Los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti están listos para poner en funcionamiento una Corte con tres miembros a partir del 1° de enero del 2025. Tal como sucedió en 2015, cuando tras la renuncia de Carlos Fayt, el Máximo Tribunal del país también quedó integrado por tres miembros: el propio Maqueda, Elena Highton y Lorenzetti.
Lo que sucedió esta vez fue lo siguiente. Por un lado, el Gobierno notificó a Maqueda que, como no había solicitado una prórroga por cinco años (según la reglamentación del Ministerio de Justicia, debe solicitarse un año antes de cumplir la edad), debe cesar el 29 de diciembre de este año ya que cumplirá 75 años, edad límite para el ejercicio de la función jurisdiccional.
Por otro lado, pese a que el Poder Ejecutivo propuso a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para cubrir las vacantes de Highton (Lijo) y la de Maqueda (García Mansilla), la demora en la aprobación de los pliegos se extiende cada vez más, y es probable que no se llegue este año.
Los dos jueces nominados por Milei están sufriendo un lento trámite en el Senado y la cosa va para largo, y solo quedan dos meses de funcionamiento legislativo. Es un Senado fraccionado en múltiples bloques y cuesta llegar a un acuerdo de dos tercios de los miembros, como se requiere para aprobar un juez de la Corte.
Mientras tanto, el clima interno en la Corte es bueno, no hay conflictos que trascienden, tampoco debates públicos ante la inminencia de la elección de autoridades, como ocurrió en la última designación de Horacio Rosatti, en 2021. Entre los ministros hay una idea de que es probable que todo siga paralizado y deban organizarse entre tres jueces para poder funcionar. Rosatti, Rosenkrantz y Lorenzetti deberán colaborar estrechamente entre ellos para poder hacerlo.
En ese caso, los fallos requieren, inevitablemente, una mayoría de tres, que no se puede cambiar de ninguna manera, excepto por una ley, que, a esta altura, es improbable. En las decisiones internas, de superintendencia, puede haber una mayoría de dos, por una acordada que los ministros firmaron este año, con la finalidad de acelerar solo los trámites administrativos.
La Corte vuelve entonces a activar un mecanismo que ya usó hace una década.
Cuando Carlos Fayt renunció a partir del 11 de diciembre de 2015, la Corte Suprema quedó integrada por tres miembros: Maqueda, Highton y Lorenzetti. Así funcionaron hasta que entró Horacio Rosatti, en junio de 2016. O sea seis meses después. En agosto del mismo año se le sumó Carlos Rosenkratz.
El presidente Macri los había nominado el 14 de diciembre de 2015 y recién fueron aprobados a mediados de 2016. Con 60 votos para Rosatti y 58 para Rosenkrantz. Esto se logró mediante una larga negociación con el bloque del Frente para la Victoria que era mayoría entonces, liderado por Miguel Angel Pichetto.
Durante esos meses, la Corte funcionó con tres miembros y dictó numerosas sentencias.
El panorama actual es algo más complicado, porque el año próximo es un año electoral y difícilmente se pueda lograr un acuerdo parlamentario en el Senado para lograr dos tercios de los votos presentes.
Hay que prepararse entonces para un escenario probable de una Corte de tres miembros que puede llegar a prolongarse por bastante tiempo más, ya que no hay un horizonte claro donde esto se defina, ni en este año ni en el próximo.