El fiscal federal Ramiro González analizaba los nuevos chats entre Fabiola Yañez y el ex presidente Alberto Fernández aportados por la querella, tras el fracaso en la obtención de una copia del celular de la ex primera dama, que reside en España. “Me dabas sopapos y me dejabas la cara hirviendo”, se quejaba Yañez en un mensaje, según se supo anoche. Sin embargo, Infobae accedió a más conversaciones que permiten reconstruir el diálogo de la pareja antes de que la mujer acusara al padre de su hijo por violencia de género. En las últimas horas, el juez Julián Ercolini rechazó los testigos presentados por la defensa, tal como lo había solicitado la querella; mañana, como testigo, declarará Sofía Pacchi, ex amiga de Fabiola.
Fabiola denunció a Alberto Fernández el pasado 7 de agosto ante la justicia. La denuncia fue impulsada luego de que trascendiera que en el celular de la secretaria del ex jefe de Estado aparecían fotos de Yañez con moretones en los brazos y en el ojo. Inicialmente, sin que se hiciera público, la ex primera dama había sido informada por el juez Julián Ercolini de que conocían esas fotos, y se la invitaba a realizar una denuncia. Fabiola rechazó esa oferta. Sin embargo, cuando la existencia de las imágenes se hizo pública, dejó de responder al abogado que la asesoraba y avanzó con la denuncia.
El material aportado por la querella a la fiscalía incluye una serie de mensajes entre Fabiola Yañez y Alberto Fernández, que comienzan a fines de junio. En ese momento, el ex presidente volaba hacia Bogotá y Honduras. En la madrugada del 28 de junio, el ex jefe de Estado la llamó varias veces. “Es urgente”, le dijo. “Necesito que atiendas a Fioribello”. Se refería a Juan Pablo Fioribello, el abogado que había representado a ambos. “Es muy grave el tema”. Dialogaron durante 10 minutos.
En los chats se encuentran algunos mensajes que se fueron conociendo a medida que avanzaba la denuncia. “Lamento mucho todo. Me doy cuenta de que estás muy lastimada. Nunca quise que todo fuera como fue. Siempre te amé y nos tocó un tiempo tortuoso que seguramente no me permitió darte la atención que merecías. Hoy estoy muy triste por todo. Mis ganas de vivir no existen. Soñaba otra cosa a tu lado. Te pido perdón por el daño que sin querer te he causado. Beso grande”.
Fabiola le responde: “Ya hablé con Juan Pablo, quédate tranquilo, voy a hacer lo que me dijiste que había que hacer”. El ex presidente le contesta: “Lamento todo. Créeme”. Fabiola lo llama un rato después: “Necesito hablar con vos”, le dice. Alberto vuelve a lamentarse mientras ella está a punto de entrar a la audiencia con Ercolini en la primera invitación a denunciar. “No deberíamos haber pasado por esto”, afirma, y añade: “Mi consejo es que hables lo menos posible. Esa es la mejor garantía de que no se vuelva noticia”.
“Mañana, cuando puedas, tratemos de hablar. Todo esto está muy mal, y tenemos una responsabilidad que se llama Francisco. Siempre te dije que te voy a amar y cuidar. No tenés que dudar de eso. Igual pensé mucho en la cantidad de cosas que me dijiste hoy. Más allá de estar de acuerdo o no, creo que te podría decir lo que realmente siento que nos pasó. No para pelear. Solo para poder seguir. Te mando un beso”. Más tarde, el ex mandatario pregunta por Francisco.
Los diálogos siguen. El 1 de julio, Alberto Fernández le pregunta: “¿Vos estás bien?”. “No. Estoy muy mal”, le responde Fabiola. “Yo estoy igual. Me siento sin fuerzas. Nunca voy a poder superar nuestra separación”, asegura él. Fabiola insiste en hablar. Alberto le propone hablar sobre “la serie” en Buenos Aires, pero no sabe cuándo volverá a Madrid.
“Yo necesito más que la serie, necesito hablar con vos. ¿Qué pasó con lo que te pedí?”, insiste Fabiola. “No sé qué me pediste. Solo me insultaste y extorsionaste. No quiero pelear más con vos. Quiero estar en paz conmigo mismo y dejarte tranquila. Nada te va a faltar. Podemos hablar por teléfono. No sé si volveré”, le responde Fernández.
“Cómo cambias las cosas; me llamaste para que te salve de una denuncia, me hiciste mentir y hablás de extorsión. Cuando lo único que he venido pidiendo, rogando, es que me ayudes a trabajar porque la plata no me alcanza. Porque vos me enterraste en vida. Durante 14 años me enfermaste con tu proceder enfermizo de tener 20 mujeres a la vez”, le escribió Fabiola.
“Te he dicho mil veces que lo intento. Te he dicho mil veces que nada les va a faltar. No tergiverso nada”, responde Alberto. “Hace tres días que solo pienso en nosotros y en lo que nos pasó. Estoy sacando algunas conclusiones que tal vez me gustaría compartir con vos. No pretendo que las compartas, pero sí que escuches lo que creo. Estar en política supone estos dolores que vos no estabas preparada para soportar. Yo no te enterré. A mí me tiran tierra todos los días. Vos también me tiraste. Pero no es el modo en que debemos hablar. Debemos encontrar un momento para hablar, aunque sea por zoom, y tratar de mitigar el dolor que sentimos”. Y agrega: “Si querés hacerlo, yo estoy dispuesto. Por lo material, no te preocupes. Nada te faltará”.
“Decime hoy si me vas a ayudar o no, o a partir de mañana empiezo yo a ganarme la vida aceptando lo que me ofrezcan. Ya no te espero ni te aguanto más”, le responde Fabiola. “Siempre te voy a ayudar porque siempre voy a amarte, aunque vos no me ames. Solo quiero verte bien y hace años que no lo consigo. Podés confiar en mí”, asegura el ex presidente. Fabiola le responde: “Hace mucho que no puedo confiar en vos”.
Fabiola insiste en que está en España por culpa de Fernández (“porque me defenestraste ante un país. Parece que aún no te das por enterado”). El ex jefe de Estado le responde: “Vos estás ahí porque la política es cruel. Si hubiera sido reelecto, no estarías allí. Jamás hablé mal de vos. No sé de dónde sacás eso. Igual, hablar así no tiene sentido”.
“Si te parece, mañana hablamos por zoom tranquilos. Sin insultos, sin descalificaciones. Alguna vez quisiera que escuches lo que yo siento. Porque vos creés que mi vida sigue como si nada. Y mi vida es penosa. Solo espero morirme solo en el departamento y que alguien me encuentre y te avise. Es el único destino que veo. Todo lejos de Francisco, que es la única causa de felicidad que tenía”, escribe Fernández.
Cuando Fabiola le pregunta por qué se fue de España, el ex mandatario responde: “¿Y para qué voy a estar en Madrid? ¿Para pelear por vos? ¿Para mendigar dos días con Francisco? Tengo una pena infinita. Vos no lo ves”.
“A vos jamás te importó mi dolor, me hiciste todo lo que pudiste. Jamás escuché un perdón, solo decías que eran bromas, que estaba loca e inventaba cosas, aunque te mostrara videos y pruebas. Me humillaste, me faltaste el respeto y me incineraste ante el país estando embarazada de tu hijo, y no te importó. Como siempre, el único que se salva sos vos. Mi querida Fabiola, mi querida María, y la lista sigue... No vengas con cosas de psicópata que se quiere morir. No te creo nada. Antes de ayer eras alguien que me daba todo para evitarse una denuncia más. Hoy sos otra persona que no responde a mis pedidos. Pero ya no existe la Fabiola que perdonaba y hacía lo que vos y tu gente decían. Usá el vuelo para pensar y mañana espero una respuesta coherente. No quiero más peleas, quiero soluciones. Si no las tenés, no me escribas. Porque ahora empieza mi vida”.
Días después, vuelven a hablar sobre Francisco. “Es el niño más feliz del mundo, y eso es gracias a mí y a mi familia, aunque te duela”, le dice la ex primera dama. Alberto responde: “Ya bajé los brazos. Disfrutalo. Aléjalo de mí. Hacé que se olvide de mí, como hiciste hasta ahora. Solo contale que lo amé mucho”. Fabiola le responde: “Jamás lo alejé de vos. Estoy como las chicas del cable, disponible todo el día para que hagas videollamadas”. Y añade: “¿Cómo va a ser feliz con vos si le vivís gritando como loco y hasta lo insultaste, delante de testigos?”.
El ex presidente le dice: “No te preocupes más. Hacé tu vida y sé feliz. Nunca le digas a Francisco que lo abandoné o que no lo quise”. Fabiola responde: “¿Cómo podés creer que haría algo así? Estás desquiciado por donde se mire. Lo malo es que yo sigo pagando las consecuencias. Vos creés que esas fotos ya no existen. Lo tuviste todo y lo arruinaste”.
“Me dejaste solo cuando perdí el poder. Así sos”, afirma Alberto Fernández. “Si es así, todo será peor. Tu único deseo es lastimarme, sin medir que eso nos lastima a todos”. Fabiola insiste en que ella estuvo de su lado, pero él lo niega: “Hace mucho que me abandonaste”, dice Alberto. “Fuiste vos el que no me cuidó”, responde ella.
“Basta, Alberto, seguís mintiendo”, concluye Fabiola. “No quiero discutir más. Tratá de estar bien y cuida a Francisco, que es lo que más amo en la vida”.