Reelecto Horacio Rosatti como titular de la Corte mediante su propio voto, el de Rosenkrantz y el de Maqueda, a propuesta de este último, en la Corte se evalúan dos escenarios posibles tras la jubilación de Maqueda el 29 de diciembre de este año.
Un primer escenario es que la Corte no sea completada porque se demoran los nombramientos de los nuevos jueces propuestos por el Poder Ejecutivo, Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. Esto significa que la Corte estará integrada por tres miembros desde diciembre.
En ese caso, los propios jueces creen que las demoras pueden prolongarse, como ocurrió tras la renuncia de Carlos Fayt en 2015 (Rosatti y Rosenkrantz asumieron casi un año y medio después de esa renuncia). Si se llega al 2025, es difícil que se integren nuevos miembros, ya que se trata de un año electoral.
Se conformará entonces una Corte de tres miembros que deberán votar sí o sí por unanimidad o llamar a conjueces para cada caso. Es que, de acuerdo con la ley 26.183, la Corte tiene cinco miembros y debe dictar sentencias con la mayoría absoluta de sus miembros, es decir, con tres.
Esta cuestión cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que el máximo tribunal debe resolver toda clase de temas trascendentes para el país: la validez de los decretos de necesidad y urgencia de Javier Milei, la movilidad de las jubilaciones, los problemas de las cajas jubilatorias de las provincias, los reclamos de coparticipación de casi todas las provincias argentinas, los conflictos políticos, la constitucionalidad de impuestos de todo tipo, y causas penales que comprenden a casi todo el arco político, desde Cristina Kirchner hasta Jorge Macri y múltiples conflictos empresariales.
Para todo eso habrá tres firmas: Rosatti-Rosenkrantz-Lorenzetti. Un enorme poder y una gran responsabilidad.
Esa situación es la que hizo que esta vez no hubiera conflictos públicos, como sí ocurrió en 2021 con la elección de Rosatti. Lorenzetti dejó en claro en esa oportunidad que le parecía inmoral que un juez se vote a sí mismo, repitiendo la actitud de Nazareno, o que la Corte no aplique la periodicidad de sus autoridades, como la propia Corte le reclama a las provincias. Recordemos los casos de San Juan y Tucumán. Pero nada de eso fue expresado para evitar mostrar una Corte dividida.
El segundo escenario es que la Corte sea integrada con los nuevos miembros, conformándose una Corte de cinco. En ese caso, seguramente se volverán a elegir autoridades, porque las autoridades y los plazos para su funcionamiento no nacen de la ley, sino de tres firmas. La composición y autoridades actuales serán entonces de transición.
Por otro lado, el futuro de Maqueda abre algunos interrogantes.
El gobierno le había notificado que, no habiendo pedido la renovación de su mandato con anticipación de un año, como marca la reglamentación del Ministerio de Justicia, debía cesar el 29 de diciembre de este año y dejar el lugar al juez que viene a reemplazarlo (García Mansilla).
La preocupación de Maqueda se refiere a su retiro, porque siguen pendientes varias denuncias en su contra referidas al manejo de la Obra Social de los judiciales. Esas causas tramitan en el juzgado de Ariel Lijo.