Si existía un juego que podía aprovechar la secuela de Top Gun, era Microsoft Flight Simulator. El aclamado juego de simulación de aeronaves lanzará un nuevo DLC para celebrar el estreno de la película y le brindará a todos los usuarios un pack para que se sientan pilotos a lo Maverick.
La nueva “Top Gun: Maverick” retomará la historia de Pete Michell (Tom Cruise) quien, 36 años después de la primera película, se desempeña como capitán e instructor de vuelo en la academia de pilotos de combate. Mientras guía a los nuevos especialistas, deberá enfrentar los fantasmas de su pasado para cumplir una peligrosa misión.
Microsoft Flight Simulator comenzó como una franquicia estable en 1982, unos cuatro años antes de que se estrenara la primera película protagonizada por Tom Cruise. Esta vez, la compañía aprovechará el avance a nivel técnico que ha logrado para encarnar una simulación de vuelo para PC y Xbox Series X/S.
La expansión se habilitará de forma gratuita para todos los jugadores de consolas Microsoft y de PC con Windows 10/11, Steam, Xbox Cloud Gaming y por supuesto, Xbox Game Pass.
El DLC “Top Gun: Maverick” le dará a los fanáticos cinco nuevos desafíos de agilidad y alta velocidad, que les exigirán a los jugadores y jugadoras extremas habilidades para volar al ras del suelo y entre montañas. Además, se le sumarán tres misiones especiales de entrenamiento para el F/A- 18 E Super Hornet, un avión de caza que se caracteriza por las maniobras en bajas altitudes. Allí los jugadores deberán dominar maniobras de vuelo, despliegues peligrosos, técnicas especiales Split S y más tácticas que pondrán el poder de la aeronave al límite.
Entre las naves que se suman a la colección, estará disponible un modelo de avión hipersónico que puede alcanzar velocidades Mach 10 y altitudes superiores a los 150.000 pies sobre el nivel del mar. Por supuesto que también se sumará el F/A-18E Super Hornet que volará Maverick durante la película.
Y eso no es todo: el DLC también integra dos desafíos de aterrizaje, entre ellos una maniobra en la cubierta de un portaaviones, lo que es catalogado como una de las técnicas reservadas para los pilotos con más habilidad en la aviación militar.
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