El prestamista Esteban Rojas Almada (45) se sentó este miércoles por primera vez en el banquillo de los acusados por el femicidio de su novia, Ferni Ayala Palacios. En el comienzo del juicio, la defensa adelantó que el presunto asesino va a declarar la semana que viene. A pesar de que habla español, solicitaron un traductor de guaraní para que dé su versión de los hechos en esa lengua.
El crimen ocurrió en el barrio Zavaleta de Barracas, el 19 de febrero de 2023. Desde entonces, Rojas Almada fue el único señalado por la Justicia, y llegó preso al juicio luego de estar prófugo durante cinco meses en los que se mantuvo oculto en Paraguay. Está alojado en la cárcel de Marcos Paz.
La audiencia comenzó pasadas las 11, y se presentaron ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°17 de la Capital Federal ocho testigos. Cinco de ellos son familiares de la víctima. Sus testimonios se centraron en esclarecer la relación que tenía la pareja, y ratificaron que ella sufría violencia de género, aunque nunca lo haya denunciado.
Respondieron preguntas las tres hermanas, una cuñada y la madre de Ferni Ayala. También dos amigos que estuvieron presentes la última noche que se la vio con vida y un vecino que ayudó a la Policía a ingresar al departamento donde la mataron.
“Probamos de forma categórica y sin lugar a dudas el contexto de violencia de género en el que se encontraba ella antes de ser asesinada”, afirmó tras la primera jornada del juicio la abogada querellante Tamara Rossi, en diálogo con Infobae.
Durante el debate surgieron varios ejemplos de episodios violentos que sufrió la víctima en los ocho meses que duró la relación. “En el primer mes de ese vínculo, Ferni se tuvo que tapar un tatuaje que tenía con el nombre de su ex, también se pudo constatar que le prohibía sostener vínculos, que dejó la escuela secundaria y se aisló mucho de su familia”, enumeró la representante de la familia Ayala Palacios.
El acusado se mantuvo en silencio en todo momento. Solamente respondió las preguntas protocolares que hace el tribunal para certificar sus datos personales.
Antes de finalizar la audiencia, la defensa confirmó que en la segunda jornada, programada para el próximo miércoles a las 10, Rojas Almada va a declarar. La sorpresa llegó cuando pidieron que el Consulado de Paraguay habilite un traductor para que lo haga en guaraní.
Desde la querella creen que podría ser parte de su estrategia para obstaculizar el período de preguntas y respuestas, ya que habla español con fluidez.
En el segundo día de juicio pasarán ante el Tribunal otros ocho testigos, algunos de ellos propuestos por la defensa del acusado. Allí se definirá también si se arbitra una tercera jornada para la lectura de los alegatos, el último paso antes de conocer la sentencia.
La reconstrucción del femicidio
Rojas y Ayala habían ido al boliche “Radio Studio”, ubicado en el barrio porteño de Constitución. Fueron con dos hermanas de la víctima y otros amigos que se sumaron a la salida. Uno de ellos le hizo un comentario a Ferni sobre su estado emocional: “Vos sufriste mucho, espero que ahora estés bien”, le habría dicho.
La fiscalía cree que esa insinuación enfureció al prestamista, que se peleó primero con el hombre y luego con su novia. La última vez que vieron con vida a Ferni Ayala fue a la salida del club nocturno, mientras lloraba al lado del presunto femicida.
La pareja volvió a su departamento del barrio Zavaleta y allí retomó la discusión. Él la golpeó, intentó asfixiarla y luego sacó una pistola calibre 9 milímetros con la que le disparó dos veces, a una distancia de entre 5 y 15 centímetros. Uno de los balazos impactó cerca del corazón de la víctima.
En la mañana siguiente, personal de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires encontró el cuerpo. Las hermanas de Ferni habían hecho la denuncia porque no contestaba el teléfono y no tenían novedades de ella.
Los agentes describieron que Ayala estaba “tirada sobre la cama, vestida de ropa de cama y con dos impactos de bala visibles a la altura del pecho”. Además, indicaron que llevaba varias horas muerta, tal como se confirmó más tarde en la autopsia.