En noviembre de 2013 asumieron los 10 jueces de la Cámara Nacional de Casación Penal. Fue un tribunal creado como un desprendimiento de la Casación Federal para intervenir en las investigaciones y juicios orales sobre homicidios, robos, delitos sexuales que ocurren en la ciudad de Buenos Aires. Por eso es clave. Define detenciones, libertades, condenas, procesamientos. Pero a 10 años de su puesta en marcha se va a quedar con la mitad de sus integrantes.
El próximo 1 de octubre deja su cargo Héctor Magariños por jubilación. A eso se suma que 2018 se fueron otros cuatro magistrados. Gran parte de esas vacantes podrían estar cubiertas desde 2019 pero durante los gobiernos de Alberto Fernández y Javier Milei no se avanzó. Así Casación tendrá el 50 por ciento de vacantes. Un porcentaje superior al 29 por ciento promedio de cargos de jueces sin ocupar en la justicia nacional y federal, según datos del Consejo de la Magistratura de la Nación.
Los 10 jueces del nuevo tribunal asumieron en noviembre de 2013. Horacio Días, Eugenio Sarrabayrouse, Gustavo Bruzzone, Daniel Morín, Pablo Jantus, María Laura Garrigós de Rébori, Carlos Mahiques, Luis Niño, Luis García y Magariños pusieron en marcha la nueva Casación.
Pero a poco de entrar en funciones comenzaron las salidas de sus jueces. Primero fue Mahiques que en diciembre de 2015 asumió como ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires del gobierno de María Eugenia Vidal. Se reintegró a Casación en mayo de 2016 pero en julio de 2018 fue trasladado por el gobierno de Mauricio Macri a la Cámara Federal de Casación Penal, uno de los tribunales de Comodoro Py que revisa las causas de corrupción.
2018 fue un año clave para la Casación. En abril renunció Garrigós de Rébori, en agosto Niño y en octubre García. Todos lo hicieron para jubilarse. Luego Garrigós de Rébori fue titular del Servicio Penitenciario Federal durante el gobierno de Alberto Ferández.
Cuando un cargo de juez queda vacante se inicia un concurso público para cubrirlo. La primera etapa la hace el Consejo de la Magistratura con un examen escrito y el análisis de los antecedentes de los postulantes. Para las vacantes en Casación ese concurso el Consejo lo finalizó en septiembre de 2019 y lo envió las ternas al Poder Ejecutivo, la segunda etapa.
Ya en el final del mandato de Macri, el gobierno envió al Senado de la Nación -la tercera y última etapa del nombramiento de un juez- los nombres de Daniel Rafecas, Nicolás Grappasonno, Patricia Llerena y Mauro Divito para cubrir las vacantes. Pero Alberto Fernández, al asumir la presidencia, retiró en febrero de 2020 todos los pliegos del Senado y propuso a Rafecas como procurador general de la Nación, lo que no prosperó. El retiro de pliegos del Senado es una práctica habitual de todos los gobiernos cuando asumen.
En 2022, el gobierno de Fernández envió tres nuevos nombres al Senado. El cuarto lugar quedó en espera. Es porque la Corte Suprema de Justicia de la Nación había dicho que todos los jueces trasladados debían volver a sus tribunales de origen y uno de ellos era Mahiques.
Pero en 2022 y 2023 el Senado nunca trató las postulaciones y cuando asumió Milei retiró todos los pliegos. El nuevo ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, se reunió con jueces de varios tribunales. Uno de esos encuentros fue con la Cámara de Casación Nacional en julio pasado. Allí los magistrados le plantearon al ministro la situación que vivían con las vacantes. Cúneo Libarona les contestó que eso quedaba atado a lo que ocurriera con las postulaciones de Ariel Lijo y de Manuel José García-Mansilla para la Corte Suprema, le confió a Infobae uno de los participantes de la reunión. Como eso está en espera, en Casación creen que las vacantes seguirán así por más tiempo.
El combo de retiros se completará en nueve días. El 1 de octubre se jubila el juez Magariños. Su renuncia ya fue aceptada por el gobierno y publicada en el Boletín Oficial hace un mes. Así, de 10 magistrados quedarán la mitad. Esos lugares están siendo ocupados por otros magistrados de la Cámara del Crimen y de Tribunales Orales. Pero para eso tuvieron que dejar sus cargos originales: cubrir un hueco para generar otro.
De la Cámara de Casación dependen otros tribunales que también están vacantes. Los Tribunales Orales Criminales, los encargados de hacer los juicios por delitos penales, tienen un 36 por ciento de lugares libres: de 89 cargos hay 30 vacantes. Los Tribunales Orales de Menores tienen una vacante sobre nueve cargos. Lo mismo los juzgados de Ejecución Penal, que trabajan en el control de las condenas: de cinco cargos hay uno vacante.
El promedio de 50 por ciento de vacantes en Casación y de 36 por ciento en Tribunales Orales es superior al promedio. Según datos del Consejo de la Magistratura de los 1002 cargos de jueces nacionales y federales, 297 están sin magistrados titulares. Es el 29 por ciento. Y de esos 297 lugares, 149 están en el Poder Ejecutivo. Desde que asumió Milei el gobierno no envió pliegos al Senado para cubrirlos. El resto de las vacantes se están tramitando en concursos en el Consejo de la Magistratura.