La Cámara Federal de Casación ratificó la condena de 7 años de prisión de Mauro Nahuel Novelino, un narcotraficante de Santa Fe hallado culpable por amenazar desde la cárcel a través de Whatsapp a dos funcionarios públicos para lograr que no lo trasladasen a otra prisión, desde donde continuaba con sus negocios con la droga. Los mensajes y llamadas intimidantes fueron dirigidos al intendente de la ciudad de Venado Tuerto, Leonel Chiarella, y al secretario de seguridad de esa ciudad, Sergio Maidana, a quien le escribió: “Tenes contacto con los de arriba? Desiles (sic) q me dejen de trasladar de aca para alla por hay balas para todos. Empezando por chiarela. Ok?”.
Novelino ya contaba con una sentencia a 15 años de prisión por narcotráfico y robo, entre otros ilícitos. El 8 de abril pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de Rosario le agregó esta condena a 7 años por el delito de “coacciones agravadas por tener como propósito la obtención de alguna medida o concesión por parte de cualquier miembro de los poderes públicos”. Los fiscales del juicio, Mariano Barabani y Fernando Arrigo habían pedido una pena de nueve años. Entre ambas condenas, se conformó una pena única de 21 años de cárcel.
En rigor, el Ministerio Público le atribuyó al narcotraficante “haber amenazado a través de la remisión de mensajes y llamadas de la aplicación de Whatsapp (...) dirigidas a Sergio Carlos Maidana en su calidad de funcionario del Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe y por su intermedio a Sergio Leonel Chiarella en su calidad de Intendente Municipal de Venado Tuerto a fin de obtener por su intermedio el cese del traslado de las unidades de detención o la mejora de sus condiciones al menos en fecha 24-01-2023 y 26-01-2023 (en dos oportunidades)”.
Según las actuaciones, las amenazas fueron enviadas desde el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz, donde el narco de 33 años cumplía una prisión preventiva dispuesta por un juez de Venado Tuerto encargado de una causa en su contra por liderar una asociación ilícita. De hecho, el jefe comunal de esa ciudad lo había denunciado en distintas oportunidades por la coordinación de actividades vinculadas al negocio de la droga que tenían impacto en su municipio. Antes de esa unidad penitenciaria, Novelino había estado detenido de manera ininterrumpida desde julio de 2020 en las cárceles de máxima seguridad de Trelew y Resistencia.
Los fiscales Barabani y Arrigo sostuvieron durante el debate que las intimidaciones se hicieron pocos días después de la llegada del narco a Marcos Paz desde una línea que se sacó a nombre de Novelino con su DNI, y que las llamadas de ese teléfono impactaron en las antenas de la cárcel de Marcos Paz. Si bien el imputado negó haber sido el autor de las comunicaciones, y pidió su absolución, los jueces del TOF 2, Eduardo Rodrigues Da Cruz, Elena Dilario y Román Lanzón, consideraron que había elementos suficientes para encontrarlo autor responsable del delito.
Contra ese fallo, la defensora pública Graciela Yocca interpuso un recurso de casación que elevó el expediente hasta la Sala IV del máximo tribunal penal del país, integrada por los jueces Gustavo Hornos, Javier Carbajo y Mariano Borinsky, quienes resolvieron rechazar el planteo de Novelino en una sentencia de 39 páginas a la que tuvo acceso Infobae.
Al momento de liderar el acuerdo, el camarista Borinsky, con la adhesión del juez Carbajo, expresó: “el sentenciante de la anterior instancia tuvo por acreditada la intervención de Novelino en los hechos que se le imputan, a partir de prueba válidamente incorporada y controlada por las partes en el proceso, valorada de manera integral e integrada conforme los principios de la sana crítica, la experiencia y con fundamentos suficientes para alcanzar la certeza que el dictado de un fallo condenatorio exige”.
A su término, el magistrado Hornos dijo: “Se encuentra acreditado que Mauro Nahuel Novelino ha efectuado amenazas de carácter coactivo a través de la remisión de mensajes y llamadas de la aplicación WhatsApp utilizando la línea telefónica 11-28252065 de la empresa Telefónica Móviles Argentina Sociedad Anónima registrada a su nombre dirigidas a Sergio Carlos Maidana en su calidad de funcionario del Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe y por su intermedio a Sergio Leonel Chiarella en su calidad de Intendente Municipal de Venado Tuerto a fin de obtener el cese del traslado de las unidades de detención o la mejora de sus condiciones”.
Luego agregó: “Se advierte que la exigencia ilegítima fue formulada con una evidente tonalidad amenazante y que infundieron temor en las víctimas lesionando su libertad psíquica de autodeterminación. En ese contexto, resulta que las intimidaciones y exigencias en un marco de violencia verbal y psicológica que padecían las víctimas, exceden con creces lo tolerable y han tenido idoneidad para causar en los sujetos un estado de constricción”.
Y concluyó: “En este aspecto, los elementos arrimados al debate y pormenorizadamente valoradas en el voto que lidera el acuerdo, permiten confirmar, mediante múltiples pruebas testimoniales, documentales y peritales, la hipótesis delictual”.
Según publicó este medio, la amenaza por la que Novelino fue condenado no fue la única que hizo. Tiempo después la repitió. “Va a ver (sic) balas y granadas para todo el que avisa no traiciona”, decía en otro mensaje dirigido a también a Chiarela y al senador provincial de Santa Fe Lisandro Enrico, a la fiscal del Ministerio Público de la Acusación (MPA) Susana Pepino, al juez federal de Venado Tuerto, Aurelio Cuello Murúa y al fiscal federal Javier Arzubi Calvo. La amenaza iba acompañada de la foto de un arma: “Esta es para ustedes”.
Tampoco era la primera vez que Novelino contaba con celulares en prisión. Cuando estaba detenido en Resistencia le encontraron teléfonos que fueron analizados y se comprobó cómo seguía con el negocio narco. De allí la justicia federal de Venado Tuerto obtuvo 11.200 archivos de audio, más de 35 mil fotos y 570 videos.
De esa información se corroboró cómo negociaba la compra de estupefacientes con un policía jubilado y con una mujer, ambos de la provincia de Córdoba. “Acá tengo la máquina de contar el billete, que recién termino de contar, y hay 1.880.000 pesos. Faltan 120 mil pesos para los dos palos”, le reclamó la mujer mientras le exhibía los fajos de billetes en uno de los videos que la justicia obtuvo del celular. También se descubrió que Novelino compraba armas y firmaba con sus iniciales los panes de cocaína que vendía.