El 11 de noviembre se lanzó GTA: The Trilogy Collection The Definite Edition. Una colección con las versiones remasterizadas de tres grandes entregas de la saga: GTA III, GTA: Vice City y GTA: San Andreas. Desde el anuncio, hubo grandes expectativas entre los fans por volver a disfrutar títulos que marcaron a generaciones enteras y que tienen un lugar destacado en la historia del gaming. Sin embargo, la realidad no pudo estar mas alejada de ese escenario ya que el lanzamiento estuvo plagado de problemas. Tanto los fans como las críticos reaccionaron en forma negativa ante una propuesta saturada de bugs y elementos ausentes, en un juego que se notó que fue lanzado a las apuradas.
Debido a esta recepción, Rockstar Games publicó un comunicado pidiendo disculpas por los “inesperados errores técnicos”. En la publicación admitieron que las versiones actualizadas de estos juegos clásicos no se lanzaron en un estado que cumpliera sus propios estándares de calidad. Para demostrar que habían tomado nota de los errores y en un intento por demostrar gratitud con su comunidad, decidieron regalar las ediciones anteriores de los juegos como compensación.
Ese comunicado también anunciaba que una nueva versión del juego se iba a publicar en los próximos días con el objetivo de arreglar desde “agujeros en el mapa”, hasta “problemas con los modelos de los personajes en las escenas”. Y en especial el error más grave: el de la presencia de la lluvia en San Andreas que no permitía visualizar correctamente el juego.
El parche 1.02 se lanzó el sábado 20 solo para consolas y no parece haber cambiado mucho: varios jugadores reportaron que muchos de los errores persisten en el juego, incluso en casos en los que en las notas del parche figuraban como arreglados y que deberían haberse solucionado con la actualización.
Un ejemplo de esta incongruencia se pudo ver en GTA: San Andreas -la más rota de las tres remasterizaciones-. Según las notas, se había corregido un problema que generaban que un puente en el condado de Flint sea invisible, pero los jugadores no tardaron en contradecir ese planteo y publicaron en redes sociales que esta seguía igual que antes de la actualización.
Otros jugadores reportaron que se reusaron texturas o estructuras previas ante la evidente falta de tiempo para generar versiones que se ajusten a la nueva versión del juego. En ese sentido, la actualización solo terminó reafirmando la sensación que se generó con el lanzamiento y es que lo que llegó a los jugadores son títulos que no llegaron a trabajarse de forma completa.
Con ese panorama, los únicos que le dieron soluciones al juego fueron los miembros de la comunidad de modders, que se pusieron manos a la obra para arreglar el gran número de problemas, entre los que se encuentra los errores en relación a la lluvia o carteles arruinados por la IA, por mencionar algunos. Otros, por su parte, se enfocaron en corregir las caras de los personajes, uno de los principales focos de las críticas de los usuarios.
De esta forma, pareciera que la comunidad decidió tomar la iniciativa para resolver lo que Rockstar todavía no pudo. Los juegos no parecen tener un buen rumbo y están lejos de dar lo que se esperaba. Esto no solo se vio reflejado en las quejas que se repitieron en redes sociales, sino que el impacto también alcanzó a las críticas: en Metacritic, el puntaje de los críticos promedió 52, pero en cuanto a los usuarios quedó en 0.5, el más bajo en la historia del sitio.
No es la primera vez que pasa esto con un juego en el que había grandes expectativas. Esto es muy similar a la situación que se dio con Cyberpunk 2077 el año pasado, donde un juego incompleto lanzado con apuros no dio lo que se esperaba. Rockstar apunta a arreglar todo con el tiempo a través de parches, pero por ahora los jugadores van a tener que seguir recurriendo a la paciencia para esperar cambios más significativos.
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