Gonzalo García fue uno de los primeros en apostar seriamente por el desarrollo de un equipo de esports en Argentina, y sus primeros pasos los dio hace casi diez años, cuando las competencias recién asomaban y todo lo relacionado a la profesionalización de la industria parecía más un deseo que una realidad. Hoy por hoy el panorama cambió radicalmente en Latinoamérica, y en parte fue gracias a su aporte en Furious Gaming, que se convirtió en una de las organizaciones más importantes y destacadas de la región.
El primer empujoncito lo dio, sin darse cuenta, su papá hace 19 años, cuando él tenía solo 14. “Mi viejo hizo una compra en un supermercado y le dieron de regalo un CD de Starcraft. Me lo instalé en la compu de él que usaba para trabajar. Hice todas las campañas y después empecé a jugar en internet. En esa época había dial up, no había banda ancha, y si lo usaba no había línea de teléfono. Jugaba escondido en los horarios donde mi viejo trabajaba porque no querían que ocupara el teléfono de línea. Aprovechaba entre las 20:00 y las 21:00 porque él es profesor y estaba dando clases en la nocturna a esa hora”, explicó.
La computadora que tenía en ese momento lo limitaba mucho, por lo que optaba por ir a un ciber cerca de su casa para jugar de manera más cómoda cuando comenzó a competir. El local tenía un sistema que reseteaba la máquina a cero cada día, y Gonzo se llevaba su CD a cuestas e instalaba el juego en la PC cada vez que quería jugar. Su familia siempre fue clase media y el ciber generaba un gasto importante, entonces se las ingeniaba para jugar en otros lados: “Mi papá también administraba una empresa y cuando lo acompañaba al laburo me dejaba que instale el juego en la computadora y él trabajaba desde la compu de un compañero. Me pasaba todo el sábado viciando”.
Su primer amor fue el Starcraft, y con la llegada del Starcraft II empezó a competir en certámenes regionales. En aquel entonces ingresó a Furious Gaming, una comunidad de amigos que creó su propio equipo para competir. La escena de esports recién comenzaba a formarse, y “en Argentina había dos equipos principales: uno era Isurus y el otro era Furious”. Hoy por hoy son dos de las organizaciones más representativas del país, y fueron los primeros en marcar una narrativa como ‘duelo clásico’ entre equipos. “Siempre estuve entre los mejorcitos, pero nunca tuve buenos resultados. Me iba muy bien por internet, pero en los presenciales los nervios me comían, no lo sabia manejar y dejé de jugar. Ahí fue cuando dije ‘profesionalizamos Furious, hagámoslo profesional’”.
Estaba apunto de crear su propio equipo, e incluso había pensado en el nombre. Iba a llamarse Frenetic Fancy, pero Matías “Egg” Barba, fundador de Furious, optó por cederle el control de la comunidad, y allí comenzó todo, a finales del 2012. Al principio era un hobbie, y una manera de distenderse y distraerse de los problemas que vivía en su casa, pero no era su único proyecto. También había comenzado a estudiar ingeniería en sistemas, tenía un trabajo estable, vendía productos de limpieza para autos y además estaba una relación que perdura hasta hoy. Sin embargo, ese “hobbie” pasó a tomar un lugar más preponderante en su vida, y comenzó a tomarlo como su principal aspiración: “Yo quería crecer y competirle a Isurus, que era mi competencia principal. En esa época Isurus tenía HyperX que le bajaba unos mangos entonces era más difícil. Yo tenía sponsors pero no que me bajaban plata, entonces yo ponía de mi bolsillo. Obviamente estaba la preguntita de ‘¿che esto me redituará en algún momento?’”.
La Calavera continuó desarrollándose, se abrió a nuevas disciplinas y también llegaron los primeros inconvenientes económicos. Un equipo de esports requiere una gran inversión, y además de sueldos, hay constantes gastos en viajes, equipamientos y en la estructura de los centros de entrenamiento. Por suerte para Gonzalo, en 2017 realizó una alianza con Francisco “Hafman” Robin, en aquel momento CEO de Hafnet Esports y que contaba con una empresa de informática, por lo que llegaba “con un foco un poco más empresarial”. Allí absorbieron la organización y comenzaron a ordenar las finanzas y a encaminar el rumbo de Furious. Más tarde se sumó Esteban Abeledo, amigo suyo desde la infancia “con su visión en finanzas, y comenzamos a organizarnos mucho mejor”. Ya no era solo Gonzo ocupándose de mil tareas, sino que se armó un trinomio y un equipo de trabajo que provocó que la rueda comience a girar más rápido.
En paralelo con el proyecto de Furious continuó con su trabajo en sistemas. Trabajó cuatro años en Sedeco Networks, representante de BT Alliance en Argentina, una empresa de Inglaterra como analista de redes de networking, y estuvo casi una década en la petrolera ExxonMobile, a la que decidió renunciar a principios de 2021, para dedicarse de lleno a los esports porque la jornada laboral “eran nueve horas diarias que le regalaba a otro equipo para que sea mejor que nosotros”.
“Hoy en día son decenas las organizaciones de esports que tienen proyectos ambiciosos y que comienzan a armar su camino en la escena local; un camino que Furious fue allanando, y que hoy le sirve a los nuevos equipos. “Al ser pioneros aportamos experiencia que tenemos en casi 10 años. Furious se formó orgánicamente porque ni soy un empresario ni estoy preparado universitariamente hablando para manejar una empresa o para hacer algo de marketing. Se dio 100% orgánico, a prueba y error, golpeándonos la cabeza. Por eso nosotros estamos siempre predispuestos a hablar de cómo funciona, porque lo que queremos es que los equipos nuevos no pasen ese proceso de ir a los tumbos, de pegarse la cabeza porque nosotros ya lo pasamos”, remarca.
Su nombre como figura pública en la comunidad se fue haciendo cada vez más fuerte en los últimos años, y actualmente es un referente en los deportes electrónicos. No solo en Argentina, sino también en el resto de Latinoamérica. Antes “estaba detrás de escena, no opinaba públicamente, pero después empecé a tomar un rol más de referente, que también lo reclamaba la misma industria, para los que estaban hace años lleven la batuta”.
A lo largo de los casi 10 años de historia la organización tuvo representantes en múltiples disciplinas, y fue protagonista en torneos de renombre tanto a nivel local como internacional. Por el club pasaron equipos de Starcraft, League of Legends, Counter Strike, Call of Duty, Hearthstone, RaibowSix, PUBG, PUBG Mobile, Heroes of the Storm, FIFA, Paladins, Wild Rift, entre otros. Sin embargo no siempre los proyectos se coronan con un título, y Furious muchas veces sufrió el quedar en las puertas de la gloria: “Me importa lo deportivo, siempre quiero salir campeón, pero si no se da el resultado paso de página y seguimos. Así hicimos con LoL y lo haremos con cada juego que haya que hacerlo. Nuestro caballito de batalla fue League of Legends. Los próximos años no va a ser más. Vamos a tener varios caballitos de batalla y a invertir más en otros juegos y ser más fuertes en otros”.
Más allá de lo deportivo, durante su experiencia a cargo de la organización, Gonzalo entendió que lo importante es asentar las bases del proyecto y seguir creciendo a nivel empresa, para que después lleguen los resultados: “Tenemos una filosofía de laburo muy marcada. Ahí sí estoy implementando un montón de mi aprendizaje en la petrolera, que era una multinacional que tiene 100.000 empelados da nivel mundial. Trabajar ahí, que ya tiene muchos procesos desarrollados y más que probados, me ayudó un montón a traer ideas de allá a acá, como pueden ser beneficios, dinámicas de trabajo, el armado de la oficina, etc. Mi experiencia en el ámbito privado la traje a Furious. Nosotros laburamos como si fuéramos una multinacional importante a una escala mas chica. Es la ventaja que creo que tenemos sobre las otras organizaciones. Considero que capaz otros equipos tienen un CV mucho más nutrido que el nuestro a nivel deportivo, pero a nivel corporativo estamos un escalón arriba de la mayoría. Eso también nos destaca un montón, porque es fácil construir una empresa si es muy exitosa a nivel deportivo. Nosotros al contar con presupuestos más chicos no teníamos tantos buenos resultados o hitos, pero le dimos peso a la empresa desde otro punto de vista, y seguimos en este camino. Nuestro objetivo es ser la mejor empresa de esports de nuestra región”.
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