Análisis de Endling Extinction is Forever: un juego de supervivencia con un mensaje desgarrador sobre el medio ambiente

Endling: Extinction is Forever se anunció en diciembre de 2021 en un evento digital de Nintendo lleno de videojuegos independientes con estéticas únicas. El título desarrollado por los españoles de Herobeat Studios llamó la atención por su interesante apartado artístico, pero también anticipaba una historia cargada de tristeza no apta para cualquiera.

En la aventura, los jugadores se ponen en el papel de una zorra que vive en el bosque junto a sus cuatro cachorros. Luego de unas primeras escenas que ya nos ponen a tono con lo que va a ser Endling -una historia sobre el fin de los tiempos- uno de los cachorros es raptado y el objetivo principal será buscar pistas sobre su paradero. Mientras tanto, también habrá que cazar animales y recolectar comida para asegurar la supervivencia de los otros tres cachorros que acompañarán a su madre en todo tipo de aventuras.

El juego se desarrolla a través de unas 30 noches consecutivas, donde la familia de zorros sale en busca de comida en medio de un paisaje que se modifica constantemente con la presencia de industrias y la destrucción general del ser humano. En el lapso de una noche, los objetivos son conseguir comida, evitar peligros, descubrir nuevos caminos y, en caso de que exista la posibilidad, seguir los rastros del cachorro raptado.

La exploración es intuitiva y los jugadores cuentan con un mapa que va despejando zonas de neblina a medida que se desbloquean caminos. Por otro lado, las interacciones con el entorno se reducen a un solo botón, dependiendo de dónde estemos. Con el mismo botón y el mismo concepto, se puede escalar, cazar animales y combatir depredadores, siempre y cuando se presione en el momento justo. La salud de los cachorros está representada por una barra de vida que se reduce con el tiempo y es el principal elemento a tener en cuenta para asegurar la supervivencia de la familia entera.

Aunque las mecánicas de juego no son para nada complejas ni requieren de grandes habilidades, Endling es un survival desgarrador. Los adorables diseños de los protagonistas y las diferentes situaciones peligrosas a las que se enfrentan generan altos niveles de angustia y estrés sin demasiado esfuerzo. Desde lo jugable, no hay muchos elementos que obliguen al jugador a estar en constante estado de alerta, pero la temática del título en sí es más que suficiente para ponernos en modo supervivencia de principio a fin.

En las distintas expediciones de la familia de zorros en busca de comida hay algunos caminos alternativos que desbloquean habilidades específicas en los cachorros. Estos skills están conectados a momentos de peligro, pero sirven luego para encontrar comida en algunos de los momentos más difíciles de la aventura.

A medida que se avanza en la historia, aparecen nuevos peligros a tener en cuenta, así como también se desbloquean distintos caminos que abren nuevas posibilidades. Los escenarios se deterioran noche a noche con el accionar humano sobre el bosque, algo que no solo está extinguiendo especies enteras de animales, sino también a la misma humanidad. El mensaje sobre el impacto en el ambiente no es un accesorio o una placa que vemos al final de los créditos, sino que está incorporado en la jugabilidad desde el principio.

Endling es otro de esos videojuegos que invita a tomar capturas constantemente. Por un lado muestra numerosos paisajes diferentes, en un principio cargados de colores, pero también los va modificando noche a noche para mostrar el poder destructivo del humano y el sufrimiento que puede generar -y genera- con tanta facilidad.

El objetivo principal en Endling es mantener con vida a los cuatro cachorros, pero en el camino hay muchas posibilidades de que algo salga mal. Si la barra de vida se agota y uno de los pequeños muere, la aventura debe continuar. En cambio, si la madre muere a manos de alguno de los numerosos peligros del juego, aparece la pantalla de Game Over y se vuelve al último punto de control.

El juego guarda la partida únicamente al final de cada noche, siempre y cuando la familia de zorros logre volver a su guarida a tiempo. Teniendo esto en cuenta, los jugadores que sufran la muerte de un cachorro en medio de la aventura pueden tranquilamente cerrar el juego y abrirlo nuevamente antes del próximo punto de control para intentar salvarlo. Entiendo que algunos considerarán esto como hacer trampa o no jugar de la manera en que Endling “debe ser jugado”, pero desde mi punto de vista, está más que justificado.

Endling pone a los jugadores en un estado de estrés y angustia constante. Su mensaje es desgarrador y completamente realista y por eso es muy difícil de recomendar. Como videojuego, cumple muy bien con mecánicas interesantes, una jugabilidad simple de entender y un apartado artístico hermoso, junto con la música que logra generar emociones muy fuertes. Pero la tristeza que emana Endling puede llegar a ser demasiado para algunos. Hay lágrimas aseguradas y muy poca esperanza de la que agarrarse.

Sin spoilear demasiado, los jugadores pueden reunir todas las pistas del paradero del cachorro raptado y rescatarlo, sea cual fuere el destino de los otros tres pequeños zorros. De cualquier manera, el compromiso de los desarrolladores con el mensaje que quieren dar no permite que haya un final feliz.

Debo decir que Endling: Extinction is Forever me pareció un videojuego muy interesante y una experiencia bastante única, pero también me hizo preguntarme si era necesaria tanta tristeza, tanta desolación y tanta desesperación a la hora de transmitir esas ideas. Nuevamente, se puede argumentar que hay zorros de verdad viviendo estas mismas experiencias en zonas deforestadas de nuestro planeta Tierra en la actualidad, pero me es muy difícil recomendar una experiencia donde hay que pasarla mal de principio a fin. Solo a aquellos que busquen exclusivamente emociones fuertes o tengan nervios de acero, porque se trata de uno de esos títulos difíciles de borrar de la memoria.

En otro orden de cosas, el título tiene algunos errores y bugs ocasionales que pueden obligar a reiniciar el juego. Estas situaciones están generalmente relacionadas a los cachorros que siguen a su madre y que pueden atascarse en algunas estructuras o quedarse bloqueados en posiciones donde es imposible recuperarlos. No suele ser nada demasiado grave gracias a que hay un punto de control cada noche, pero puede resultar tedioso si estamos muy sumergidos en la experiencia.

Endling: Extinction is Forever es un muy buen primer trabajo del estudio español. Cuenta con ideas originales, un arte muy bien logrado y un potente mensaje que busca transmitir en cada segundo de juego. No es un título que se “disfrute”, por la naturaleza de su historia, pero no por eso hay que dejar de reconocer sus méritos. De cualquier manera, me parece que el tono desgarrador y el contundente mensaje del juego podrían haber estado acompañados de algún llamado a la acción o información útil sobre cómo mejorar el cuidado del medio ambiente. Algo mínimamente esperanzador que contraste con el tono de la aventura, para que nuestra realidad no llegue a convertirse en la realidad de Endling.

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