Agostina Del Sordo (o @GOshiDS si la buscan en redes sociales) en el 2020 decidió dejar su trabajo y entrar al mundo freelance para empezar a trabajar en comunicación. En el medio de esa decisión surgió la oportunidad de meterse directamente con algo que ya formaba parte de su vida: los esports.
“Siempre me gustaron los videojuegos. Pero empecé a seguir la escena de deportes electrónicos porque empecé a jugar Overwatch y a partir de ahí ya el mismo juego te daba la chance de ver la Overwatch League”, recuerda Agostina. Su recorrido por el mundo de los videojuegos empezó con el SEGA, la única consola que tuvo de chica, “pero como que quedó ahí, en la consola de la niñez”.
Ser mujer en este mundo tiene sus particularidades y Goshi no fue ajena. Algo que ahora está mucho más normalizado y está en constante avance, en otro momento era una dificultad muy concreta. “Siempre me interesó la consola, pero lo veía como un tema de varones y nunca me animaba a pedirla. Pero siempre iba a los fichines. Iba a la Costa y lo primero que quería hacer era ir al Sacoa. Hasta que empecé a acercarme otra vez a las consolas por conocidos”, relata.
La PlayStation 4 se convirtió así en su primera consola propia y representó la oportunidad de poder dedicarle muchas horas a algo que disfrutaba: “De entrada me gustaron los shooters. El primer juego con el que me enganché fue el Battlefront y ese juego ya me dio la dinámica multiplayer. Y no salí nunca más”. Y le da un lugar muy especial al Fortnite, que fue “un camino de ida” porque fue el primer juego que le permitió jugar con amigos, algo que en el último año y medio tomó una importancia todavía más destacada porque “la única forma de conectarnos fue hacer una noche de Fortnite”.
El 2020, entonces, le permitió dar los primeros pasos dentro de los esports. Desde Revista Toma5, un medio especializado en cine, series y gaming, la invitaron a sumarse como panelista de deportes electrónicos en el podcast que realizan: “Me habían propuesto ir una vez por mes, super chill y de repente llegó la pandemia. Ahí pasé a estar en el staff permanente y cada vez que puedo meto bocadillos sobre esports, que es lo que más me gusta”.
Antes de animarse a dar el salto al trabajo freelance decidió seguir en redes sociales algunas cuentas relacionadas con los deportes electrónicos y una de ellas fue DEVA, la Asociación de Deportes Electrónicos y Videojuegos de Argentina. Desde ahí le llegó la convocatoria a sumarse como voluntaria. Ella venía del mundo corporativo donde se desempeñaba en el área comercial. Un universo completamente distinto.
“Fue mi primer acercamiento a lo que me gusta: la comunicación y las redes sociales y, especialmente, los esports. A partir de ahí me empezó a picar el bichito de ”¿qué pasa si me largo a trabajar freelance y a trabajar de lleno en esto?”. Ahí decidí lanzarme como consultora en comunicación y después vi la oportunidades de dedicarme al community management. Lo que más me llamó la atención fue ver que detrás de las competencias, del juego en sí, de lo que es el entretenimiento, había todo un ecosistema mucho más grande del que te muestra el juego y eso me resultó muy interesante de investigar, de entender qué estaba pasando”.
El primer paso concreto como CM enfocada 100% en esports lo dio de la mano de la AMD Red League. Hasta que llegó la convocatoria de Team Queso. “Pasar de trabajar con una liga a trabajar con un equipo es muy distinto. La pasión con la que trabajas es distinta. Ya de por sí te convertís en un hincha de tu propio equipo y eso es hermoso”, explica Goshi.
Agostina suma algo que fue clave para poder llegar a ese lugar: la comunidad de community managers de Latam en la que “siempre estamos compartiendo oportunidades laborales, consejos, hay actividades que las hemos planificado juntos. Eso para mi es maravilloso. Eso es lo que valoro mucho de esta región. Estoy donde estoy y trabajo como trabajo por la comunidad de CMs de Latinoamérica”.
¿Y cómo es esa comunidad? “Es un grupo muy lindo de gente que ama lo que hace, que ama los esports. No conozco community manager que no ame lo que hace. Es muy difícil dedicarse a esto sin sentir esa pasión por los esports. Entonces se siente día a día la puja porque esto crezca y porque todos crezcamos. No solamente uno o algunos equipos. Sino que todos los equipos tengan ese crecimiento y desarrollo”.
Para Goshi el rol de los community está cada vez más encaminado y se les da progresivamente más importancia, aunque ”todavía falta mucho, pero lo que está bueno es que somos una comunidad muy unida. Cada vez hay más gente que quiere ser parte de esto, eso es muy lindo. Cada vez hay más personas que quieren trabajar como community de un equipo y creo que tiene que ver mucho con el rol de equipos grandes de Latinoamérica, como 9z, Isurus, KRÜ. Hacen un trabajo de redes sociales que está muy piola para la región y que se plantean como referentes. Y creo que la comunidad está empezando a ver eso y quiere formar parte. Lo ven como un trabajo piola al que dedicarse. Las redes democratizan mucho en cualquier industria. Pero en los esports en particular ayudan mucho a generar cercanía con la gente, con los hinchas, con los que siguen a las organizaciones”.
Agostina también destaca que hay muchas mujeres desarrollando este rol dentro de la escena gracias a que “dentro de las organizaciones es cada vez más inclusivo el ámbito”. Aunque sí destaca que muchas veces el choque más fuerte se da hacia la comunidad de seguidores, que suelen asumir que del otro lado la persona a cargo de los contenidos son hombres, por lo que ”queda mucho por trabajar”.
Goshi es consciente de todo lo que resta transformar, pero tiene una mirada optimista sobre lo que se viene. “A veces me sorprende ver a chicos tan chicos que siguen haciendo comentarios ofensivos o discriminatorios dentro de las redes o dentro de los chats de las competencias, pero eso va a ir cambiando a medida que esas generaciones crezcan. Las nuevas generaciones van a ser mucho más inclusivas en ese aspecto. En Team Queso somos muchas las mujeres que trabajamos dentro de la organización, hay mucha equidad. Cuando más inclusivas sean las organizaciones, también va a haber más inclusión en la comunidad”.