Análisis de Lake: Unas vacaciones virtuales pobres de contenido

Aunque la experiencia general es placentera, el juego se encuentra con algunas dificultades

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El estudio de Países Bajos Gamious lanzó hace poco su nueva aventura, Lake, para proponer una experiencia de juego muy diferente a la que se asocia con algunos de los títulos más esperados que la industria tiene para dar. Aunque no lo logra del todo, tiene varios elementos que se destacan y que hacen que, sin dudas, se trate de algo especial.

La premisa de Lake es bastante simple: Meredith vuelve a su pueblo natal después de décadas para tomar el trabajo de su padre en la oficina postal por dos semanas mientras está de vacaciones. La primera escena del título nos define a la protagonista como una adicta al trabajo que se perdió una fiesta junto a sus compañeros de oficina por estar terminando una asignatura pendiente.

Con esa presentación tan contundente, Meredith debe embarcarse en una aventura con un ritmo muy diferente al que está acostumbrada y en un lugar donde todos se conocen entre todos. La mecánica principal del juego es conducir el camión del correo por las calles de Providence Oaks y bajar para entregar cartas y paquetes a los residentes. En algunas ocasiones, se disparan diálogos de todas las naturalezas, donde lo que diga Meredith puede determinar qué va a suceder en los próximos días.

En los repartos diarios se van presentando personajes, algunos del pasado de la protagonista y otros completamente nuevos. El tipo de relación que se entabla con cada uno depende del jugador y las opciones de diálogo, que no presentan un abanico demasiado grande, sino que son bastante claras y concisas. Interacciones con personajes o encontrarse con alguien en el medio del camino puede resultar en una cita para el día siguiente o planes que ocupan la agenda de la protagonista, que no puede dejar su trabajo “real” de lado por mucho.

Lake presenta un cambio de ritmo tanto para la vida de Meredith como la del jugador, que está obligado a tomarse las cosas con calma y de disfrutar de cada momento, sin pensar demasiado en lo que se viene. Me resultó interesante, aunque un poco doloroso, darme cuenta de que necesito una escapada como la que propone el título, pero me fue difícil encontrar esa pausa en el juego.

Más allá de los paisajes hermosos y algunos personajes bien construidos, Lake no hace mucho por que el jugador se invierta en la historia. La radio que se escucha en el camión del correo tiene canciones que suenan todas iguales, las interacciones con los personajes son bastante limitadas y todo se vuelve una rutina bastante rápido.

Al final del juego, sin entrar en spoilers, se pueden tomar decisiones importantes para Meredith y su futuro, dependiendo de las interacciones que tuvo y las relaciones que formó en sus dos semanas en Providence Oaks. Las opciones sí son bastante variadas, pero algunas pueden no tener mucho sentido con la historia que se viene transitando, por lo menos desde mi percepción.

La experiencia general es placentera y en más de una ocasión genera curiosidad ver qué sucedería usando otra opción de diálogo, pero los problemas de Lake pueden llegar a opacar los aspectos interesantes del juego. El voice acting se pone la narrativa al hombro en más de una oportunidad y logra que lo mejor del título sea hablar con otros personajes y conocer sus historias, aunque sea un poquito. Ahí está el fuerte de Lake, aunque en ocasiones se siente como un segmento corto hecho con el objetivo de decidir entre dos caminos y nada más.

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