La industria del gaming está acercándose cada vez más al mundo del Metaverso y la tokenización. Esta vez fue el turno de Troy Baker, actor de voz reconocido por su papel como Joel en The Last of Us, quien se unió a una compañía que promueve la utilización de la tecnología blockchain.
“Me estoy asociando con @VoiceverseNFT para explorar formas en las que juntos podamos brindar nuevas herramientas para que nuevos creadores puedan hacer cosas nuevas y permitir que todos tengan la oportunidad de poseer e invertir en las IPs (propiedades intelectuales) que crean. Todos tenemos una historia que contar. Puedes odiar o puedes crear. ¿Qué será?”, escribió Troy Baker en su anuncio de Twitter.
Voiceverse NFT es una empresa cuyo fin es promover un mercado estable de NFTs de voz generadas a través de una inteligencia artificial. Con la compra de estos Voice NFTs, el usuario podría utilizar de manera ilimitada y perpetua una red de algoritmos que generarían un banco de diálogos casi infinito con los parámetros de la voz de cualquier actor o actriz que colabore con la empresa.
La mayoría de los fanáticos de Baker se han expresado en contra de esta metodología, ya que temen que una AI depreciaría el trabajo de los actores y actrices de voz. “No solo le sacas el acceso a otros actores de voz que quieran participar del mercado, sino que también estarías devaluando tu propio trabajo”, le respondió un usuario en Twitter.
Del otro lado de los NFT
Mientras tanto, la compañía japonesa Sega aún no está completamente segura si debe involucrarse en el negocio de los tokens, a pesar de que el año pasado se había asociado con Double Jump Tokyo para lanzar contenido NFT.
Los dirigentes de la compañía declararon a sus accionistas que siguen experimentando con la idea y están llevando varios estudios de mercado, pero que aún no existe una respuesta concluyente sobre su recepción. “Ha habido muchos anuncios sobre esto en occidente, pero hay usuarios que siguen teniendo una postura negativa ante esto”, expresaron en una reciente junta administrativa.
Los empresarios también expresaron estar preocupados por cómo la utilización de esta tecnología podría llegar a dañar su imagen pública y que aún no encuentran un parámetro del todo positivo para sumarse al riesgo.
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