Ricardo Jaime es uno de los responsables de la Tragedia de Once. Nunca hubo dudas acerca de que quien manejaba el área de Transporte durante los primeros seis años del kirchnerismo tenía una relación más que amistosa con el grupo empresarial que tenía la concesión del ferrocarril Sarmiento.
Los integrantes del Trenes de Buenos Aires (TEBA) hicieron lo posible para que Jaime, que no sabía nada de transporte, tuviera un nivel de vida más alto de lo que le permitía el sueldo de funcionario público. No fue el único grupo empresario que alegró la vida de Jaime entre 2003 y 2009, los años de recaudación personal y política de quien fuera amigo de Néstor Kirchner.
Las alegrías -que podrían llamarse coimas- a cambio de controlar poco y mal tuvieron consecuencias fatales: el 22 de febrero de 2012 murieron 51 personas y más de 700 resultaron heridas cuando una formación del Sarmiento chocó contra el andén de la estación de Once.
Jaime fue procesado y condenado por su responsabilidad en aquella tragedia que enlutó al país y que el kirchnerismo quiso desviar al intentar señalar como culpable absoluto al maquinista de aquel tren: Marcos Córdoba. El maquinista también fue condenado, al igual que los empresarios y Juan Pablo Schiavi, quien había reemplazado a Jaime como secretario de Transporte. Hubo responsabilidades concurrentes.
Jaime fue condenado en un juicio oral y público por el delito de administración fraudulenta. Y le dieron una pena de seis años de prisión. Esa condena fue revisada por la Cámara de Casación en dos ocasiones. En la primera le subieron la pena a ocho años de prisión porque le sumaron el delito de estrago. En tanto en la segunda revisión los jueces consideraron que era sólo responsable por administración fraudulenta y no directamente por el choque y la pena volvió a ser de seis años. El fiscal ante la Casación, Raúl Pleé presentó un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que la pena de Jaime fuera aumentada a ocho años: consideró que a pesar de no haber estado en funciones cuando sucedió el choque tenía “posición de garante”.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en una decisión a la que accedió Infobae a través de fuentes judiciales, dejó firme la condena de Jaime a seis años de prisión. Fue al rechazar por inadmisible el recurso extraordinario de Pleé mediante la aplicación del artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
La decisión lleva la firma de tres de los cuatro integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación: Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. Juan Carlos Maqueda se excusó de votar debido a que Jaime fue su segundo cuando el actual juez de la Corte había sido ministro de Educación de la provincia de Córdoba.
Jaime era ingeniero agrónomo y había estado a cargo de la cartera de Educación en la provincia de Santa Cruz, cuando su amigo Néstor Kirchner era gobernador. Luego de un distanciamiento de Kirchner se mudó a Córdoba y fue funcionario durante el gobierno de José Manuel de la Sota.
Ricardo Jaime fue un pionero en lo que a corrupción respecta. Allá por 2013, cuando gobernaba Cristina Fernández de Kirchner, fue el primer ex funcionario kirchnerista que estuvo prófugo de la Justicia. También fue el primer ex funcionario kirchnerista en reconocer que había cobrado coimas mientras fue secretario de Transporte entre 2003 y 2009.
En 2013 lo habían condenado en Córdoba por el intento de robo de material hallado durante un allanamiento en una propiedad cuando en 2010 avanzó la causa en la que se lo investigaba por enriquecimiento ilícito.
En 2015 -antes de que Cristina Kirchner terminara su presidencia- Jaime había confesado que dos empresarios -a los que debía controlar desde su cargo público- le habían pagado coimas. Por ello pactó una pena baja: es decir que en 2015 lo condenaron por coimero, por corrupto. Fue el primero, eso sí, no iba a ser el último.
También fue condenado por haber pactado el cobro de una coima con la empresa Alstom. El pago se iba a efectivizar cuando se concretara el faraónico proyecto del Tren Bala que jamás se realizó.
También tuvo el extraño privilegio de ser el primer ex funcionario kirchnerista en terminar tras las rejas. El 2 de abril de 2016, durante el gobierno de Mauricio Macri, fue detenido. Desde aquel día y hasta el 18 de marzo de 2023 Jaime ocupó una celda en la cárcel de Ezeiza. Algún tiempo de esa detención fue con prisión preventiva que se superpuso con períodos de cumplimiento de alguna de las condenas que ya le habían dictado por casos de corrupción.
Jaime llegó pobre a Buenos Aires cuando fue convocado por Kirchner para integrar el gobierno nacional allá por mayo de 2003. Se hizo cargo de la secretaría de Transporte que, entre otras cosas, manejó millones de pesos en subsidios y en obras de infraestructura.
Como funcionario se enriqueció ilícitamente: la fuente del aumento injustificado de su patrimonio no fue otra que las coimas pagadas por los empresarios que hicieron grandes negocios en el área de transporte. Esa condena dictada por un Tribunal Oral Federal en 2022 -junto a la de la compra de trenes chatarra a España y Portugal- fue confirmada por la Casación.
Es decir que se ratificó judicialmente que Jaime recibía coimas mientras fue secretario de Transporte entre 2003 y 2009. Se hizo millonario. Pero también estuvo preso 2451 días, casi siete años. Ahora está libre pero controlado por una tobillera electrónica. Y aún tiene pendientes de resolución varios casos por corrupción en los que está imputado, como el de los Cuadernos de las coimas.
Jaime fue condenado en seis casos de corrupción y pasó seis años, 11 meses y 16 días preso en la cárcel de Ezeiza.
Una de esas condenas, confirmada este martes por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, fue por por su responsabilidad en la Tragedia de Once, un caso de corrupción seguida de muerte