Reclamo por las ternas y el presupuesto, la despedida a Maqueda y el llamado a ser jueces “sin demagogia”: la intimidad de la cena de la Asociación de Magistrados

Juan Carlos Maqueda, el juez que el 29 de diciembre se despedirá de la Corte Suprema tras 22 años, fue la figura central de la noche. Hubo mensajes directos al Ejecutivo y un llamado a poner límites. Y también una revelación sobre las internas en la Corte Suprema y la necesidad de trabajar como cuerpo colegiado

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Horacio Rosatti y Mariano Cúneo Libarona en la mesa central de la cena
Horacio Rosatti y Mariano Cúneo Libarona en la mesa central de la cena

Con Juan Carlos Maqueda como figura estelar a punto de despedirse de la Corte Suprema de Justicia, la cena de la Asociación de Magistrados y Funcionarios sirvió como un plafón público para disparar reclamos por la demora en ocupar las vacantes en los tribunales. Pero también para insistir en la necesidad de “poner límites al Ejecutivo” frente a la avanzada contra el Poder Judicial. “¿Qué sería de la democracia si nosotros empezamos a ceder en los controles? “, disparó el propio Maqueda. A su turno, el presidente de la Corte Suprema Horacio Rosatti llamó ser “sensibles pero no demagogos” y, más allá de las encuestas de opinión, a “ser leales a la Constitución”.

En la mesa principal se ubicaron Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz, y el jefe de la Procuración Eduardo Casal, junto al ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona y autoridades del Consejo de la Magistratura. Entre ellos, el viceministro de Justicia Sebastián Amerio, uno de los hombres claves del Gobierno de Javier Milei en materia judicial. Según trascendió en la organización, el juez Ricardo Lorenzetti a último momento no pudo estar presente.

Los discursos también apuntaron a destacar la “idoneidad” que necesitan los jueces para ejercer su trabajo y a la complejidad y los esfuerzos que se demandan en un tribunal colegiado. Fue así que el propio Rosatti admitió que “no nos llevamos siempre de la mejor manera”. Y Rosenkrantz admitió que llegó a no dirigirse el saludo con Maqueda por las diferentes formas de pensar. Hoy, sin embargo, el vicepresidente de la Corte lo destacó como un político que se convirtió en un gran juez. “Brindo porque los grandes jueces no se conviertan en políticos”, acotó.

En el salón principal de la Rural más de 600 asistentes se congregaron para participar de la cena de gala del año del mundo judicial. De los jueces de Comodoro Py estuvieron Sebastián Casanello, Mariano Llorens y los integrantes de la Cámara Federal de Casación Penal Mariano Borinsky, Diego Barroetaveña, Carlos Mahiques y Daniel Petrone. También miembros de tribunales orales como Néstor Costabel, José Michilini o Enrique Méndez Signori. También estuvo la jueza Sandra Arroyo Salgado, que horas antes había sido noticia por pedir el desafuero y la detención del senador Eduardo Kueider, atrapado en Paraguay con 200 mil dólares que no pudo justificar.

Del mundo de los fiscales, sobresalían Raúl Pleé, Ricardo Sáenz, Carlos Rívolo, Ricardo Toranzo, Cecilia Incardona, Diego Velazco y Carlos Stornelli junto Fabiana León -sonrientes tras lograr que se pusiera fecha de juicio al inicio de la causa de los cuadernos-.

Jaime Olivos
Jaime Olivos

El presidente de la Asociación de Magistrados, Andrés Basso, tuvo el rol de abrir la noche de discursos. Desde su rol, fue el encargado de los reclamos. “Otro tema es el referido a las vacantes en todas las jurisdicciones del país. Escenario que también observamos con suma atención dado los recientes anuncios”, deslizó. También subrayó “la necesidad urgente de profundizar y defender la independencia del Poder Judicial y los ministerios públicos. Los tiempos son complejos y las demandas sociales también”.

Basso habló de la crisis de legitimidad del Poder Judicial y la idea que se ha instalado en torno a que los tribunales resuelven “ajenos a la realidad”. Se busca, dijo, “el debilitamiento de este poder del Estado”. Fue por eso que llamó a “unir fuerzas y bregar por un poder judicial absolutamente independiente”. “El Poder Judicial es por definición contra mayoritario para así poder cumplir su función constitucional y no estar sujeto a mayorías circunstanciales”, resaltó.

“Actualmente en la región podemos advertir ejemplos alarmantes de reformas judiciales que están hiriendo de muerte, este diseño republicano de frenos y contrapesos entre los poderes. Yo me pregunto si acaso es posible garantizar independencia judicial ligando la selección de magistrados a un proceso político electoral como está ocurriendo en México y que penosamente buscan imitar otros países de la región. ¡Qué oscuros intereses se buscan en realidad con este tipo de reformas que sin dudas compilan contra la propia esencia de la función judicial!”, señaló.

Maqueda y el llamado a defender la democracia desde el Poder Judicial poniendo límites al Ejecutivo

Juan Carlos Maqueda
Juan Carlos Maqueda

Después de 22 años de silencio, Maqueda viene rompiendo el silencio ya con su despedida. El lunes pasado, había sido homenajeado en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal en donde sorprendió con su advertencia: “Temo por los poderes judiciales y los poderes legislativos; temo por las instituciones”. Durante su alocución tras recibir la distinción dela asociación, el juez, con su tradicional acento cordobés, retomó esos lineamientos y sus “sentimientos contradictorios en este mundo desordenado y desorganizado que nos toca vivir”.

Tras reflexionar sobre los distintos ejemplos del mundo, Maqueda afirmó que “lo peor” que se puede hacer es naturalizar que el Poder Judicial se subordine al poder político. “Me tocó personalmente, estando en China, hablar con el vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia y mi sorpresa fue grande cuando le dije cuál es el sistema de control y constitucional de las leyes que tienen ustedes. Y me dijo ‘ninguno. Acá no hay ninguna ley inconstitucional’. Obviamente que si esos son los sistemas a imitar, estamos muy mal. Y estamos muy mal”, reflexionó. También mencionó los casos de Rusia, Hungría, Estados Unidos y América Latina “ya no en Nicaragua o Venezuela sino en México”.

“¿Qué sería de la democracia si nosotros empezamos a ceder en los controles? El control en el ejercicio del poder es la garantía, no de quienes estamos en un cargo público. Es la garantía de los hombres y mujeres de a pie, porque nosotros hemos sido elegidos para poner los límites del poder”, afirmó. Maqueda sostuvo que “tenemos cada vez más desafíos por delante y que a esta democracia que tanto ha costado conseguirla en este país y consolidarla, la tenemos que defender todos los días, también desde el Poder Judicial, poniéndole límites a quienes se extralimitan permanentemente desde los poderes ejecutivos”.

El ministro Mariano Cúneo Libarona y el viceministro Sebastián Amerio, en el encuentro anual de jueces y funcionarios (Jaime Olivos)
El ministro Mariano Cúneo Libarona y el viceministro Sebastián Amerio, en el encuentro anual de jueces y funcionarios (Jaime Olivos)

Al ministro Cúneo Libarona le tocó recoger el guante de los reclamos. Subió al escenario con varios papeles para destacar los logros económicos y los avances que destacó de la gestión de Javier Milei. Pero el murmullo en el salón iba a creciendo, con el despliegue de los primeros platos de matambre de cerdo laqueado.

Y es que los más importante que tenía para que decir el titular de la cartera, para el mundo de los judiciales, no trajo novedades que reclamaban. El ministro subrayó que habían trabajado mucho en la selección de una primera tanda de candidatos a jueces e incluso se habían entrevistado con los postulantes pero “está en la etapa de revisión final para remitirlo al Senado”.

No veo otras cosas que nos puedan ser reprochadas”, dijo Cúneo Libarona, conocedor del mundo judicial y sabiendo el público que lo escuchaba. Entre ellos también estaba Amerio, a quien todos los funcionarios y jueces buscaban saludar. El Gobierno se había comprometido públicamente hace más de un mes a remitir 150 pliegos de manera inminente al Senado, pero todavía no sucedió.

Cúneo también subrayó que “si hablamos de independencia en el Poder Judicial, nunca hubo más respeto sobre la independencia y la división del poderes” que en este 2024 durante el Gobierno de Milei. “Rige el respeto y la concordia con la Corte Suprema”, afirmó. Y puso como ejemplo también sus visitas a distintos tribunales de todo el país y el avance en la puesta en marcha del sistema acusatorio.

Horacio Rosatti (Jaime Olivos)
Horacio Rosatti (Jaime Olivos)

Sobre la medianoche, sin guiones, Rosatti esquivó el mensaje político al ministro Cúneo Libarona. “Las reivindicaciones pendientes desde lo gremial han sido reseñadas por el presidente de la Asociación. Las distintas expresiones del Poder Ejecutivo han sido escuchadas también”, acotó. No obstante subrayó que desde el Consejo de la Magistratura en lo que va del año se enviaron al Ejecutivo 90 ternas para avanzar con ocupar las sillas vacías en los distintos tribunales “que tanto necesitamos”. Fue así que destacó: ”el Consejo está funcionando como nunca”. También prometió llevar adelante el año próximo unas 120 pequeñas obras “si el presupuesto nos ayuda”, deslizó.

Tras prometer avances con herramientas de inteligencia artificial y herramientas para agilizar las tareas administrativas, Rosatti admitió que “el el cúmulo de trabajo se hace a veces insostenible” y solo en la Corte Suprema en 2024 se tomaron 19 mil decisiones. “Estamos realmente en el límite, por eso es importante la cobertura de las vacantes en todos los ámbitos”, dijo.

No obstante, el presidente de la Corte también le habló al Ejecutivo: “tenemos la misma estructura de los años 90. Esto tiene que quedar claro. El gasto presupuestario en el Poder Judicial se ha mantenido valores constantes desde la década del 90, pese a que la judicialización de los conflictos ha crecido de modo permanente. Tenemos que encontrarle solución a esto. Queremos ser prospectivos a futuro, no quejarnos de lo que pasó. ¿Qué vamos a hacer? Cómo lo vamos a resolver este tema. Tenemos varias iniciativas en ese sentido. Una de ellas es concientizar a la sociedad que los conflictos deben tratar de ser resueltos, muchos de ellos de vecindad Familiares en la medida de lo posible antes de llegar al tribunal, porque hay toda la conflictividad, prácticamente se judicializa y nos llega a todos nosotros”.

Pero aún así, una vez que el conflicto entra en la justicia, Rosatti llamó a hacer plenarios que fijen criterios para universalizar los escenarios. Y también instó a que los fallos de la Corte Suprema de acatamiento obligatorio para reducir la cantidad de causas. No solo, dijo,como una herramienta no solamente de seguridad jurídica, sino también de celeridad para evitar la reiteración de procesos cuyo resultado ya conocemos y que solo hacen elongar el tiempo de decisión para el justiciable”.

Llamó además a confeccionar sentencias claras como una obligación social para que la ciudadanía entienda la complejidad de decisiones judiciales que, muchas veces, caen antipáticas y necesitan explicarse y entenderse. Desde por qué una causa prescribe hasta la nulidad de un allanamiento porque no estaba la orden judicial o la explicación de por qué un acusado puede mentir y desviar una investigación, sin consecuencias en su contra. “Hay que explicarlo. No digo que haya que cambiar, no digo que haya que desoír las garantías judiciales. Lo que digo hay que explicar con un lenguaje llano, con un lenguaje sencillo; tenemos que escribir para que la comunidad jurídica entienda y en la medida de lo posible para que el resto de la comunidad también nos comprenda”.

En su mensaje, Rosatti advirtió que los jueces tienen que “tener sensibilidad, pero no demagogia” y resaltó las encuestas que tienen una mala imagen del Poder Judicial en sí pero, sin embargo, confirman que recurrirían a tribunales para solucionar un conflicto. “No podemos buscar la conformidad de todos, ni siquiera de la mayoría”, destacó. “Siempre una sentencia perjudica a una de las partes. . No vamos a tener a la opinión pública a favor mayoritariamente, porque nosotros tenemos que guiarnos en la Constitución y la Constitución y las leyes, y a veces eso significa sentenciar de un modo que puede resultar antipático para la mayoría de la población. Nos ha tocado. Nos ha tocado. Este es un trabajo difícil”. Según afirmó, “nuestra única referencia no debe ser la encuesta, sino que tiene que ser la Constitución. Mientras nosotros seamos leales, leales a la Constitución, estaremos cumpliendo nuestro deber.

“Cuando alguien dice voy a ver qué juez me toca, a ver si puedo tener suerte o no, o cuando personaliza la institución, es porque la institución no es suficientemente fuerte. Pero también es cierto que la fortaleza de las instituciones es obra de cada uno de nosotros. La ejemplaridad es muy importante. Por eso digo que muy pocos malos ejemplos no hagan perder el orgullo de pertenecer al poder destinado, como bien dijo Juan Carlos recién, a marcar los límites. Y ya que hablamos de Juan Carlos Maqueda, no puedo dejar de decir con mucha emoción. Que el país va a perder... Un gran juez y un caballero”, agregó.

El brindis de Rosenkrantz: de no dirigirse el saludo con Maqueda a destacarlo como un “gran juez”

Jaime Olivos
Jaime Olivos

Cuando el helado con brownie de chocolate ya comenzaba a derretirse en las mesas, Rosenkratz subió al escenario para hacer el cierre de la noche. “En ocasiones anteriores, ofrecí mi brindis para que seamos capaces de trabajar por un poder judicial del que todos los argentinos pudieran enorgullecerse. Otra vez dije que deberíamos ser muy conscientes que la imparcialidad debería figurar en el lugar central del panteón de las virtudes judiciales que todos los jueces, magistrados y funcionarios deberíamos instanciar. Destaqué que a la imparcialidad hay que concebirla no meramente como independencia de los poderes y de los poderosos, sino también y, sobre todo, de nuestras propias convicciones morales y políticas”, señaló. Pero en ese contexto, Rosenkrantz quiso destacar que “la integridad debe figurar en un lugar central del panteón de virtudes judiciales”. Fue entonces cuando se dirigió a Maqueda porque -dijo- las virtudes de las que hablaba estaban corporizadas en él.

“Durante todo mi tiempo en la Corte he sido juez junto con Maqueda. Tenemos muchísimas diferencias. Diferencias que aunque nunca lo conversamos, en algún momento llevó a que nos saludemos. Pero siempre reconocí en él un individuo que reconoce también el valor de la colegialidad. Los argentinos valoramos mucho la amistad. Valoramos mucho la familia y con razón. Y sabemos que la familia y la amistad nos imponen ciertos deberes. Pero no somos tan conscientes de los deberes que nos impone la colegialidad. La colegialidad, obviamente, impacta en el modo en el que hacemos nuestro trabajo y sobre todo aquellos que, como nosotros, yo y Juan Carlos, somos miembros de un tribunal colectivo. La colegialidad como la amistad y la familia nos impone deberes”, agregó.

Según subrayó, “los buenos colegas son aquellos que saben restringirse, que no hacen ciertas cosas, que no hacen nada que haga más difícil la empresa común. Son colegas que hacen ciertas cosas y hacen lo que es necesario para que todos participen en condiciones de igualdad en la empresa común. Juan Carlos ha hecho y ha dejado hacer lo que se debe y lo que no se debe hacer. Por eso ha sido un gran colega”.

Y en ese sentido, Rosenkrantz resaltó: “Juan Carlos ha sido un juez imparcial. Nunca he visto que su juicio, y reitero, muchas veces, he sentido con él, hubiese sido nublado por sus propias convicciones morales y políticas. Y todos sabemos que tiene muy fuertes convicciones morales y políticas. Lo he escuchado muchas veces decir que no todo lo que le gusta es ilegal y que no todo lo que le gusta es legalmente obligatorio. Juan Carlos también ha sido una persona íntegra. Es alguien que puede mirar atrás, contemplar su vida pública y decir sin equivocarse, que no ha transcurrido en vano”.

Al hacer alusión a su paso por la política, Rosenkrantz marcó las diferencias con el mundo judicial y afirmó que Maqueda “está incluido en la lista de políticos que se transformaron en grandes jueces que entendieron que la colegialidad, la imparcialidad, la integridad, constituye un valor central del ethos judicial”.

“Me gustaría brindar esta vez para que seamos capaces, tanto como lo fue Juan Carlos, de instanciar la virtud de la colegialidad, la virtud de la imparcialidad y la virtud de la integridad. Pero además, me gustaría decir algo. Más general. Y destacar que es una gran circunstancia que políticos como Juan Carlos se conviertan en grandes jueces. Brindo por todo ello y además porque los grandes jueces no se conviertan en políticos”, cerró. Hubo aplausos y chin-chin. Los participantes comenzaron a despedirse cuando el reloj había pasado la 1 de la madrugada.

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