Todos los parámetros que plantea el Pokémon Legends: Arceus marcan una nueva dirección para la saga Pokémon. El nuevo título de The Pokémon Company, que se lanzará hoy en Nintendo Switch, ha asombrado a la prensa y sorprendido a todos aquellos que se creían expertos del mundo de Game Freak que no parecía poder reinventarse después de 26 años.
El nuevo paradigma parece haber movido ligeramente todos los valores de lo que se creía conocer del mundo de las criaturas de bolsillo. Por primera vez, Nintendo invitó a los jugadores a vivir la historia de origen de todo su universo en la región Hisui, la versión feudal de Sinnoh (la cual exploramos en el Pokémon Diamante y Pokémon Perla). Hasta ahora, las circunstancias que habían construido las distintas realidades Pokémonse rescataban de pequeñas pistas de cada lanzamiento, mientras que el Pokémon Legends: Arceus tiene el ánimo de validar una estructura sólida. El cambio de narrativa podría llegar a ser hasta un cambio definitivo en cómo se construyen las ediciones de este mundo.
Desde portales históricos de videojuegos como Famitsu hasta Gamespot, oriente y occidente están de acuerdo que el nuevo caos de disposición parece ser una invitación a todos los jugadores que ya daban a la franquicia por añeja, mientras que se renueva para conquistar a un nuevo público con estructuras más simples.
¿Cuáles son los principales problemas que podrían afectar al título? En primera instancia, el intento de ampliarse puede terminar de ser un arma de doble filo. Si bien parece responder a todos los históricos pedidos fanserviceros (como la posibilidad de encontrarse casualmente con un Pokémon caminando por el escenario o inclusive ser partícipe de las expediciones cuando nos transportan de un lado al otro), algunos usuarios reportaron problemas de performance que tienen que ver con la optimización en Nintendo Switch. Inclusive muchos especialistas sostienen que la vibrante región de Hisui terminó por sentirse claustrofóbica, ya que solo se podría viajar a ciertas áreas en tanto se habilitan para ciertas misiones.
Game Freak se arriesgó con Pokémon Legends: Arceus, por lo que es esperable que los sólidos sistemas que se cimentaron a lo largo de casi treinta años ahora tambaleen un poco. Mientras que esta aventura 3D invita al jugador a ser parte del Equipo Galaxia, todas las misiones están atadas a los pedidos del equipo de investigación del misterioso Profesor Lavanda. Este tipo de diseño narrativo restringe notoriamente la independencia de exploración dentro del juego, pero también exige un ritmo específico.
A diferencia del resto de las experiencias, no hay un circuito de gimnasios los cuales visitar ni entrenadores a los cuales hay que enfrentarse bajo una estrategia lineal, sino que el mismo escenario nos muestra criaturas que únicamente se podrán apaciguar con elementos que fabriquemos desde cero gracias a lo obtenido en distintas exploraciones. Los modos de viaje también disparan la fantasía de los jugadores fieles a las ediciones clásicas, ya que los viajes realizados en lo que eran rústicas cutscenes ahora son vistas de viajes sobre un Pokémon que nos habilita ver el ecosistema de Hisui.
La nueva dirección de esta historia de origen habilita también a pensar en la relación entre los humanos y las criaturas que conviven en su mundo; Pokémon Legends: Arecus invita a pensar desde un pasado rústico de dónde salieron las Pokebolas, cómo se construyó el primer Pokedex y qué Pokémon se dejaron domar fácilmente. Las consecuencias de las malas elecciones ya no solo recaen en un equipo de criaturas con baja energía, sino que los ataques de los encuentros salvajes también repercutirán directamente en los exploradores.
El nuevo lanzamiento expone a los nuevos jugadores a un ambiente Pokémon con esencia de safari de supervivencia. Aunque las misiones son lo suficientemente acotadas para ser parte de un paradigma que encierra la historia del Arceus, son fragmentos de una estructura que pretende revolucionar el imaginario entero de una de las franquicia más estáticas del mundo de los videojugos hasta el momento.
SEGUIR LEYENDO: