serio, encontró el Secreto de Monkey Island. Con este recurso, Return to Monkey Island aprovecha para innovar la narrativa por momentos, yendo y viniendo entre la nueva aventura que protagonizamos y el diálogo entre los Threepwood, donde también se pueden tomar decisiones que cambien el curso del relato.
Como es costumbre en la saga, los jugadores comenzarán su nueva misión en el puerto de la isla Melee, donde intentarán conseguir un barco y una tripulación para viajar a Monkey Island. Los distintos diálogos con personajes conocidos y no tanto guiarán la aventura y brindarán pistas para continuar avanzando. Guybrush cuenta con una lista de pendientes que se va actualizando para mantener a los jugadores con los objetivos claros y bastante temprano en la saga se puede adquirir un libro mágico que otorga pistas muy útiles para continuar avanzando.
Está claro desde el inicio que la experiencia de Return to Monkey Island busca ser accesible para todos. Al comenzar el juego, se puede elegir entre un modo casual, donde los acertijos casi no proponen desafío, o un modo más clásico, ideal para los fans que quieren volver a poner su ingenio y pensamiento lateral a prueba. De cualquier manera, el libro mágico de pistas está disponible para todos y cuenta con respuestas específicas relacionadas a los objetivos en curso. Además, ofrece consejos de a poco para guiar a los jugadores hacia sus misiones antes de revelar exactamente lo que deben hacer.
Los controles son más que intuitivos y no presentan mayores novedades en el género. Guybrush cuenta con un inventario que se puede revisar en casi cualquier momento. Ahí están todos los objetos que se recolectan a lo largo de la aventura y que pueden interactuar de diferentes maneras con entornos y personajes para resolver acertijos. En PC, los jugadores solo necesitan usar el mouse para moverse por los escenarios y acceder a su inventario. Algunos botones adicionales ayudan a no perderse de ninguna línea de diálogo, pero la gran mayoría de la jugabilidad pasa por apuntar y cliquear, al estilo clásico.
Lo más innovador de Return to Monkey Island es, sin dudas, el apartado visual. El inventario es un menú desplegable que no ocupa lugar en la pantalla constantemente para que podamos apreciar los clásicos - y no tan clásicos - escenarios recreados con un nuevo estilo. La estética del juego causó controversia entre los fans y las reacciones negativas obligaron a Ron Gilbert a abandonar su blog y sus redes sociales momentáneamente porque llegaron a incluir amenazas de muerte.
Lo cierto es que ningún cambio en el arte de un videojuego justifica una reacción semejante. Fuera de la controversia, el nuevo estilo gráfico permite aprovechar mejor los escenarios hechos en tres dimensiones y le da un brillo especial a las secuencias cinemáticas, que cuentan con primeros planos de algunos personajes en todo detalle. Tuve la oportunidad de jugar Return to Monkey Island en una laptop ASUS ROG Strix G15 G513 provista por AMD, lo que me permitió apreciar mucho más los colores las distintas islas caribeñas, así como también prestarle más atención a detalles de la animación que no se podrían conseguir con los estilos gráficos de entregas anteriores. El procesador AMD Ryzen de Serie 6000 logró generar una experiencia más que fluida para poder recorrer los escenarios grandes sin perder nada en el proceso.
Lo sonoro también vuelve a ser protagonista, como ocurrió en entregas anteriores. Las nuevas versiones de canciones conocidas vuelven a transmitir épica y emoción como el primer día y las novedades hechas para esta entrega en particular logran capturar a la perfección las intenciones de cada escenario y cada momento de la historia. Con una mezcla de elementos conocidos y nuevas tecnologías, se trata de otra banda sonora que vale la pena apreciar tanto dentro como fuera del juego.
Return to Monkey Island trae de vuelta a numerosos personajes de entregas anteriores, apelando a la nostalgia y generando lindos momentos para fans con los varios reencuentros. No solo vuelven personajes vistos en los títulos dirigidos por Gilbert, sino que también volvemos a cruzar caminos con otros vistos en las secuelas más recientes. Por supuesto, aquellos que hayan jugado a todos los títulos de la franquicia van a poder captar todas y cada una de las referencias, cameos y apariciones especiales, lo que siempre suma algunos puntos en el balance general.
Debo admitir que, sobre la mitad de la aventura, pensé que iba a decepcionarme con Return to Monkey Island. Si bien está claro que es una experiencia ideal para fans, esperaba que el título contara con innovaciones en lo jugable, para demostrar que los desarrolladores están al día con las distintas mecánicas y apartados que el género fue incorporando en las últimas décadas. Y aunque no las tiene, el título sí tiene muy en claro sus objetivos. Logré superar ciertas barreras, como el hecho de que la gran mayoría de los acertijos son muy fáciles de deducir o que todo se siente demasiado familiar a lo que ya jugamos antes, y me permití disfrutar mucho más del viaje, sin pensar tanto en el destino final.
En las últimas horas de Return to Monkey Island, el juego nos permite ver a Guybrush Threepwood, el poderoso pirata que venimos siguiendo hace décadas, con una luz diferente. El título nos hace un recuento de las terribles cosas que estuvimos haciendo - y las amistades que estuvimos traicionando- para llegar al Secreto de Monkey Island, lo que nos hace ver lo enfocados que estamos, como jugadores, en llegar al final y obtener una épica recompensa por todos nuestros esfuerzos. Esto hace que nos cuestionemos no solo lo que hicimos en esta última aventura, sino también en las anteriores, lo que permite hacer una lectura muy distinta de lo que transmite la franquicia en cada una de sus historias.
Y en los distintos mensajes que el título intenta transmitir, también se habla mucho de las expectativas, un tema que toca muy de cerca a la franquicia y a la industria gamer en general. Esas expectativas que llevaron a jugadores a amenazar de muerte a desarrolladores que pusieron mucha pasión en un título soñado.
En el menú principal hay un apartado que cuenta con relatos de Guybrush de sus aventuras pasadas. Al comenzar el juego, podemos ver las distintas hazañas hechas en títulos anteriores. A medida que avanzamos en Return to Monkey Island, se van sumando páginas que relatan lo que vamos logrando. Al terminar la historia, sin embargo, se agrega una última página con un muy poderoso mensaje que también permite ver éste y todos los otros juegos de la saga desde otra perspectiva, lo que puede empujar a más de un fan a querer revivir esas aventuras una vez más.
En sus diez horas de juego, aproximadamente, Return to Monkey Island nos cuenta por qué es parte de una franquicia tan icónica, nos presenta una nueva aventura llena de personajes coloridos y humor excelente, y nos hace reflexionar sobre lo que experimentamos tanto en esta oportunidad como en las anteriores, todas conectadas por numerosos elementos en común.
Como fan de la saga, disfruté mucho de cada pequeño momento y de cada giro de tuerca inesperado, me reí de los mejores y peores chistes y reaccioné diferente a cada cameo y aparición especial. No hay objetividad en este análisis y no tengo manera de saber si alguien completamente ajeno a la saga puede disfrutar de la experiencia de la misma manera. Creo que Return to Monkey Island reflexiona sobre sí mismo y también sirve como un recuento de todo lo que la saga hizo hasta ahora, lo que, como mencioné antes, puede generar ganas de revivir esas aventuras pasadas, incluso si nunca se las jugó antes.
Return to Monkey Island también me dejó pensando en sus últimas horas y en lo meta que es su mensaje, por eso no puedo hacer más que recomendarlo. Quedarse pensando en lo que experimentamos mientras pasan los créditos es una sensación que no todos los videojuegos logran generar y siempre es más que bienvenida.
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