La causa sobre la muerte del empresario Rodolfo Christian Zárate, por la que fue detenido el médico Aníbal Lotocki en 2023, tuvo un nuevo avance este martes cuando el fiscal Pablo Recchini solicitó llevar a juicio oral a la directora de la clínica Cemeco, Andrea Torelli, junto a cuatro médicos por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”. También se pidió juzgar a la instrumentadora quirúrgica Florencia Krzeczek por encubrimiento.
Los médicos involucrados son Daniel Enrique Zambrano García, especialista en cirugía plástica, Santiago Luis Olguín, anestesiólogo, Polansky Peláez Hoyos, cirujano plástico, y la especialista en anatomía patológica Silvia Mabel Fernández.
Para el fiscal, los cuatro son coautores del homicidio por haber operado al paciente a pesar de que tenía una serie de condiciones previas que elevaban el riesgo de muerte durante la cirugía estética, que se llevó adelante el 15 de abril de 2021. Entre los antecedentes de Zárate figuraban: diabetes tipo II, tabaquismo y Covid-19.
“No solo previeron la posibilidad de la muerte, sino que la aceptaron y actuaron para satisfacer sus intereses, ya sean económicos o de otra índole”, acusó la fiscalía.
Por su parte, la instrumentadora Krzeczek, que también estuvo en el quirófano, es acusada de “encubrimiento agravado por ser el hecho precedente un delito especialmente grave”. Según el fiscal Recchini, obstaculizó la investigación al ocultar el teléfono de Aníbal Lotocki.
En el requerimiento que se elevó al juez Luis Schelgel, titular del juzgado en lo Criminal y Correccional N°60, Recchini precisó que en la clínica “no se realizaron los procedimientos quirúrgicos en diversas etapas, por el contrario, fueron concentrados en un mismo acto”. Y siguió: “No se monitoreó al paciente de cerca una vez finalizada la intervención, se carecía de laboratorio de análisis clínicos, no se ordenaron los estudios cuando resultaron imprescindibles”.
La fiscalía enumeró una serie de desprolijidades que se encontraron con el análisis de las cámaras que grabaron la cirugía estética del empresario. Pudieron ver, por ejemplo, que el anestesista Olguín estuvo “gran cantidad de tiempo de la operación centrando su atención en un teléfono celular y no en el monitoreo que le correspondía hacer”. También usaron para Zárate unidades de plasma que estaban rotuladas con el nombre de otro paciente, según consta en el expediente.
La presentación que recibió el juez Schelgel insiste con que “la clínica Cemeco no estaba habilitada para una cirugía como la practicada a la víctima, y, por otra parte, presentaba serias infracciones legales e irregularidades”. Es por esto que se busca juzgar como co-autora a la directora del centro médico, Andrea Torelli.
Durante la investigación se reunieron pruebas suficientes para afirmar que Torelli hacía funcionar la clínica con varias irregularidades graves: no volvió a designar un director médico tras la muerte de quien estaba en el cargo en 2017 (algo que es obligatorio por ley), el lugar no contaba con un laboratorio, ni tampoco con una unidad de terapia intensiva o convenio con otra institución que tercerice ese servicio.
El abandono de Lotocki
La acusación también habla de un abandono de parte de Lotocki y su equipo al paciente. Luego de la cirugía lo llevaron a su habitación, pero tres horas más tarde tuvo que volver al quirófano porque se le abrió una sutura en la zona abdominal. Minutos después de esa segunda intervención todos los médicos se fueron de la clínica “a sabiendas de que estaba dolorido y que hubiera sido necesario trasladarlo en ese preciso momento a un centro de mayor complejidad para que atravesara su postoperatorio, que requería de internación”, de acuerdo al fiscal Recchini.
Durante la madrugada siguiente, Zárate le manifestó a una enfermera las molestias que tenía. Poco después se descompensó, lo intubaron y pidieron su traslado con una ambulancia de su obra social. Los médicos que llegaron en ese vehículo declararon que el empresario estaba “mal intubado”. Por la gravedad del cuadro no llegaron a trasladarlo. Murió de un paro cardíaco en la ambulancia pese a los intentos por reanimarlo.
“De esta manera, la privación de la atención médica y soporte vital que demandaba el cuadro de salud de Zárate co-causó su muerte, producto de la actuación tanto de Lotocki como de los integrantes de su equipo médico, dado que no llevaron adelante el procedimiento de salud que correspondía, a lo que se suma la falta de equipamiento y convenio de traslado a un establecimiento con terapia intensiva, lo que impidió que se realice el procedimiento pertinente a los fines de intentar lograr revertir el cuadro crítico causado por las intervenciones, acciones y omisiones de los días 15 y 16 de abril de 2021 que llevaron a la muerte a Zárate”, concluyó el fiscal.
Aníbal Lotocki espera detenido en el Complejo Penitenciario Federal N°1 de Ezeiza el juicio oral por la muerte del empresario. Está acusado de homicidio simple con dolo eventual y de haber alterado la historia clínica del paciente en la clínica del barrio porteño de Caballito.