A pesar de las recientes polémicas por los despidos dentro de Raven Software, la división de Activision Blizzard responsable del Call of Duty: Warzone Pacific, logró estabilizar el sistema Ricochet Anti-Cheat. Su nueva actualización logró convertirse en lo suficientemente molesta para que varios portales de ventas de trampas le pidan a sus comprados que dejen de usar sus códigos para evitar ser banneados.
El software que actúa a nivel kernel (es decir, desde el origen donde los sistemas operativos comienzan a ordenar la ejecución del hardware) logró bannear más de 500.000 cuentas con estos parámetros. Sin embargo, los temidos hackers encontraron rápidamente una solución para saltar la primera actualización del Ricochet y burlarse abiertamente de ellos en redes sociales.
El sistema anti-cheat no dio el brazo a torcer e incorporó un parche que funcionó como arma de doble filo: por un lado, pudo controlar los nuevos métodos de trampa, pero por el otro llenó al Warzone de incontables glitches que llegaban al extremo de congelar la carga inicial en las consolas de Xbox.
Por suerte, comenzó a existir luz al final del túnel: además de tomar acción legal contra todas las empresas que vendían “trucos” para el shooter, Raven Software incorporó una estrategia donde se reconoce a los cheaters y los vuelve casi intrascendentes para el juego. Entonces, en lugar de bannear cuentas o volver al matchmaking entre hackers, el Ricochet acumula los reportes hacia aquellos usuarios sospechosos, filtra sus estadísticas y disminuye todo el daño que puedan hacer dentro de las partidas. De esta manera, hasta el hacker más hábil activará las alarmas del anti-cheat y les será casi imposible enfrentarse a sus oponentes.
Mientras que algunos jugadores están preocupados de ser afectados por tener una puntería que excede a la norma, varios negocios de venta de aim-bots declararon su derrota y le piden a sus usuarios que no se arriesguen a utilizar sus últimos lanzamientos ya que el nuevo sistema parece que logró marcar eficazmente a algunas cuentas con estadísticas exuberantes.
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