Especial San Valentín: 5 historias de amor que marcaron el mundo de los videojuegos

Las múltiples narrativas del gaming dieron la posibilidad de explorar algunas de las relaciones más intrincadas del espectro romántico

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Mario y la princesa Peach
Mario y la princesa Peach

Más allá del estereotípico chiste que dice que los videojuegos son solo una manera para complementar la soledad, en realidad son estos los que le enseñaron a millones de jugadores y jugadoras sobre las historias de amor más conmovedoras de la cultura pop.

Así como evolucionó la capacidad tecnológica, las historias románticas fueron representadas a partir de todo tipo de herramientas: la primera historia de amor registrada es un poema llamado “Canción de amor para Shu-Sin” y fue escrita en una tableta cuneiforme que data del 2000 A.C. Después de millones de años, las narrativas románticas siguen existiendo gracias a las historias de los videojuegos y otros lanzamientos que se aseguran de mostrar todas las formas en las que el romance puede tomar forma.

Como todo producto cultural, los videojuegos son un reflejo del lenguaje del imaginario colectivo contemporáneo. A medida que evolucionó la tecnología, las historias mutaron y formaron redes complejas para representar, pero a partir del ingenio del game design, aún se demuestra por qué el amor romántico es una de las razones más importantes a la hora de justificar la dinámica para inspirar a los y las protagonistas de cualquier juego.

¿Cuáles son algunas de las parejas favoritas del mundo del gaming?

Mario y la Princesa Peach del Super Mario Bros.

La dinámica de “doncella en peligro” para Mario comenzó con Donkey Kong, el lanzamiento creado por Shigeru Miyamoto en 1981, pero en 1985 hizo su aparición la Princesa Peach en Super Mario Bros, dando paso a una de las parejas más icónicas del mundo de los videojuegos. Desde entonces, Mario se encarga de salvarla en la mayoría de las entregas de la historia. En el único juego protagonizado por Peach (Super Princess Peach 2005), los roles se revierten y la Princesa también se toma el trabajo de rescatar al fontanero.

Guybrush Threepwood y Elaine Marley de The Secret of Monkey Island

Algunos años después, Lucas Arts se animó a crear una historia de amor que rompiera los estereotipos de los género heteronormativos de la época. Elaine Marley es la gobernadora de tres importantes islas de la historia de The Secret of Monkey Island, una hábil duelista y uno de los personajes más inteligentes de toda la franquicia. Si bien luego de rechazar al pirata LeChuck promete nunca enamorarse de ningún pirata, el Threepwood roba su corazón y la dinámica se transformará en parte clave de las aventuras de la saga de Ron Gilbert.

Raiden y Rosemary de Metal Gear Solid 2

Quizá no la mejor pareja, pero sí es el motor narrativo para muchas de las acciones de Raiden a lo largo de la franquicia más conocida de Hideo Kojima. Rosemary es una analista de información militar del ejército estadounidense y actúa como soporte logístico para el espía durante las primeras misiones del Metal Gear Solid 2. La pareja (que fueron nombrados como los protagonistas del romance de la película Titanic, siendo Jack el verdadero nombre de Raiden) son un microcosmos en medio del entreverado mundo de espionaje y a menudo se puede descubrir parte de su dinámica durante todas sus conversaciones a través del Codec.

Comandante Shepard y Garrus Vakarian de Mass Effect

Si existe un videojuego que enseñó sobre el amor es la trilogía de Bioware lanzada en el 2007. Las opciones de romance de este adrenalínico shooter son variadas, pero una de las historias que más destacan entre el resto es el relato de compañerismo y lealtad que el alienígena turiano Garrus Vakarian y la Comandante Shepard desarrollan. A medida que se acerca el fin del relato, su relación muestra las aristas complejas de un romance cuyo final parece inminentemente dramático, pero -a pesar de eso- sus diálogos rescatan e inmortalizan el significado de una relación entre iguales que se apoyan en la adversidad.

Tracer y Emily de Overwatch

La idea de un romance entre mujeres causó revuelo durante el 2016, a pesar de los adelantos en diversidad y aceptación de las representaciones queer. La pareja fue representada por primera vez en un cómic que explicaba el pasado de Tracer (uno de los personajes de Overwatch), en el cual se muestra una divertida ocurrencia que sucede entre ellas durante una Navidad. El mundo se volvió loco con la presencia de un romance LGTB (aunque no haya sido el primero) que luego se hizo canónico dentro del videojuego. A pesar de que la experiencia de Overwatch quedó empañada mediáticamente por el conflicto en Activision Blizzard, el amor entre Tracer y Emily demuestra cómo inclusive una narrativa que se construye en un par de líneas de diálogo puede ser mucho más impactante que historias enteras dedicadas al romance.

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