- Migraciones argentinas denunció el intento de traslado sospechoso de una recién nacida a España.
- La pareja italiana implicada y una joven rosarina están bajo investigación por presunta trata de personas.
- Mientras, la Justicia trabaja en una investigación que busca desmantelar red de turismo reproductivo.
Lo esencial: una pareja italiana intentó sacar del país a una bebé de 10 días nacida en Buenos Aires, lo que levantó sospechas en las autoridades migratorias, quienes detectaron posibles indicios de turismo reproductivo y trata de personas. El hombre, F.B., un italiano que ingresó a Argentina dos días antes del nacimiento de la menor, pretendía viajar con la niña sin la madre. La Justicia allanó la clínica donde nació la bebé y el domicilio de los italianos para investigar si existe una red de gestación por subrogación, utilizaba mujeres en situación de vulnerabilidad, como la joven rosarina involucrada, quien admitió haber recibido dinero por ser gestante.
Eran las 3 de la tarde del miércoles 23 de octubre cuando una pareja se presentó en la ventanilla de atención al público del aeropuerto metropolitano Jorge Newbery. Querían tramitar un permiso de viaje de autorización de salida del país para una beba, según los documentos, hija de ambos, nacida el 10 de octubre. F.B. tiene 26 años y es de nacionalidad italiana. B.B. cumplirá en diciembre 19 y vive en Rosario. Cuando le preguntaron para cuándo era el permiso, la respuesta llamó la atención: el hombre y la beba salían solos al día siguiente rumbo a España. ¿La mujer, que había parido hacía unos días, llevaba una faja por la cesárea y aún estaba en puerperio, le daba la autorización para ir con la criatura a cualquier parte del mundo hasta que la menor cumpliera la mayoría de edad? Algo no cerraba.
El agente que los entrevistó quiso saber por qué tanto apuro para el viaje. El italiano explicó que era médico, que su familia lo esperaba en Italia y que sus amigos médicos iban a controlar allí a la beba.
Los oficiales de Migraciones le pidieron a la pareja los documentos: él entregó su pasaporte, ella su DNI y por la nena se entregó un pasaporte y una partida de nacimiento emitida por el registro civil de la Ciudad de Buenos Aires en donde se sostenía que la pareja eran los padres de la menor. Y ahí aparecieron más dudas: ella nunca había salido del país; él, en cambio, había estado en Argentina tres veces. Doce días entre julio y agosto del 2023, nueve días en marzo pasado y ahora, desde el 8 de octubre, justo 48 horas antes del nacimiento de la beba. Tanto en el primer y el tercer viaje no había venido solo. Lo acompañó G.D, otro ciudadano italiano. Otro de los puntos que no cerraba eran los lugares: la joven declaró vivir en una zona humilde de Rosario. F.B, en cambio, paró en un departamento en Recoleta y luego declaró otro. Ese segundo domicilio, en la calle Ecuador, figuraba como el domicilio de la beba.
La pareja se fue de aeroparque con las manos vacías. Al día siguiente aparecieron directamente los tres en el aeropuerto internacional de Ezeiza para abordar el vuelo. A la mujer se le había gestionado un pasaporte exprés y se le había comprado un ticket de vuelo.
Ante la sospecha, Ariel Abadie, desde la Dirección General de Movimientos Migratorios, decidió hacer la denuncia. “Habiendo transcurrido solo dos semanas de su nacimiento, se deduce que la intención de la progenitora no es viajar a futuro con su hija”, sostuvo el funcionario. “La mujer ni siquiera ha demostrado su voluntad de cambiar su lugar de residencia en la ciudad de Rosario como tampoco existen registros de que haya intentado tramitar su pasaporte”. La denuncia también destacó las fechas en que F.B vino a la Argentina. “Estamos en condiciones de afirmar que existen motivos bastante como para sospechar” que se podría estar ante el delito de trata de personas, máxime si se observa “las condiciones personales y las distintas realidades sociales y económicas” de los protagonistas, señalaron a Infobae las fuentes consultadas.
La investigación recayó en manos del juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, y la intervención del fiscal Sergio Mola. De inmediato, el juzgado corrió vista a la fiscalía que impulsó una investigación. Apenas minutos después, Villena les prohibió la salida del país a todos los involucrados.
De inmediato, los enviados no solo allanaron la clínica en donde había nacido la beba para estudiar los detalles de su historia clínica sino también el domicilio en donde se hospedaba la pareja de italianos. Se le secuestraron sus teléfonos. Aunque la investigación está en pleno trámite, entre sus comunicaciones aparecía la nota de Infobae que revelaba la historia de una beba porteña que había sido ingresada a un hospital de Alemania y había disparado una causa penal sobre el turismo reproductivo en Argentina.
Vale decir: es el primer caso que se logró evitar que, en medio de estas sospechas, un menor saliera del país. La jueza María Eugenia Capuchetti y la fiscal Alejandra Mangano se encuentran analizando 147 legajos correspondientes a casos de gestación por sustitución llevados a cabo entre los años 2018 y abril último en la Capital Federal, en donde surgió que al menos en 49 de ellos los comitentes (los cuales asumirán la maternidad y/o paternidad del bebé) presentaban características comunes: personas extranjeras de distintas nacionalidades, en su mayoría con domicilios de residencia fuera de la República Argentina y que, incluso, en algunos casos, ni siquiera habían aportado material genético. El juzgado de Villena consultó a Capuchetti si tenían en la mira este caso. Con la respuesta negativa, avanzó, señalaron las fuentes consultadas.
El juzgado pidió la intervención del área de asistencia a la víctima del Ministerio de Justicia para entrevistarse con la joven rosarina. Según pudo saber Infobae, la joven aseguró que había conocido a la pareja italiana en un bar de Rosario, que se había conmovido con su historia y que quería ayudarlos llevando en su vientre su futuro hijo. El óvulo que gestó a la criatura no le pertenecía.
Su historia no cerraba. En la entrevista se le hicieron notar algunas inconsistencias en su relato. La joven se quebró. Ahí relató que desde los 18 años había “donado” óvulos a cambio de dinero y que la contactaron por internet para ser gestante. Le hicieron estudios y le prometieron pagarle 10 millones de pesos. Le advirtieron que no se podía arrepentir y la afiliaron a una prepaga para cursar el embarazo. Ella quería con la plata hacerse una habitación en la casa de su mamá. No le alcanzó. En el sexto mes le entregaron seis millones de pesos.
Ahora, tanto ella como la pareja italiana quedaron en la mira de la Justicia, aunque el foco principal no está en ellos sino en quiénes fueron los que organizaron esta maniobra por presunta trata de personas. Hoy, la beba está al cuidado de los hombres que querían ser sus padres.
La subrogación de vientre en la Justicia
Apenas 24 horas antes del intento de salir con esa beba del país, la Corte Suprema de Justicia resolvió por primera vez en una causa por gestación por sustitución. Fue al rechazar la demanda de un matrimonio gay que tuvo un hijo a través de una gestante y reclamaba que se hiciera una nueva partida de nacimiento en donde la mujer no figurara. Los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti sostuvieron que no era posible basándonos en el Código Civil y Comercial. “Es el Congreso de la Nación -y no los jueces- quien debe decidir la oportunidad y el contenido de una regulación sobre el tema, si es que decide hacerlo, pues se trata de una tarea ajena al Poder Judicial”. No había, subrayaron, una cuestión de discriminación porque sería lo mismo para una pareja heterosexual. En disidencia, el juez Juan Carlos Maqueda votó por hacer lugar al planteo.
La gestación por subrogación es una técnica de reproducción humana asistida (TRHA) mediante la cual una mujer (gestante) lleva a término un embarazo en su vientre por encargo de otra persona o pareja. Hay diversidad de criterios legales para regularla: está permitida en como Ucrania, Armenia, Kazajistán, Albania, Georgia, Israel y en distintos lugares de Estados Unidos - California, Colorado, Florida y Nueva York- y una localidad de México, por ejemplo, y prohibida de manera explícita en otros (Italia, España, Alemania, Suiza, Suecia, o Arizona y Michigan en Estados Unidos de América y Querétaro, Coahuila, San Luis de Potosí en México), incluso, en algunos supuestos, se la considera delito penal (Italia y Michigan). Otros países la someten a restricciones severas o limitan la prohibición a la subrogación comercial pero la habilitan de manera altruista (como en Canadá, Portugal, Grecia, Reino Unido, Uruguay, Brasil e India).
En la Argentina hay un vacío legal sobre esta temá*. Ni la Ley N° 26.862 de acceso integral a los procedimientos y técnicas médico asistenciales de reproducción médicamente asistida, ni el Código Civil y Comercial de la Nación regulan la gestación subrogada. En todo el país, es obligatoria la intervención de la justicia de familia para autorizar u homologar estos procesos de maternidad subrogada. Hasta hace poco, gracias a un amparo colectivo que acaba de cesar, en la Ciudad de Buenos Aires alcanzaba con un acuerdo ante escribanos públicos y la inscripción del bebé en el Registro Civil como hijo de la persona que se quedará con el bebé.
Hasta ahora, había dos causas en trámite que pusieron el foco en el negocio de los vientres subrogados y la posible trata de personas. Una causa está radicada ante la justicia federal de Córdoba, en donde se investiga el caso de 14 víctimas en situación de vulnerabilidad que habrían sido usadas como vientres subrogantes. La otra causa, revelada por Infobae, es un caso por “turismo reproductivo” que comenzó cuando una beba con DNI argentino fue ingresada golpeada a una clínica alemana. Ahora, se suma esta nueva causa.