En su acto de despedida como juez de la Corte Suprema, Juan Carlos Maqueda encabezó un evento protocolar que generó comentarios significativos por las ausencias y las tensiones políticas que lo rodearon. La ceremonia, realizada en el Patio de Honor del Palacio de Tribunales, contó principalmente con la presencia de empleados del máximo tribunal. Sin embargo, la falta de representantes gubernamentales y de otros sectores del Poder Judicial marcó el tono del encuentro.
El juez Ricardo Lorenzetti, colega de Maqueda, no estuvo presente debido a un viaje. Tampoco asistieron el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, ni el viceministro Sebastián Amerio, reconocido amigo de la familia del juez saliente. Fuentes del gobierno explicaron que estas ausencias reflejan un malestar con Maqueda por no haber notificado su retiro de manera adecuada, a pesar de que, según trascendió, se lo habría tratado con respeto en todo momento. Además, indicaron que consideran que el presidente de la Corte, Horacio Rosatti, utilizó el acto con fines políticos, intentando “mostrar un poder que no tiene”.
“El acto fue aprovechado por Rosatti para su beneficio personal,” señaló una fuente cercana a la Casa Rosada, quien también destacó la falta de asistencia de los jueces más relevantes de las cámaras federales y nacionales. Jueces de la Cámara de Casación Penal, de la Cámara Federal y del Contencioso Administrativo no acudieron al evento, al igual que representantes de los fueros civil, comercial, laboral y penal de la justicia nacional. Según trascendió, este ausentismo responde al malestar generado por la posible sentencia de la Corte que podría establecer que sus fallos sean revisados por el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires.
El malestar es con Rosatti porque fue a la cena de la Asociación de Magistrados y no les hizo ninguna referencia a la posibilidad de que la Corte dicte esa sentencia. Consideran que no fue sincero.
Durante el acto, Maqueda pronunció un discurso breve enfocado en la defensa de las instituciones y la importancia de la división de poderes. El juez cordobés, que cumplirá 75 años el 29 de diciembre y dejará oficialmente su cargo en esa fecha, agradeció a los presentes, mayoritariamente empleados de la Corte, que también aprovecharon la ocasión para saludarse con motivo del fin de año. Este evento reemplazó el tradicional brindis de cierre anual del tribunal, que no se realizó.
Los presentes describieron al acto como “tranquilo”, con más silencio que celebración, y destacaron que apenas terminó, la gente comenzó a retirarse rápidamente.
En el resto del Palacio de Tribunales, el evento pasó casi inadvertido. En contraste, el ruido que genera la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación cuando protesta por las pérdidas salariales suele hacerse notar de manera contundente en los pasillos.
Concluido el evento, el cuarto piso volvió a su calma habitual. La despedida de Maqueda se desarrolló sin mayores sobresaltos, pero con una evidente carga simbólica que resalta las divisiones y tensiones que atraviesan al Poder Judicial en la actualidad.