Sin dudas God of War (2018) es uno de los grandes títulos de la historia del gaming que logró una impresión muy profunda en los fans de la franquicia. El desarrollo de Kratos -su protagonista- y el apartado visual dieron un salto de calidad que llevaron a la saga de videojuegos a un nuevo nivel, permitiendo explorar en mayor detalle el trasfondo de sus personajes. Todo en el marco de la mitología nórdica que tomó el papal principal en esta entrega.
Hace poco menos de dos meses, PlayStation anunció que el título iba a seguir el camino de sus otras exclusividades que habían desembarcado en PC, permitiendo que un nuevo público pueda ser parte de la experiencia. “Nuestro objetivo principal trayendo God of War a PC era resaltar el contenido excepcional que nuestro equipo creó y aprovechar el poderoso hardware que ofrece la plataforma para crear una versión única y de alto rendimiento del juego”, habían explicado al momento del anuncio. Y ahora solo faltan dos días para que todos los jugadores puedan encontrarse con el juego
Desde Infobae Latin Power pudimos acceder en forma anticipada al título de Santa Monica Studio y probarlo desde dos perspectivas: desde la mirada de quien lo jugó antes en PlayStation y se reencuentra a través de esta versión, y desde el lugar de quien lo jugó por primera vez gracias a su llegada a PC.
Relación padre-hijo, mitología y renovación de la saga
En lo que ambos pudimos estar de acuerdo es en el tratamiento que da esta entrega a la mitología nórdica, que se transmite con una delicadeza única que puede verse en la perfecta ambientación de Midgar, la interpretación de runas y cada referencia artística que impacta a todos los aficionados de la historia nórdica. Poder revivir esa construcción de mundo y el crecimiento de Kratos es un punto a favor que siempre va a tener el título.
Durante las entregas anteriores, hemos visto al Dios de la Guerra comenzar solo como un guerrero espartano con una familia a la cual proteger. Aunque ya vimos al protagonista vivir un conflicto interno debido a sus enormes pérdidas, nunca antes se vio un nivel de profundidad como este en cuanto a sus relaciones y al desarrollo de su personaje. Atreus es mucho más que solamente un acompañante en esta aventura. Con pequeños detalles que demuestran el rango de emociones de sus personajes, los elementos fundamentales de la historia se dejan entrever cuánto más difíciles se ponen las cosas.
La frescura es lo que más caracteriza a esta obra en lo que respecta al resto de la saga. Partiendo de la base que la ubicación geográfica es completamente nueva y definitivamente alejada del Olimpo, no hubo espacio para reutilizar enemigos o assets vistos previamente. La apertura de un mundo semi abierto es otro factor clave que da lugar a una infinidad de posibilidades; y, por último, el enfoque de Kratos como personaje más humano y no tan “Dios” como se lo conocía hasta entonces.
Sistema de combate
Si hay algo que Santa Monica Studio sabe hacer muy bien son los combates en tiempo real. La adrenalina y acción estarán presentes en cada instante de la aventura, con monstruos y bosses muy originales. Todos ellos deberán ser abatidos con sus respectivas mecánicas que, en ciertos casos, serán más accesibles desbloqueando skills de Kratos y Atreus en el árbol de habilidades mediante puntos de experiencia, o bien mejorando las armas y equipamiento con los hermanos herreros a través de objetos recolectados por el mapa y la moneda in-game.
A pesar del cambio a un estilo en tercera persona con cámara fija por detrás, el combate logró mantenerse fiel a su concepto original. Con una mayor adaptación del combate soulslike, que hace énfasis en la posibilidad de esquivar mediante pasos veloces al costado o rolls en el piso, God of War mantuvo su eje centrado en pocas armas que pueden ejecutar combos específicos y que van desarrollando nuevas habilidades a través de mejoras. Desde la perspectiva de quien lo jugó por primera vez, llegamos al final de la historia sin siquiera adquirir las mejores armaduras, lo cual habla de una rejugabilidad o contenido end-game que está a disposición del jugador aún después de concluir con el objetivo principal.
Exploración y duración
God of War es un juego de mundo semi abierto o “linealidad amplia”, en palabras exactas de la propia desarrolladora. El diseño de niveles es lo suficientemente grande y detallado como para sentirte libre de explorar durante horas. Demanda alrededor de 14 horas llegar al epílogo del juego en dificultad normal, para continuar después con las misiones secundarias o la recolección de objetos.
En la dificultad máxima, por su parte, hasta un Draugr puede resultar un desafío, lo que hace que el título logre mantener una sensación de peligro constante, pero a la vez de compensación en el descubrimiento. El juego invita al usuario a revisitar áreas anteriores al desbloquear nuevas herramientas para abrir puertas previamente inaccesibles, por ejemplo. Cada zona ofrece un relato, un desafío o un acertijo y rara vez se vuelve tedioso.
Apartado visual y técnico
Los requisitos oficiales mínimos del juego precisan 8 GB de RAM, 4 GB VRAM (memoria placa de video equivalente a una NVIDIA GTX 960 o AMD R9 290X) y un procesador de cuatro núcleos (Intel i5-2500k o AMD Ryzen 3 1200). Para aquellos que hayan disfrutado de la versión de PS4 base en el año 2018, definitivamente van a notar un upgrade interesante en relación a lo técnico. No solo se aprecia un salto de calidad en lo visual, sino que la fluidez de jugar a 120 cuadros por segundo sin cortes llevaron a God of War a lo más alto de los estándares actuales. Al jugarlo por primera vez, el port de PC no pareció el de un juego lanzado en 2018. Y eso habla muy bien de lo que la versión original ya ofreció.
Para el que se encuentre por primera vez con esta versión -que puso un gran foco en la mejora de sus gráficos para convertirlo en un juego de esta generación- el modo foto será un gran aliado, porque verlo por primera vez se siente como una experiencia impresionante, gracias a los pequeños detalles que se mejoraron, pero también a la variedad de biomas y ambientaciones.
La sensación que ofrece el port de PC es diferente, pero más que nada se percibe como una versión potenciada. Quienes se animen a probarlo en su máxima dificultad, van a encontrarse con un combate que en todo momento representa un desafío que premia el buen timing, pero también castiga el mínimo error. Desde jefes muy complejos a hordas de enemigos que no paran de llegar, God of War cubre la cuota de hard-core gamer al mismo tiempo que es capaz de brindar una de las mejores experiencias en cuanto a aventura, desarrollo visual y narrativa que Santa Mónica ha ofrecido hasta la fecha.
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