Con cada vez más lanzamientos importantes retrasados a 2023 en el mundo gamer, 2022 demostró ser un gran año para prestarle más atención a la industria indie, llena de exponentes. Esta semana debutó en Nintendo Switch y PC el título Lost in Play, una nueva aventura gráfica a cargo del estudio Happy Juice Games. Con un apartado visual que recuerda a series animadas de ayer y hoy, el juego propone volver a las bases de lo que significa jugar con una historia llena de corazón y mucha imaginación.
Lost in Play comienza poniendo a los jugadores en un paisaje que rápidamente se vuelve psicodélico gracias a elementos flotantes y la aparición de animales parlantes. Rápidamente, después de entrar en contacto con las mecánicas básicas del juego, nos damos cuenta de que estábamos sumergidos en un sueño de la protagonista sin nombre, que despierta en la habitación que comparte con su hermano.
Luego de algunos pequeños acertijos que hay que resolver, ambos hermanos salen a jugar en el patio de su casa, utilizando sus poderosas imaginaciones para crear mundos y situaciones mágicas. Sin embargo, al intentar volver a su hogar, se encuentran con un enemigo que les hará la vida imposible y los enviará en un viaje único por tierras desconocidas pobladas por personajes de todas las naturalezas.
A pesar de que la historia es encabezada por dos niños humanos, los desarrolladores prefirieron no usar ningún idioma conocido, sino más bien sonidos y onomatopeyas para las pocas instancias en las que los personajes hablan e interactúan con otros. Esto es parte de la simpleza del título que también está presente en los controles. A pesar de tratarse de una aventura gráfica, género usualmente vinculado a la PC -y al point and click- Happy Juice Games recomienda utilizar un control porque las interacciones con los objetos del inventario, los entornos y los diferentes personajes se hacen simplemente con uno o dos botones.
Esto permite que los jugadores no tengan demasiados indicadores y elementos en pantalla y puedan disfrutar al máximo del punto más fuerte del juego: su apartado visual. Los desarrolladores anticiparon que su nuevo título estaba inspirado en programas de televisión nostálgicos como Gravity Falls, Hilda y Over the Garden Wall y es algo que podemos notar de inmediato. Tanto los personajes como los escenarios parecen sacados de una serie animada, pero podría argumentarse que en este caso es todavía mejor que esas producciones de Disney o Cartoon Network, porque los jugadores pueden ser parte del relato desde el rol protagónico e interactuando con entornos y personajes de maneras que la TV no puede recrear.
Los hermanos protagonistas recorren numerosos escenarios con el objetivo de volver a su casa y cada nuevo lugar cuenta con una vibra y una paleta de colores diferente para no aburrir ni en lo jugable ni en lo visual. Las animaciones fluidas en conjunción con una muy buena banda sonora aportan mucho a la sensación de estar metidos dentro de un show animado.
El título cuenta con algunas cinemáticas que conectan la acción entre los diferentes niveles jugables, pero no generan el efecto deseado. Al tratarse de un videojuego con una estética tan particular, estas cinemáticas presentan más escenarios y situaciones en las que los protagonistas se meten, pero sin darle la posibilidad al jugador de interactuar. Realmente dan ganas de que esas cinemáticas también sean parte del juego aunque no tengan acertijos que resolver. Numerosos juegos fusionan géneros y estilos en una misma experiencia y Lost in Play se hubiera beneficiado mucho en estos momentos particulares.
De todas maneras, no todo está perdido porque la jugabilidad es otro punto fuerte. Es cierto que no se trata de una revolución para el mundo de las aventuras gráficas, pero sí es una reinterpretación de los elementos que no pueden faltar en la fórmula. Los jugadores pueden tomar un objeto y guardarlo en el inventario con el mismo botón con el que luego van a interactuar con diferentes personajes y elementos, lo que vuelve la experiencia muy intuitiva.
Lost in Play no cuenta con tutoriales para conocer los controles porque se trata de comandos muy simples, pero también porque gran parte de lo que intenta transmitir es esa sensación de descubrimiento que inspiran los protagonistas. Mucho de la aventura parte de la imaginación de estos personajes, sus ganas de descubrir el mundo que los rodea y el simple hecho de querer divertirse, algo que deberíamos hacer como jugadores más seguido de lo que nos gustaría admitir.
El título sí cuenta con algunas explicaciones porque ciertos acertijos no requieren atención ni pensamiento lateral, sino ciertas habilidades. A lo largo de la aventura hay algunos personajes que demandarán que les ganemos en un juego de mesa -o una situación similar- para poder avanzar con la narrativa. Lost in Play se luce con algunos minijuegos más que interesantes, creados de la nada con pocas reglas. Debo admitir que fue en estos minijuegos donde más tiempo pasé, no porque me hayan gustado mucho, sino porque probaron ser bastante desafiantes para mis habilidades.
Los desarrolladores tomaron elementos que aman, como la animación televisiva y las aventuras gráficas, para crear una experiencia interesante. Gracias al humor que maneja, se trata de una experiencia apta para todo público y desde Happy Juice Games invitan a todos los usuarios a compartir la experiencia en familia, tal y como hacen ellos con las suyas.
Lost in Play no va a revolucionar el género, pero tiene uno de los apartados visuales más llamativos de este año. De cualquier manera, también es necesario aclarar que es una historia que no lleva más de cuatro o cinco horas en completarse. El título independiente tampoco tiene una trama llena de giros y sorpresas, pero constantemente transmite una cálida sensación de diversión sana y puro asombro que no es tan común en el mundo de los videojuegos como uno esperaría.
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