Hay un mundo que creció ajeno a las figuras, los tiempos y las dinámicas del entretenimiento tradicional y en ese mundo Frankkaster es uno de sus protagonistas. Francisco Postiglione tiene 24 años y la mayor parte de su vida transcurrió en La Plata, en la provincia de Buenos Aires.
Está a punto de festejar el tercer aniversario de su propia organización de esports, 9z, y sigue ampliando su área de influencia con la incorporación de nuevos formatos de contenido y busca superar los márgenes regionales para conquistar nuevos territorios, digitales y físicos.
Acostumbrado a mutar y adaptarse a lo que le exige el contexto. De streamer a fundador de una organización, a cabeza de una empresa que cruza esports con la generación de contenidos y que nuclea a más de 100 personas. Es un trabajador imparable y un lector rápido de las necesidades de consumo de la audiencia que lo catapultó para jugarle de igual a igual a los mejores de la región (y más allá). Siempre está pensando “bueno, ¿ahora qué sigue?”.
Tiene claro su norte: 9z va a ser una punta de lanza para llevar a la escena regional a un nuevo escalón y va a expandir sus propios parámetros para capitalizar lo que ningún otro se animó. No sabe cuál es su techo, tiene claro que los límites los puede correr todo el tiempo y es su propio playmaker. Este es Frankkaster.
¿Qué se siente saber que hay cada vez más gente mirando lo que hacés?
Trato de disfrutar cada etapa. Cuando era todo más under lo disfrutaba mucho. Se fue popularizando y me sigue gustando mucho. Me gustaría que se popularice más porque eso enriquece al ecosistema. Necesitamos cinco 9z más para que esto siga creciendo, tiene que haber otros equipos más fuertes. Pero tampoco estoy esperando eso o ambicionando eso. Quiero disfrutar cada etapa. Creo que es muy lindo como se está dando todo orgánicamente, como se va desarrollando genuinamente y como, de a poco, se va interesando más gente y generando un cambio cultural. Si fuese una moda, la moda termina. Los cambios culturales se sostienen. Creo que los esports hoy son una cultura. Los que consumimos esto, a medida que vayamos creciendo lo vamos a seguir haciendo. No me veo de otra forma que no sea con 40 años mirando partidas de Counter. Cuando tenga esa edad no voy a ver NBA, voy a ver Counter. Eso es lo lindo de esto.
Hablas de esta idea de ambiente y en lo que ustedes hacen las comunidades son una pata clave. ¿Cómo viviste ese proceso en el que pasaste de ser alguien que hace transmisiones a ser una figura muy reconocida?
Es difícil. Pasé muchas etapas en el mundo del streaming. Es muy lindo, pero también rompe barreras en las que la gente se mete en lo personal, cree que puede opinar porque sienten que te conocen. Y si bien uno se muestra como es adelante de la cámara, no viven tu día al 100%. Entonces yo, por ejemplo, en esta última etapa en la que cree 9Z, tuve que dejar de lado algunas cosas, tuve que quemar etapas y aprendí a ser mucho más reservado. Si bien en el stream soy yo y hablo con la gente, les cuento de mi vida, aprendí a reservar ciertas cosas para mi. Pero es muy lindo estar en constante contacto con los que te siguen, que la comunicación sea directa.
Su nacimiento como Frankkaster, el crecimiento y su explosión hasta estar en la primera plana fueron todos procesos que se dieron a una velocidad alucinante. Empezó probando, viendo si la gente se enganchaba y se encontró con una comunidad que lo respaldó y lo potenció para ser la figura de un ecosistema que no para de expandirse. Ya quedó lejos la etiqueta del “entretenimiento del futuro” para ser la forma de vida de más de una generación que encontró en el cruce del gaming, los esports en particular y las plataformas de streaming una forma de construir comunidad, establecer patrones de consumos y definir nuevas culturas.
Aunque su entrada al mundo del streaming se dio dentro de otro espacio, rompió el techo con sus propios proyectos. Su capacidad de leer a la audiencia le permitió establecer un lenguaje y una identidad particular que lo colocó en el lugar destacado que ocupa hoy. Casi 800 mil suscriptores en Youtube, más de 190 mil seguidores en Twitter, 585 mil en Instagram y casi 1 millón en Twitch. Solo él y sin contar toda la audiencia que suman los perfiles digitales de 9z.
Vos decís que tu rol en 9Z te obligó a cambiar un montón de cosas de tu propia dinámica a la hora de transmitir. ¿Pero cómo era al principio? ¿Qué te pasaba cuando empezabas un directo?
Para mi era el sueño del pibe. Y eso era lo que la gente buscaba en mí. Yo era el típico guachín gede que jodía en streaming, hacía chistes, usaba recursos como el humor negro, estaba siempre al borde entre lo correcto y lo incorrecto. Los chicos que iban entrando al ambiente se veían muy identificados conmigo y fue una de las claves que me llevaron a ser más popular. Creo que siendo yo, disfrutando de lo que hacía y divirtiéndome, los chicos se vieron reflejados. Pero con 9Z quemé etapas. Hay muchas cosas que ya no hago, muchas opiniones que ya no doy, siempre trato de manejarme en el margen correcto. Tengo que dar una buena imagen. No siento que haya dejado de ser yo, pero sí me guardo un montón de cosas. Tener más responsabilidades me hizo mutar en mi carrera, en mi manera de ser, en la manera en la que me comunico.
Sos una persona que se fue adaptando a lo que necesitabas en cada momento. Cuando tuviste que trabajar de noche para poder estudiar, lo hiciste. Cuando tuviste que cambiar de trabajo, lo hiciste. ¿Sentís que eso también te preparó para adaptarte a los cambios que ahora te exige tu rol en 9Z?
Si, 100%. Lo normal a los 17, 18 años es salir todos los fines de semana, estudiar. Yo no tuve esa suerte. Pero sí tuve siempre ese motor interno de no conformarme, de querer hacer más. Siempre siento que puedo hacer un poco más. Nunca me conformé con el trabajo que tuve. Yo salía del trabajo y seguía repartiendo curriculums igual. En esa etapa yo trabajaba en un kiosco a la noche y por eso podía seguir yendo a la escuela. Y lo mismo hice cuando empecé como streamer. Cuando era streamer quería hacer algo más. No porque ser streamer sea poco. Pero sentía que podía hacer algo más, que estaba para hacer algo más grande.
También fuiste un tiempo a la universidad. Necesito saber cómo terminaste estudiando Geofísica.
Tenía un amigo que estudiaba geofísica y estaba en tercer año. Y me contó que ya empezaba a hacer trabajos temporales en empresas y que ganaba buena plata. Era muy bueno en matemática y física en el secundario. Después me di cuenta que en la facultad es más complejo, pero se me facilitaban los números. Me gustaba mucho ir a la facultad, es muy linda la Universidad de la Plata e iba muy poca gente. Entonces el trato era muy personal con los profesores. Igual hay un poco de humo ahí porque hice seis materias, fui un año y medio nada más.
Y después empezaste a trabajar en una financiera. Vos decís que ese fue un espacio en el que aprendiste mucho de lo que implementas hoy siendo cabeza de una empresa con un montón de gente a cargo.
Ahí aprendí a tratar con la gente. Aprendí a convencer a la gente, a dejar los sentimientos de lado. Aprendí un montón para la gestión económica, pero aprendí a manejarme con otras personas. Fue un trabajo que me preparó para esto. Ahí aprendí a hacer proyecciones, armar presupuestos. Pero yo al mismo tiempo no dejaba de ser el pibe que iba a cobrar, que atendía en la oficina, que hablaba con la gente.
¿Y eso es algo que tratás de mantener hoy? El contacto con las personas con las que trabajás.
Trato de buscar el límite justo. Con los chicos me identifico mucho, a los jugadores los veo como pibes que tienen hambre de gloria y que quieren crecer. Entonces me identifico, lo que hace que me involucre mucho emocionalmente, que me ponga triste cuando a un jugador hay que venderlo, cuando hay que cambiarlo, cuando no rinde, cuando hay que definir un plan deportivo o tenés que armar uno nuevo. Todo eso me termina afectando. Entonces tuve que encontrar un equilibrio. Yo a los jugadores los cuido como si fueran mis hijos, pero a la par tengo que ver que cumplan con el plan deportivo y hagan lo que tienen que hacer. Por eso busco ese punto medio, trato de encontrarlo. Antes era un amigo de los pibes y hoy me trato de ubicar en un lugar donde pueda ser un poco de las dos. El ambiente de los esports no es lo mismo que tener gente trabajando en una oficina. Es otra idiosincrasia, otras edades.
En agosto del 2018 le puso un punto de inicio formal a 9Z y expandió su área de influencia a partir de dos ejes que se complementan y le aportan un diferencial al proyecto: el desarrollo deportivo y la creación de contenidos. Así logró establecer una referencia para la región de la que forman parte siete streamers y 53 proplayers de diferentes países: Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay.
Lo que empezó como una prueba entre amigos avanzó en su profesionalización. Desde el momento de su creación, 9Z se amplió hasta contar hoy con 10 equipos que abarcan todos los juegos que, con el grupo de trabajo que lo acompañan, consideran “sustentables dentro del ecosistema”: CS:GO Main, CS:GO Academy, Rainbow Six, Valorant, Free Fire, PubG Mobile, Fifa, SimRacing, Fortnite, Fortnite Academy y Wild Rift. Frankkaster tiene claro su objetivo: quiere aportar al crecimiento de la escena regional, pero también entiende que tiene un plus y que puede jugar con diferentes formas de entretenimiento. Sabe lo que quieren ver los que forman parte de la comunidad de los esports.
¿Cómo fue la previa a que decidieras pegar el salto para crear 9Z?
Cuando fuimos a jugar la CLS a Chile con el equipo de LoL de la Coscu Army Esports hice de manager. Me fui a Chile con los chicos, la laburamos, la jugamos, perdimos la final, se lloró con los chicos, nos reímos. Todos esos sentimientos que trae competir y perder o ganar. Viví todo eso y fue un mundo de emociones, es increíble. Porque te sentís un jugador más. Realmente es así. Estar con los chicos mientras entrenan, mientras compiten es increíble. Lo sentís a flor de piel. No usas el mouse, pero te sentís un jugador más. Y en ese momento, cuando se disolvió Coscu Army Esports, sentí en mi cabeza que quería dedicarme a eso. Y bueno, mis amigos eran muy buenos compitiendo en Fortnite, pero no tenían los recursos para hacerlo. Empezamos a buscar recursos para armar las computadoras, para viajar, para darles un sueldito para que arranquen. Yo estaba bien posicionado económicamente con el streaming y me tiré a la pileta para bancar a mis amigos que eran talentosos en el juego y desde ahí fue evolucionando. Era todo sin contrato. Eran amigos que se les daba una PC y un poco de plata. Pero desde ahí evolucionó. Entramos a ligas que ya involucraban contratos, empezamos a buscar sponsorship, la gaming house. Al principio era un juego entre amigos. Era jugar al Fortnite, viajar y ver hasta dónde llegábamos.
Igual eso es un montón. No es poca cosa organizar un equipo, conseguirles insumos, hacer que viajen.
Si, ni hablar. Pero en su momento yo lo vivía como algo que pintaba. Y nos tiramos a la pileta para hacer contenidos, para hacer crecer el equipo.
Pasó mucho desde ese momento en el que decidió poner recursos propios para que ese primer equipo cuente con toda la infraestructura necesaria para poder competir. Se animó a dar ese paso y funcionó. Y en el 2021 le tocó ser protagonista de un momento que ya es histórico para una región que da pasos firmes y que está decidida a crecer hasta estar en la primera plana.
En marzo ocho equipos se midieron en la Flow FiRe League y 9z se quedó con la final ante Durany. Ese triunfo les aseguró la participación en la BLAST Premier Spring Showdown, lo que se convirtió en una oportunidad para enfrentarse con los mejores del mundo en uno de los torneos más prestigiosos. El debut ya les planteó un desafío enorme: del otro lado iba a estar Team Vitality. El equipo francés es octavo del mundo y supo ocupar el puesto número uno. Lo que vino después ya quedó grabado a fuego en el recorrido del CS:GO en América Latina. Contra todo lo que marca la lógica, la escuadra de 9z se hizo enorme y se impuso 2-1 con uno de los más grandes del planeta.
Vienen de un hito importantísimo en la Blast. ¿Cómo lo viviste? Para vos que estuviste en este proyecto desde el minuto cero debe haber sido muy fuerte.
Uno lo espera todo el tiempo y cuando llega es intangible. No terminás de caer. Y en nuestro caso siempre trabajamos para que a los chicos no se les suban los humos a la cabeza. Fue una buena participación, un buen torneo. Pero quiero que los chicos sigan trabajando de la misma manera. Que no aflojen, que sigamos peleando por los sueños que tienen ellos y que también tengo yo. Y de mi parte seguir buscando las facilidades para que ellos estén allá solamente pensando en el juego y buscando nuevos resultados.
¿Y cómo impactan este tipo de situaciones más allá de 9z? Porque es algo importantísimo para ustedes, pero además es algo que impacta en toda la escena regional.
Creo que claramente es un avance para la región. Hay un montón de equipos que hace mucho están aspirando a posicionarse afuera. Me acuerdo que cuando empecé a consumir Counter, en la época de Miami Flamingos (la organización que llevó a su equipo de CSGO a competir a NA), estábamos todos expectantes viendo qué iba a pasar con ese equipo. Seguíamos los resultados, nos levantábamos temprano para ver los partidos. En esa época el Counter ni siquiera era lo que es hoy en día, que creció muchísimo el ecosistema. Para mi es muy importante alcanzar estos logros porque representa un paso que da toda la región, estamos llevando la bandera latina a otras regiones. Y es un paso que muchos equipos buscábamos dar hace mucho tiempo. No es que me parezca importante ser el primero. Yo quiero hacerlo bien. Pero obvio que es un honor ser uno de los primeros en hacerlo y siento que el equipo lo va a llevar bien adelante.
¿En qué momento ves que está la región? Vos destacas todo el tiempo que el ideal es que el resto de los países pueda hacer el mismo recorrido que hizo Brasil.
Si, siempre pienso en el Brasil de hace cuatro, cinco años cuando los esports empezaron a ser una revolución en el boca en boca en internet y mucho público se empezó a acercar. También se empezó a ver en lo comercial. Creo que estamos en un punto en el que las marcas y partners se van a acercar mucho más a los equipos y las ligas, a los jugadores. En cuanto a nivel, siento que Latam tiene que dar un pasito más. Si desarrollamos bien a nuestros jugadores, si se empieza a generar un ecosistema de academias, de proyectos a largo plazo, siento que podemos alcanzar un buen nivel de acá a tres, cuatro años. Siento que nos vamos a poder posicionar bien, sobre todo en el Counter-Strike que los latinos tienen un estilo innato muy interesante.
¿Por qué crees que pasa eso?
Porque acá es muy popular y muchos lo juegan desde muy chicos. Obviamente lo profesional es distinto y lo táctico se gana con el tiempo. Por eso el Counter, al haber sido tan popular durante tantos años, tenemos hecho un pasito más en los FPS (first-person shooter). En otros países es el MOBA (Multiplayer Online Battle Arena), por ejemplo. Entonces no son tan buenos en el Counter, pero si en el LoL. Más que nada por la cultura de cada región y cómo se van desarrollando.
Destacás esta necesidad de que las marcas tengan más interés, para darle un mayor respaldo económico a los equipos y a la escena en general. ¿Sentís que todavía hay resistencia o desconocimiento desde ese sector?
Estando en 9z no lo veo, por una cuestión de que somos un equipo con buenas métricas, con contenidos interesantes. Generamos un montón de contenido además de los esports y, a su vez, estamos transitando un proceso de producción de contenido dentro de los esports que sí sea interesante para los jugadores. Porque muchas veces se hacen contenidos para la comunidad de los esports, pero lo ves en youtube y tienen mil reproducciones, dos mil. Y desde 9Z la verdad es que siempre que contactamos a una marca o nos contactan, se ven bastante abiertos a negociar, a interesarse en lo que hacemos. Y hasta cuando no se cierra algo, te preguntan de arriba a abajo. Les mandas el plan de marketing del año y te preguntan todo. Entonces hay interés. Eso está muy bueno. Pero para muchos equipos es muy difícil cerrar un sponsor y eso no debería ser así. Si se supone que somos el futuro del entretenimiento en internet. Es parte de un proceso, la situación económica también lo retrasa bastante. Pero de a poco se va a salir adelante y creo que cada vez más partners se van a ir acercando a los equipos.
Hay un movimiento que cada vez crece más que es la participación de los deportes tradicionales en los esports, a través de clubes o deportistas puntuales ¿Crees que eso también va a jugar un papel para abrir la cancha a estos equipos que tienen más dificultades?
Ni hablar que si. Suman un montón. Porque un montón de gente que no es del nicho se acerca solamente por conocer al Kun Agüero. Y eso es positivo. Krü hace un montón de notas con periodistas, conferencias de prensa y eso llega a empresarios, a posibles partners. Esas cosas terminan nutriendo un montón a la región.
Todas las proyecciones marcan que la industria de los esports va a crecer en forma sostenida los próximos años hasta superar los 500 millones de espectadores, entre público ocasional y público cautivo. En ese crecimiento, otro pronóstico que se destaca es el papel que va a jugar América Latina donde el aumento de público va a ser exponencial.
En ese panorama el interés de los sectores más tradicionales también va a crecer y su rol dentro del mundo de los esports se va a naturalizar, lo que le va a aportar un mayor respaldo económico a los equipos. Pero también le va a exigir a los equipos avanzar en el desarrollo de planes deportivos a largo plazo, un aspecto que Frankkaster siempre tuvo claro y se preocupa por tenerlo presente en cada decisión. “Nos falta mucha profesionalización. No sé cómo se manejan otros equipos, pero a veces he comprado jugadores de otros equipos y veo que a veces falta el profesionalismo a la hora de entrar al servidor, de cumplir el plan deportivo, de ver cómo se expresan en las redes. Yo siempre trato de encontrar jugadores que sean perfil 9z. Que sean correctos, que no entren en polémicas, que asistan a la psicóloga, que es algo muy difícil. Me doy cuenta que en la escena falta un montón”.
¿Crees que tiene que ver con la etapa en la que está la escena que tiene que seguir avanzando en el camino de la profesionalización o que otros tal vez no tienen el mismo objetivo que ustedes?
A veces pasa que los chicos sienten que están jugando jueguitos todavía. Y son deportistas. Para los de afuera son pibes que están jugando jueguitos y cobran 4 lucas verdes. Pero adentro son pibes que cumplen un millón de responsabilidades y que tienen que aspirar a ser deportistas de élite. Si vos queres llegar a eso, tenes que comportarte como tal. Es un proceso. Nosotros en 9z trabajamos para que nuestros jugadores aprendan lo que es una metodología laboral, para nuestro club o para el próximo en el que estén. No son solamente las obligaciones deportivas, es todo lo que acarrea eso, como la imagen en redes.
¿Y vos seguís disfrutando de jugar? ¿Podes ponerle una pausa al trabajo para volver a jugar como lo hacías antes de estar donde estás ahora?
Yo soy un amante de los videojuegos. Lo disfruto mucho. Tanto que ahora quiero mutar mis contenidos al análisis de juegos, más profundo. Poder hablar sobre el arte de los videojuegos, la banda sonora, los gráficos, la jugabilidad, las mecánicas. Disfruto mucho de eso. No es solamente competir. Es verdad que cuando juego al Counter me cagan a tiros, me caliento y arranco a las puteadas, igual lo disfruto. Además es lindo ganar.
¿Cuál es el primero que te enganchó? Ese que te hizo pensar “bueno, esto me gusta mucho en serio”.
Lo sentí fuerte con la saga Final Fantasy. Cuando jugué el Final Fantasy X no solo lloré, lo disfruté, le buscaba los bugs, las estrategias, las builds para los personajes. El Final Fantasy fue el primer juego que agarré y dije “pa, que limada le voy a pegar a esto”. A mi me gusta mucho disfrutar de las tramas, ver el desarrollo de las historias de los personajes.
El 2020 puso en juego todos los planes que Frankkaster tenía para 9z. El objetivo de mudarse a una nueva gaming house en Brasil se tuvo que posponer por el cierre de fronteras y las restricciones que se establecieron durante la pandemia. La escena competitiva se vio acotada por la imposibilidad de viajar y para la región implicó un montón de trabas a la hora de medirse con otros equipos internacionales, una instancia clave para sumar experiencia y poder mejorar en los choques.
Pero hubo un movimiento que recorrió todo el universo del gaming y a la escena de los esports en particular: más gente en sus casas con tiempo libre para consumir contenidos se tradujo en más audiencias disponibles. La explosión se dio de punta a punta y Frankkaster redobló la apuesta. Una vez que se repusieron del golpe inicial y entendieron cuál era la nueva normalidad, decidió que él y 9z iban a salir por arriba. Potenciaron un esquema que ya conocían y que siempre persiguió como objetivo: generar empatía. No alcanza con que la gente quiera ver una partida, el público tiene que apropiarse de los equipos, vivir con ellos cada victoria o acompañarlos cuando les toca pasar una derrota.
Ya vamos un año y medio de pandemia, tus planes hoy son otros, algunas cosas se van acomodando, ¿Pero cómo los afectó al principio esta situación?
Y al principio era todo malo. Se nos quedó varado el equipo femenino de Counter-Strike que estaba en Alicante para competir en el Copenhagen Games. Íbamos a ir a Copenhague, iba a ser una bomba eso. Y bueno, la pandemia lo arruinó. No había vuelos para volver. Ahí era todo caos. Pero después empezamos a aprovechar la situación. Se impulsó mucho el contenido en internet, el mundo de los esports y teníamos que capitalizarlo. Es más, nuestros acuerdos más importantes los cerramos en la pandemia. La verdad que lo capitalizamos bien, la pandemia nos catapultó. Nos empujó dos años para adelante como institución. El apoyo de la gente es una locura. Hoy voy a transmitir una partida de Valorant y se que tengo 10 mil personas esperándome simplemente porque quieren alentar a 9z. Lo mismo cuando juega el equipo de Counter. Es increíble, los chicos lo sienten como su club, se sienten parte. Y eso te llena. Te hace sentir que estás haciendo las cosas bien y que la gente se identifica con el club.
¿Y en términos competitivos cuál es la situación?
Todos los cruces que iban a haber con equipos de Brasil o de afuera se cancelaron todos. Retrasó el nivel internacional. Porque 9z, Isurus o cualquier otro equipo ya hubiese viajado 5 veces a competir afuera. En ese sentido nos tiró para atrás, aunque en otros aspectos pudimos crecer.
Ahora le toca dar un nuevo paso: llevar a 9z a conquistar otro territorio. Junto con su escuadra de CS:GO proyecta instalarse en Estados Unidos. Un nuevo país en el que el abanico de opciones para el equipo se va a ampliar, tanto desde las opciones comerciales que potencien la sustentabilidad a largo plazo, como desde la posibilidad de dar nuevos saltos en el nivel competitivo.
No es una decisión improvisada porque Frankkaster no está pensando de acá a un mes. Piensa en el futuro de la escena. Cada avance tiene su sentido y está enmarcado en un plan deportivo de crecimiento. No se trata de ser el primero, se trata de hacerlo bien.
Estás cerca de irte a otro país con (el equipo de Counter Strike de) 9z.
Si. Estamos trabajando mucho porque para nosotros es muy importante este paso, es como el motivo por el cual se creó 9Z y todo a lo que aspiramos. Definiendo algunas cositas. Si todo sale bien, me voy. Estamos avanzando para el desembarco del equipo.
¿Cómo te preparas para ese momento?
La vida me puso con la gente correcta. Tengo un equipo de trabajo increíble. Me solucionan un montón de cosas, me enseñan un montón y trato de nutrirme de ellos. La verdad es que si pienso hoy en irnos, me quema la cabeza. Este país es hermoso. Pero esto nos puede traer muchas cosas buenas en relación a decir “voy a estar lejos de mis afectos”. Esto es más importante que eso. Y si no estoy dispuesto a sacrificar eso, vendo 9z y que otra persona lo lleve adelante.
¿Cuál es el objetivo principal de llevar el equipo a otro país?
Queremos ir a competir allá y buscar el ascenso a la pro league. Tengo el sentimiento de que el equipo tiene el nivel para ascender. Ese es el objetivo principal que estamos buscando. Que nuestro equipo de Counter-Strike pueda desarrollarse y lo más importante para mi es que puedan vivir lo más felices aunque estén lejos de sus familias y lejos de América Latina. Pero que se sientan en su casa y puedan llevarlo sanamente. Hay un montón de cosas que son difíciles de trabajar cuando estás lejos de tu familia y de tu casa. Me voy a abocar mucho a que los chicos estén felices allá, en aprovechar esta oportunidad para hacer contenido como mi marca personal. Y por otro lado, asentar a la marca en otro plano. Un proyecto que tengo es armar, todavía no sé en qué juego, pero siento que estaría bueno que 9z tenga su equipo de jugadores estadounidenses.
¿Y qué crees que puede aportar tu experiencia en América Latina en un territorio como Estados Unidos que tiene una trayectoria larga en el desarrollo de la escena de esports?
Un montón de cosas. Lo que hacemos nosotros pero con más recursos, cosas que ahora estamos desarrollando con músculo propio de la empresa, creo que podemos romperla. Siento que entiendo bien lo que la gente quiere ver en streaming. Siento el afán y la pasión que tiene el latino sumado a que sé cómo mezclar lo que quiere la gente y lo que quieren las marcas. Con eso podemos dar un pasito y sacar muchas cosas buenas. El objetivo principal de 9z es posicionar a Latinoamérica bien arriba. 9z va a seguir estando en Argentina y los equipos que tenemos van a seguir compitiendo. La región latina va a seguir siendo nuestro foco. Pero nos vamos a capitalizar otro público.
¿Los equipos que tienen ahora son un techo o van a seguir ampliándose?
Vamos a seguir ampliándonos, aunque hoy tenemos casi todos los esports que son sustentables dentro del ecosistema. Obviamente siempre estamos abiertos a sumar más juegos, pero actualmente estamos en un proceso deportivo de planificación. Estamos asentando bases y ordenando a nuestros jugadores en los equipos que tenemos. Aunque pronto vamos a sumar dos esports nuevos. Pero como una de las mejores cosas que tenemos es la planificación deportiva, lo manejamos paso a paso. Estamos en buen camino, tenemos muy bien definido nuestro horizonte.
¿Qué futuro querés para 9z? ¿A dónde te gustaría llegar?
Me gustaría llegar a internacionalizar la marca, que el sueño argentino sea el sueño sudamericano. Paso a paso, que no tengo dudas de que en 2 años más jugamos otra liga. Estamos listos para hacer historia, con 9z vamos a llevar el gaming de Argentina a otro nivel. Queremos alcanzar la gloria a nivel internacional, que por primera vez un equipo argentino pueda llegar al top mundial y estamos trabajando muy fuerte para conseguirlo