- Esteban Rojas Almada pidió perdón a la familia de Ferni Ayala y negó ser el asesino.
- El femicidio ocurrió el 19 de febrero de 2023, en el barrio Zavaleta de Barracas.
- El juicio continuará el 6 de noviembre, con presentación de pruebas por parte de la fiscalía.
Lo esencial: en el juicio por el femicidio de Ferni Ayala, su pareja Esteban Rojas Almada negó haberla asesinado, aunque se disculpó con la familia y la Justicia. Declaró que el disparo ocurrió tras forcejear con ella, pero dijo que él nunca tocó el arma. Antes de sus palabras, tres testigos describieron la relación como “normal” y sin antecedentes de violencia visible. El debate seguirá el próximo miércoles.
“Le pido perdón a la familia”. Así empezó su declaración Esteban Rojas Almada (46), el prestamista del barrio Zavaleta, en el segundo día del juicio en su contra por el femicidio de su novia, Ferni Ayala. En la sala se hizo un silencio: él se quebró inmediatamente y todos los presentes, por un segundo, esperaron una confesión. “Le quiero pedir perdón a la familia por haberla dejado en esas condiciones, por no haberla auxiliado”, siguió. Luego de relatar detalladamente lo que pasó aquella noche del 19 de febrero de 2023, el acusado negó haberla matado.
La semana pasada, en el inicio del debate oral, el Tribunal Oral en lo Criminal N°17 de la Capital Federal le había concedido al prestamista la posibilidad de que haya un traductor de guaraní para que declare en su lengua materna. Quien se presentó este miércoles por la mañana para esta tarea fue Carlos Irala Bernal, asesor jurídico del Consulado de Paraguay. Casualmente, el intérprete había sido abogado defensor de Rojas Almada en una causa anterior.
Como en la sala había otras personas que hablaban la lengua que predomina en Paraguay y Corrientes, el juez Juan Giudice Bravo habilitó a los presentes para que intervengan si existía cualquier digresión entre lo que el acusado decía y lo que el traductor replicaba. Finalmente, toda la declaración ocurrió en español.
Además de disculparse con la familia de la víctima, Rojas Almada también le pidió perdón a la Justicia por haberse fugado al país vecino: “En ese momento estaba asustado”, se justificó. El presunto femicida dio su versión de los hechos y reconstruyó al detalle la cronología del crimen en una declaración que duró más de una hora e incluyó preguntas de todas las partes: la fiscal María Luz Castany, la querella y la defensa.
Uno de los puntos sobre los que insistió varias veces fue que no la maltrataba ni la controlaba, aunque sí reconoció que vivieron episodios de violencia, pero “era algo de los dos” y él “estaba muy enamorado”. Contó, por ejemplo, sobre la noche en la que volvían del boliche La Sirenita: “Me rasguñó la cara y el cuello, me agarró el volante del auto y casi chocamos”. Y describió: “Tuve que parar cinco minutos porque ella estaba muy violenta”.
Según el relato del prestamista, al llegar a su departamento en el barrio Zavaleta de Barracas se dejaron de hablar por algunos minutos. Fue al baño y, cuando salió, Ferni Ayala estaba empuñando el arma que él escondía en un ropero, una pistola calibre 9 milímetros. “Me dijo que me iba a matar y después se iba a suicidar”, aseguró.
Ahí se le abalanzó y forcejearon. “No sé en qué momento se disparó, yo no toqué el arma”, dijo Rojas Almada. Al recordar esa escena se volvió a quebrar y tuvo que hacer una pausa. “Intenté reanimarla. Me apoyé el cuerpo en mi pecho”. Una pausa más.
La abogada defensora le preguntó si él la había matado. “No, yo no soy un asesino”, contestó el prestamista.
Su declaración continuó con lo que pasó después de la muerte de Ayala. Cuando vio que no había nada para hacer, se lavó la sangre del cuerpo y fue a la casa de su madre, siempre de acuerdo a su relato. Le contó lo que había pasado y reconoció que en ese momento tenía decidido suicidarse. “Pensá en tu hija”, lo consoló la mamá.
Más tarde fue a visitar al cementerio la tumba de su padre y luego cruzó la avenida General Paz para ver a otro familiar: “Le quería dar un último abrazo”, indicó. “Yo no quería estar preso, ya sabía que la cárcel es un infierno”, argumentó Rojas Almada ante el tribunal. Seguía con la idea de quitarse la vida, pero en esa última parada lo convencieron de no hacerlo. Finalmente, se escapó en Uber a Paraguay, según precisó.
Antes de la declaración de Rojas Ayala pasaron ante los jueces otros seis testigos, de los cuales tres fueron propuestos por la defensa. Estos últimos coincidieron en que “nunca vieron golpeada” a Ferni Ayala, que “tenían una relación de pareja normal”, e incluso que se los veía “muy enamorados”. Fueron aportes disímiles a los que se habían obtenido en la primera audiencia, cuando varios conocidos de la víctima ratificaron que sufría violencia de género.
Al culminar con las testimoniales, el juez Giudice Bravo, presidente del TOC N°17, informó que el juicio continuará el 6 de noviembre, cuando se incorporará al debate oral la prueba producida por la fiscalía durante la investigación. Para el miércoles 13 están previstos los alegatos y la definición de la sentencia.