“No fue que encendimos en Twitch y todos los días había 5 mil personas mirándonos. Ni a palos. De hecho, muchos pibes que hacen lo mismo que nosotros se fueron después de un advenimiento”, explica Lucas Rodríguez (29) desde su casa, donde tiene de fondo su identificatoria pared naranja que reluce en sus directos. El humorista, fanático de Boca, hijo de los cibers y Blockbusters, y ahora también streamer. Su crecimiento en los últimos meses lo destaca dentro de los streamers nacionales y en los próximos meses, sus vivos, van a ser exclusivos de la plataforma BooYah.
“Nosotros veníamos haciendo la plancha. Hacíamos nuestros videos en Instagram y la gente compraba su entrada para vernos en el teatro”, explica Lucas, quien forma parte del exitoso dúo humorístico Rodriguez Galati, donde trabaja junto a Roberto Galati y Manuel Burak. Respecto a esto último, pone un punto y aparte y no tiene reparos en diferenciar el mundo digital del real. “Me interesa que uno no se coma al otro. No por una cuestión de bolsillo, sino filosófica. Sentarse en un lugar, ver algo, habitar un espacio físico. Lo otro está buenísimo que esté, pero a veces da la ilusión de que suplanta lo real. Me parece algo peligroso. Terminator: Rise of The Machines”.
Pese a su mirada, deja en claro que le encanta su canal de Twitch donde tiene más de 200 mil seguidores a los cuales ve parecidos a él, algo que en el teatro no pasa porque es todo más “homogéneo”. “Mucha gente de mi edad me dice que se sumó a la plataforma por mi canal, así que eso también está bueno, porque significa que de alguna manera estoy haciendo algo para mí”, explica.
Serio y conciso con sus palabras, lejos del tono sobrador de su personaje en Twitch el humorista entiende que el hecho de que todo esto sea su trabajo es un premio mayor, pero deja claro que “un viral no lo sentís tanto como una risa y un aplauso”. A sus 29 años, analiza los cambios, tanto en la sociedad como en la creación de contenido de humor y se pregunta cómo serán los “hijos de la comedia virtual”, algo que, según él, va a ser interesante para ver en una década, cuando haya artistas que hagan arte sólo a través de un medio virtual.
Pese a declararse como alguien que no consume Twitch por falta de tiempo, afirma que son muchos los que lo hacen reír. Entre ellos destaca a Pimpeano, de quien considera que tiene el yeite de humorista. También suma a Joaco Lopez y remarca el trabajo que estos hicieron. “Me parece que está buenísimo lo que formaron y es su creación. Que a mi hoy me vaya bien en Twitch es porque antes le fue bien a Coscu, a Pimpeano, a Joaco, a todos ellos. Llegaron a un descampado y dijeron “vamos a poner una casa acá”. Y eso se agradece, porque en una de esas casitas vivo yo”.
Su andar en el mundo del stream lo llevó a poner su cuota de humor roleando como Daanniel Junior en Marbella Vice, el servidor de GTA V en el que también aparecen figuras importantes como Ibai, AuronPlay, ElRubius, entre otros. “Gracias a la gente de La Comarca: Goncho, Duende, Demente y Robert, obviamente, entramos ahí. Me hace reír. Es una locura que hayan personas con tanta llegada y seguidores”. Sin embargo, aclara que solo puede pasar un par de horas en el server, hasta llegar a un momento en el que se le “quema la cabeza”.
Su afinidad con los videojuegos fuera de los streamings es otra, ya que se declara fan y los considera la forma de arte de este siglo. “Termino de trabajar y me puedo poner a jugar Death Stranding y después escribir algo sobre eso. Es como una relación con las películas”. En esta línea, reconoce que tiene problemas con los videojuegos multiplayer online, donde dice no encontrarse por la carencia de canaletas narrativas y destaca el trabajo de Neil Druckmann, guionista de Uncharted, o de Hideo Kojima con Death Stranding. “Siento que si me colgué a jugar siete horas de Counter Strike y… es como colgarse a darle a una pelotita contra la pared sin que se caiga. Me gusta empezar The Last of Us y salir de otra manera, como lo hace Ellie. Pero sí, en los Souls sucede”.
Como gran parte de la generación de los años ‘90, Lucas inició su andar en el mundo de los videojuegos con los cibercafés, donde dice haber conocido GTA 3 y el Counter Strike. “Me acuerdo que una mañana estábamos jugando, no sé si Age of Empires, y alguien estaba diciendo que unos aviones tiraron las torres gemelas. Mirá lo irreal que fue la situación de las torres que mi papá, que me había llevado, entendió que estaban hablando del juego. Después, en un local de Cabildo vio que se estaban cayendo las torres y dijo: “Ah, era en serio”.
En paralelo a su época en los cibers, Luquita recuerda los Blockbusters, la extinta cadena de videoclubs que lo ayudó a florecer su amor por el cine: “Llegué a la generación VHS en la que íbamos con mi mamá y alquilábamos dos películas: una para mi y otra para ella y su pareja. A veces me iba a dormir y después me quedaba viendo la segunda. Era mi cine de la infancia”. Entre los títulos que elegía pone por encima los de “cine catástrofe”, y ejemplifica con películas como Armaggedon o Godzilla.
Su amor por el cine es grande, al punto de contar con tatuajes de Woody Allen y de James Stewart, el cual suele ser confundido con Perón. Lleva adelante Krakozhia, un podcast de análisis junto a los críticos Manuel Mamud y CríticoyCítrico . “El podcast está buenísimo porque tiene algo lindo, que es que nunca va a explotar”, indica mientras afirma entender que algunos pueden estar de acuerdo o no con las propuestas que tienen. Cuando se le pregunta por si le gustaría trabajar en película, no tiene reparo en confirmar su anhelo: “Ojalá en algún momento llegue la propuesta. La verdad es que el cine de a poco…Está difícil. La puerta es cada vez más chica para empezar a laburar en él. Pero en algún momento creo que va a llegar. Tengo 29 años, seguiré en relación con el cine y en algún momento, si mi carrera sigue, va a llegar”.
En cambio, su relación con las plataformas de streaming de películas y series no es la mejor: “La realidad es que la mayor cantidad de películas que me interesan ver, aunque pueda sonar snob, están un poco por fuera de las plataformas. Es muy raro encontrar algo del 2000 para atrás. Encontrás algo del 95 y es como hallar un fósil”.
Lo cierto es que la carrera de Lucas está en un punto de ebullición constante, algo que se puede ver tanto en la repercusión de Rodriguez Galati como en su canal de Twitch, donde en ambas explota con su humor. “La noción de ser gracioso apareció en el colegio, al darme cuenta que disfruta que la gente se ría con mis cosas”, señala para después recordar “ir a un asado y ver que hay alguien gracioso y decir: “Yo quiero ser ese”.
En este contexto, Lucas posiciona a Adam Sandler entre sus favoritos de la infancia, lugar que en su momento también ocupaban las cámaras ocultas de Tinelli, las cuales veía “como un Himalaya de la Comedia” en sus primeras incursiones. “Cuando terminé el secundario y al toque hice un curso de Stand up, y se puede decir que empecé a trabajar en comedia sin ser una persona que había terminado de estudiar y formarse. No en el sentido académico, sino humano”.
Ganó un Martín Fierro Digital en la categoría de “Mejor Contenido Humorístico” en 2019, pero en contrapunto recuerda que cuando comenzó no existía el Stand Up en Argentina como en la actualidad y remarca que no miraba a George Carlin ni Seinfield. “Cuando empecé a laburar, a los 18, 19 años, lo primero que vi de stand up fueron los especiales de VH1, con Wainraich, Peto (Menahem) y demás. Ahí fue que dije: “Quiero hacer esto”. Sin tapujos, deja en claro que igualmente prefiere ver comedia en el formato película, como puede ser Annie Hall, antes que Humanity, el monólogo de Ricky Gervais.
En cuanto a su trabajo con la comedia, más específicamente con Rodriguez Galati, Lucas tiene en claro que el proyecto no se “viste de otra cosa” ni “señala con el dedo”. Así, apunta que en el contenido que realizan no “enseña cómo vivir ni pensar”, mucho menos que postura tomar en relación a temas o coyunturas del momento. “Me pone orgulloso que en el cartel esté lo que realmente se vende adentro. Y que después, incluso, alguien se pueda llevar algo más. Ese es el gran valor del proyecto que tenemos con Rober”.
La relación del dúo con el público explota en redes y también la sienten en la calle. “Te subís a un colectivo y el colectivero te dice: “¿Qué haces papá?, ¡Sos el de los videos!”. Ese chabón no mira Twitch y me gusta porque también es parte de la realidad. No quiero que todo sea para la gente que habita internet”. A la hora de entender y distinguir a su público, entiende que le hablan a gente de 30 años, pero que también tienen llegada a gente más grande y a los más chicos: “Me sorprende más cuando es alguien muy chiquito, no tanto los más grandes. Me ha pasado que un nenito venga y te abrace como si estuviera abrazando alguien muy importante para él, que alguien de 50 años, eso pasa más”.
La actualidad lo tiene alejado de los teatros, que se encuentran cerrados por disposiciones de salud. Esto tiene un efecto inmediato en su futuro cercano, que está afectado tanto por Twitch como por el fútbol, mundo al cual el creador de “La Teoría”, es muy cercano. Pese a haber estudiado periodismo deportivo en un momento de su vida, Luquita está lejísimos de querer ser periodista porque “no está preparado” y porque se siente cercano desde una parte “lúdica”, algo que pudo verse en sus apariciones en el Programa Sin Nombre de TyC Sports.
Esta relación con el fútbol tiene como gran protagonista a Boca Juniors, el club de sus amores: “Me toca que pase esto en un momento de mi vida en el que estoy medio expuesto en redes y demás, y como hincha de Boca me toca que lleguen muchas cosas del equipo y demás”. Entiende también el momento que tiene el club en redes sociales, donde es furor, al punto de contar con streamers como Ibai que se declararon fans: “Todo lo que es Boca en la sociedad siempre me ha llamado la atención. Es un movimiento muy grande. No solo por la cuestión relacionada a la gente, sino que también de Boca hay un aparato económico y demás ineludible, que también le da de comer a ese monstruo. Me quedo con la gente”.
Su canal y el fútbol, están ligados de la mano. En una de sus transmisiones, habló sobre “La Teoría”, la cual explica que los jugadores colombianos no entienden la magnitud del partido que están jugando y los lleva a realizar acciones desmedidas. Esta suele ser tendencia en Twitter cada fin de semana por medio, algo que expone su vínculo con el deporte rey y su llegada a los hinchas. Más allá de su amor xeneize, este mes va a ser especial para el humorista debido a la Copa América. Reconocido hincha de la Selección, cuenta estar trabajando en conjunto con la CONMEBOL, el máximo ente de Sudamérica, para realizar contenido. “La miraré como hincha. Tengo ganas de que sea mejor que la de la edición anterior. Vamos a tener una segunda mitad de año movida con la Copa América, los Juegos Olímpicos y la Eurocopa”.
Otro de los puntos importantes de su futuro inmediato es su vínculo con la plataforma BooYah. “Va a ser como con Twitch, pero con un contrato por una cantidad de horas mensual. Los primeros meses vamos a tener un período ventana donde vamos a streamear en Twitch y en Booyah. Después tenemos 9 meses de exclusividad con ellos. Con Robert (Galati) estamos contentos porque lo estábamos esperando. Va a estar buenísimo”. Verlo en el mundo de los esports tampoco es una locura: “Me gustaría. Me encantaría. Me han llamado para cosas en relación a los videojuegos. Nunca para deportes tradicionales, pero me copa la idea de comentar un deporte”.
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