Tras desestimar una serie de recursos de queja, la Corte Suprema de Justicia dejó firmes este martes las condenas contra ocho integrantes de la banda narco conocida como “Los Monos”, quienes en una de las causas recibieron penas de prisión de hasta ocho años por delitos vinculados al tráfico de estupefacientes.
El expediente que llegó hasta el Máximo Tribunal se vincula con las condenas que dispuso el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de Rosario (TOCF) contra once miembros de la organización criminal que desplegó sus operaciones centrales ligadas al narcotráfico en esa ciudad de Santa Fe. Entre los condenados por el TOCF, estuvieron el expolicía Cristian Negrete, sentenciado a 8 años de cárcel, junto a Ángel Fleitas, Joel David Pucheta y Juan Javier Granelli (excandidato a senador), quienes recibieron penas de 6 años y medio cada uno como coautores del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de comercio, agravado por la participación de tres o más personas.
Por el mismo ilícito también fue condenada Adriana Susana González a 6 años de prisión. A su vez, Julio y Gustavo Fernández fueron culpados con 4 años y 3 años y 3 meses de prisión, respectivamente, como partícipes secundarios en el tráfico de droga de una de las bandas dominantes de Rosario. Asimismo, Raúl Ruiz y Sergio Silva obtuvieron 4 años de prisión, mientras que Franco Bermúdez fue condenado a 3 años de cárcel por el delito de tenencia simple de estupefacientes.
Según determinó la justicia, la organización narco, liderada en su momento por Ariel “Guille” Cantero, estuvo involucrada en una larga lista de hechos violentos relacionados con el control territorial del comercio de drogas “al menudeo” en Rosario. Los primeros años de la banda estuvieron, en efecto, bajo el mando de Ariel Cantero, padre de “Guille”. Durante su liderazgo, se consolidaron vínculos con barras bravas de los clubes de fútbol locales y con miembros de distintas jerarquías policiales, que pasaron a cooperar y coordinar con “Los Monos”.
Tras la detención de Ariel Cantero padre, la jefatura de la organización pasó a sus hijos Claudio, Ezequiel y Ariel “Guille” Cantero, hasta que el asesinato de Claudio provocó un nuevo reordenamiento jerárquico dentro del grupo, dividido en diferentes roles y estratos. En cualquier caso, “Los Monos” se convirtieron en una de las bandas más conocidas y organizadas de la región, manteniendo un férreo control territorial a través de la intimidación, las amenazas y el uso de la extrema violencia. Incluso con operaciones ilícitas desde la cárcel, tras la detención y condena de los jerarcas de la banda.
En ese contexto, tras la resolución condenatoria dictada por el TOCF rosarino, las defensas de los acusados presentaron numerosos planteos ante la Sala I de la Cámara Federal de Casación, máxima instancia penal del país, que al momento de pronunciarse confirmó todas las condenas. Eso motivó la interposición de recursos extraordinarios por parte de ocho de los condenados -Negrete, los dos Fernández, Fleitas, González, Silva, Ruiz y Bermúdez-.
Para los apelantes, asistidos por el abogado Mariano Juárez, defensor público coadyuvante de la Defensoría Pública Oficial N°4 ante la Cámara Federal de Casación Penal, la sentencia impugnada careció de una “revisión integral” y de una “omisión” al tratar distintos cuestionamientos planteados por cada parte.
Con todo, el máximo tribunal penal federal rechazó los recursos extraordinarios, lo que derivó en la presentación de sendas quejas para llevar las actuaciones directamente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En esta instancia, con las firmas de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, el Máximo Tribunal rechazó los recursos por considerar que no cumplían los requerimientos para ser admitidos. De ese modo, las condenas a prisión adquirieron firmeza para su ejecución.