El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, se realizó esta mañana un peritaje psiquiátrico en la causa en la que está procesado por el presunto abuso sexual de Melody Raskaukas, quien fuera su secretaria, y por desobediencia a una orden judicial. El estudio estaba previsto para la semana pasada, pero el jefe comunal no se presentó, lo que le valió que le rechazaran un pedido para viajar a España.
Fuentes judiciales informaron a Infobae que poco antes de las 10 horas, Espinoza se presentó en la sede del Cuerpo Médico Forense para hacerse el peritaje. Se retiró pasada las 10:30 horas ya con el estudio terminado. Ahora las partes del proceso esperarán los resultados del trabajo.
Espinoza está procesado por los delitos de abuso sexual simple y desobediencia a una orden judicial ya que el intendente tenía prohibición de acercamiento a la víctima y habló por teléfono cuando intentó convencerla de que retire la denuncia. El procesamiento fue ratificado por la Cámara del Crimen y, a principios de la semana que viene, vence el plazo que el juez de instrucción Luis Schegel le dio a la fiscal Mónica Cuñarro para que dictamine sobre cómo continúa el expediente. Con el procesamiento confirmado, la próxima instancia debería ser el juicio oral.
Con esta presentación al peritaje, Espinoza espera que lo autoricen a viajar a España. La defensa del intendente solicitó autorización para ir a Barcelona desde ayer hasta el 9 de noviembre para participar como expositor en el Congreso ‘SmartCity Expo WorldCongress’.
Pero el juez Schegel se lo rechazó porque tenía fecha para hoy para hacerse el peritaje psiquiátrico y porque la semana pasada no se lo pudo realizar. Tenía fecha para el jueves pasado, pero avisó que estaba demorado para presentarse y desde el Cuerpo Médico Forense le dijeron que ya tenían programados otros estudios y que se le iba a poner una nueva fecha.
“Debiendo adoptar una decisión en el día de la fecha conforme lo solicita la defensa y teniendo en consideración, como antecedente gravoso que, más allá de los pretendidos argumentos de la defensa, no hay contradicción en cuanto a que Espinoza no se presentó en la oficina correspondiente de la sede del Cuerpo Médico en la fecha indicada, a la hora de la citación ni con posterioridad, a cumplir con el peritaje que ordenó la Sra. Fiscal, habiendo sido notificado fehacientemente, resuelvo no autorizar la salida del país de Tomás Fernando Espinoza”, expuso Schelgel.
La autorización para viajar había sido avalada por la Fiscalía, pero el abogado Marcelo Urra, quien representa a la víctima, se opuso porque consideró que existen “riesgos procesales de fuga y de entorpecimiento de la investigación, haciendo mención a los recursos económicos con los que cuenta el procesado, el cargo como intendente del municipio de La Matanza y la cantidad incontable de contactos”.
El rechazo a la salida del país fue apelado por la defensa de Espinoza. El caso ya está en la Cámara del Crimen quien debe decidir si le permite al intendente viajar a España.
La causa contra Espinoza se inició por la denuncia que Raskaukas hizo en persona en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a principios de junio de 2021. Relató que Gustavo Cilia, su entonces pareja y amigo de Espinoza, la llevó a trabajar en la secretaría privada del intendente. Contó que el 10 de mayo de ese año Espinoza le dijo que iba a ir a cenar a su casa. Y que allí ocurrió el abuso.
En la denuncia, contó que durante la cena Espinoza le dijo que estaba contracturado y le pidió masajes. Ella le dijo que no y lo mandó a descansar, pero la respuesta fue: “No tengas miedo, dale”. De manera intimidante se desabrochó la camisa, afirma la denuncia. Le dijo que no tuviera miedo porque “las mujeres de sus amigos tenían bigote”.
“Fernando, no sé qué vas a hacer, pero te pido que no, te pido que te vayas de mi casa”, le dijo la mujer. Pero Espinoza “una vez dentro de la habitación se quitó el pantalón, la camisa que previamente se había desabotonado y quedó en ropa interior”. Cuando volvió a pedirle que se fuera, “el imputado la sujetó fuertemente, indicando la víctima que no recordaba exactamente cómo pasó, pero que él logró terminar encima de ella en la cama”.
Y durante ese lapso, Espinoza comenzó a besarle la zona de sus pechos y a tocarla por encima de la ropa mientras le decía “quedate tranquila, siempre te tuve ganas, va a estar todo bien”, y le pedía que le practicara sexo oral, intentando a su vez quitarle las prendas que vestía en contra de su voluntad, lo que habría llevado a que le rompiera la camisa que ella tenía puesta, además de intentar bajarse su propia ropa interior, lo que no consiguió porque la víctima hacía fuerza para impedirlo. “Bueno, listo, ya está, se terminó todo, me voy, ya está, no te preocupes. Sos una boluda, no sabés lo que te perdés, pero bueno, allá vos”, le respondió Espinoza.
La Cámara del Crimen confirmó el procesamiento que en primera instancia había dictado la jueza de instrucción Fabiana Galetti al considerar que “tanto las manifestaciones de Melody Jacqueline Raskaukas como los restantes elementos de convicción reunidos fueron evaluados desde una perspectiva regida por la sana crítica y la amplitud probatoria para acreditar los hechos denunciados”.