El mensaje que fue clave para apuntar contra el diputado nacional del PRO Gerardo Milman en la causa por el atentado a la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner no aparece. Se trata de la famosa frase que se le atribuye al legislador: “Cuando la maten yo estoy camino a la costa”. Fue el testigo Jorge Abello, un asesor legislativo del Frente Para Todos, quien dijo haberla escuchado de boca de Milman, cercano a la ministra Patricia Bullrich, dos días antes del intento de homicidio en el bar Casablanca. Según se planteó en la Justicia, Abello se comunicó con su jefe, el entonces diputado Marcos Cleri, para decirle lo que oyó en la misma noche del intento de homicidio. Pero ese mensaje no surge del análisis del teléfono secuestrado a Abello ni como chat ni como imagen de pantalla, revelaron a Infobae fuentes judiciales.
Ahora, se está haciendo un segundo rastrillaje de patrón de borrado para saber si allí puede aparecer. Y esta misma semana se dispuso acelerar el análisis de un celular viejo y una tablet que también se secuestró en la casa de Abello, en el marco de la causa por falso testimonio que impulsó en su contra el diputado Milman.
El dato, sin embargo, llegó a la causa judicial por el atentado a Cristina Kirchner días atrás durante una audiencia ante la Cámara Federal porteña. Los abogados de la ex vicepresidenta, Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira, estuvieron presentes para apelar una resolución de la jueza María Eugenia Capuchetti que, en consonancia con el fiscal Carlos Rívolo, rechazaba una serie de medidas para profundizar en los borrados en los celulares de dos testigos: Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, las secretarias de Milman. Fue allí en donde se presentó la defensa de Milman, que cuestionó el pedido de la querella y reveló que “el mensaje no existe”.
Hasta ahora, solo Abello dijo haber escuchado la frase de Milman en el bar de la esquina del Congreso. No la escuchó su cuñado, que estaba con él, ni el diputado Mario Leito, sentado en la mesa contigua a Abello. Las asesoras de Milman, que declararon varias veces, afirmaron que nunca lo oyeron decir esa afirmación.
Infobae accedió a la pericia que hizo la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) que depende del Ministerio Público. Concretamente, el fiscal Eduardo Taiano ordenó rastrear la frase “Marcos ayer cuando salí de tu oficina fui con mi cuñado a comer a Casablanca. Al lado mío estaba Millman con dos pibas, y graciosamente decía cuando la maten yo estoy camino a la costa. Y se mataban de risa’”.
Según las conclusiones del informe, “se encontró la conversación sostenida mediante WhatsApp entre Jorge Abello y el contacto agendado como Marcos Cleri, sin perjuicio de lo cual no se halló el mensaje en cuestión, como así tampoco información vinculada con este”.
Aparecen dos audios que se enviaron por WhatsApp. Según la metadata de los dos archivos de audio, se pudo determinar que uno se habría remitido el 30 de agosto de 2022 a las 15:13:30, y otro el 07 de septiembre de 2022 a las 10:07:06.
En ambos se hace referencia al restorán Casablanca, donde habría tenido lugar la escucha de la frase que dio lugar a la denuncia efectuada. “Estamos por almorzar en Casablanca, frente del Congreso”, dice uno. El otro dice: “Sí, sí, sí. Sí, tal cual, más o menos a esa hora, y nos fuimos a almorzar ahí a Casablanca. El tipo estaba con un jean todo desgarrado, porque sacaba la pierna así para el costado de la mesa, y yo me reía, digo ‘¿cómo puede venir este gordo impresentable, peor que yo?’. Se hacía el pendejo con las dos pibitas, y le contó eso, ¿viste?, y me pegó muy fuerte”.
Cuando Cleri se presentó en la causa y mostró el mensaje que le había mandado Abello en la noche del atentado, lo que se veían eran chats escritos. Cleri se presentó ante una escribana para que quedaran certificados un rato antes que Abello se presentara ante la jueza Capuchetti, según el mismo declaró. Usaba un teléfono Blackberry. La defensa de Milman sostiene que el IMEI del celular de Cleri (una suerte del DNI del teléfono) que registró la escribana tenía un número equivocado.
Esta semana, Cristina Kirchner estuvo en Comodoro Py 2002. Durante una hora y media, declaró como testigo ante el Tribunal Oral Federal 6 que lleva adelante el juicio contra Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, acusados de haber intentado matarla el 1 de septiembre del 2022. En un tramo de su declaración, tanto su querella como la fiscal Gabriela Baigún le preguntaron sobre la llamada pista Milman, que no forma parte del debate porque aún está siendo investigada por Rívolo y Capuchetti.
En un primer momento, Cristina Kirchner apunta hacia Milman, al que definió como una “Nostradamus contemporáneo” (”deben ser las fuerzas del cielo”, afirmó) por haber presentado días antes del atentado un proyecto de ley sobre su custodia. “Después nos enteramos lo que había pasado en el bar Casablanca”, dijo la ex vicepresidenta y resaltó que a las secretarias del diputado les borró el celular un funcionario de tecnología de la hoy ministra Bullrch.
Después, aclaró que no conocía a Abello. “Creo que están los registros en los teléfonos como dijo el diputado Marcos Cleri... Es imposible modificar fechas”, afirmó. “Después se comienzan a atar todos los hilos. Los que atamos nosotros. No el Poder Judicial”, agregó la ex vicepresidenta.
El legajo Milman
Abello, un ex diputado provincial de Santa Fe que era periodista, estudiaba Ciencias Políticas en los tiempos macristas se dedicó a ser chofer de Uber -según las entrevistas que dio en su momento-, estaba trabajando para el momento del atentado de CFK como asesor legislativo del diputado Cleri. A última hora de la tarde del viernes 23 de septiembre -23 días después del atentado- se presentó en la causa ante la jueza Capuchetti porque quería declarar.
“El día martes 30 de agosto voy a una reunión que tengo en el Anexo de la Cámara de Diputados, que me convocan como legislador con mandato cumplido de la provincia de Santa Fe. Esto es en Rivadavia entre Combate de los Pozos y Entre Ríos”, comenzó, según la declaración a la que accedió este medio. Abello explicó que justo estaba con su cuñado, “totalmente ajeno a la política y a la vida de Buenos Aires”, y como la reunión se extendió más de la cuenta y ya eran mas de las 14 el cuñado le dijo de ir a almorzar. “Como habíamos enfilado hacia la boca del subte, le digo de ir a comer a Casablanca”, frente al anexo del Congreso.
“Entramos a Casablanca y mi cuñado se queda mirando porque le pareció lindo el bar, es un lugar al que habitualmente voy. Como él es amante de los deportes, se ubicó de tal manera que podía ver la televisión. Yo lo copié y terminamos los dos, uno al lado del otro, mirando la televisión, con la espalda hacia Combate de los Pozos. Pedimos el menú del día, no recuerdo concretamente qué plato era. Me pongo a hablar con mi cuñado del lío que era Buenos Aires y empezamos a comer y mirando lo veo a Gerardo Milman y me llama la atención la forma en la que estaba vestido. Tenía un pantalón todo rasgado, como de una onda moderna, pero inadecuado para su edad. Se encontraba con dos chicas muy bonitas, jóvenes y muy bien vestidas, ellas estaban de espalda a mí y nunca les pude ver la cara”, explicó.
Abello dijo que todo eso le “llamó la atención” mientras su cuñado “estaba muy entretenido con lo que se hablaba en una mesa de al lado, sobre fútbol”. Es más: estaba Mario Leito, el presidente de Atlético Tucumán, le dijo. “Volviendo, entre esas conversaciones, a voz alzada escucho con mis propios oídos que Milman dice textual ‘cuando la maten yo estoy camino a la costa’, a lo cual una de las mujeres le pregunta por el chofer algo así como ‘y tu chofer?’ y él le contesta: ‘Lo mando a Tucumán porque es un hablador al pedo’. Eso fue todo lo que escuché, después siguieron las bromas, los chistes, él se paró, saludó a unas personas por ahí y pagamos nosotros y nos fuimos”.
El testigo aportó los datos de su tarjeta de débito con la que explicó que pagó la cuenta. Y dijo que debía de haber cámaras en el bar, como también los domos del Congreso, para acreditar su versión.
“No recuerdo si Milman se fue primero del lugar o nosotros. Mi cuñado no escuchó nada de lo que él dijo, hicimos algún comentario de la billetera y el galán, y elogiábamos de lo bonitas que eran las chicas. Yo cuando sucedió esta conversación que escuché estaba como mucho a dos metros. Salimos de ahí, tomamos el subte A hasta Perú, y de ahí nos fuimos hasta juramento con la línea D y fuimos caminando hasta casa. De este tema no se habló más”, afirmó.
El 1 de septiembre, en Juncal y Uruguay, Fernando Sabag Montiel se acercó a Cristina Kirchner con una Bersa calibre 32 con la intentó dispararle en la cara. No tenía bala en la recámara y fue reducido por militantes kirchneristas. Desde entonces está preso. Luego fue detenida su novia Brenda Uliarte, que también estaba allí. Ambos están acusados de ser coautores de homicidio calificado en grado de tentativa.
Abello aseguró que se enteró del intento de homicidio cuando él volvía de hacer las compras y lo llamó su madre llorando desde Villa Cañas para pedirle que tuviera cuidado. “Cuando llego al departamento, veo los canales de noticias y estaban todos con eso. Cuando empiezo a escuchar las noticias, me empezó a caer todo lo que había escuchado en Casablanca. No me pregunten por qué lo asocio, pero me vienen a la memoria esas palabras, eso que escuche...”, le dijo a la jueza Capuchetti.
Como Abello recién se presentó a la justicia el 23 de septiembre, la jueza le preguntó si había alguna razón en particular por la que no compareció a informar estas cuestiones con anterioridad. El testigo respondió: “A medida que fueron pasando los días, y empecé a seguir a los jugadores, empecé a darme cuenta que podía tener algo que ver. Yo no soy quien para seguir una línea investigativa, ojalá que no, no me interesa nada lo que tenga que ver ese diputado”.
El juzgado insistió con saber cuándo comenzó a “cuadrar la conversación que escuchó” y el testigo respondió: “Después de la conmoción, cuando comenzó a bajar la espuma. A los dos días, después me empieza a llamar la atención con el paso de los días, ya que lo veía al legislador en los medios, que después el tipo desapareció de las pantallas, eso me llevó a venir...” . Confeccionó un croquis a mano alzada que consta en su declaración para ilustró la distancia y el lugar donde escuchó la frase de Milman.
La jueza decidió abrir un legajo reservado para investigar este testimonio. Junto al fiscal Rívolo, avanzó con una serie de medidas tendientes a reconstruir la escena relatada por el testigo hasta identificar y escuchar el relato de las dos personas que compartieron mesa con Milman. Según se pudo corroborar, la reunión tuvo lugar en Casablanca entre las 15.23 y las 16.28 según surge de las cámaras de seguridad de la zona. Las mujeres que acompañaban a Milman fueron Gómez Mónaco e Bohdziewicz, que trabajan con el legislador.
El juzgado las llamó a declarar como testigos. Gómez Mónaco contó que trabaja con Milman desde que este se desempeñaba en el ministerio de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri. Al principio no se acordaba haber ido ahí, pero después confirmó la reunión. Bohdziewicz sí recordaba aquel encuentro y señaló que luego el legislador viajó a Pinamar. Sin embargo, bajo juramento, las dos mujeres negaron que Milman hubiera pronunciado esa frase.
La llamada pista Milman fue el momento en que la querella rompió con la investigación que comandaba Capuchetti y reclamó apartarla. A fines de noviembre del 2022, la Cámara Federal rechazó la recusación contra la jueza que impulsaba la querella y en paralelo ordenó una serie de medidas que se deberán profundizar para esclarecer la pista Casablanca: dispuso que vuelva a declarar Abello y también dos diputados del Frente de Todos para saber qué sabían de esa hipótesis: Cleri; y otro cliente del bar Casablanca que estaba en ese momento en el lugar: el diputado del Frente de Todos Leito. También analizar los celulares de las secretarias.
Las mujeres se presentaron a declarar ante Rívolo y entregaron sus teléfonos. Gómez Mónaco dijo que había cambiado el dispositivo y su entonces amiga afirmó que había borrado contenido porque no quería que sus fotos privadas se filtraran. Los equipos fueron examinados y la información fue recuperada. Meses después Bohdziewicz volvió a tribunales para contar que la habían despedido y que el borrado de su teléfono se hizo en una oficina de Bullrich, en donde estaba Milman, su ex amiga y un perito.
Para esa altura, el fiscal y la jueza ya habían ordenado secuestrarle el teléfono a Milman, que -previa autorización del Congreso por la protección que tienen las comunicaciones de los legisladores- entregó un dispositivo que salió después de que se hubiera cometido el atentado. El análisis del equipo aún no se pudo hacer porque no entregó su clave.
A Abello lo citaron, pero se informó que había tenido un ACV el día que debía presentarse. Leito declaró desde Qatar, vía zoom, cuando se jugaba el Mundial y dijo que no escuchó nada. Según la declaración a la que accedió Infobae, Cleri, en tanto, confirmó haber recibido el mensaje de su asesor por esas horas y afirmó que se lo reportó una semana más tarde al diputado Rodolfo Tailhade y al equipo jurídico de la vicepresidenta. Fue el 7 de septiembre. Cuando le preguntaron si no consideró la urgencia y la importancia del mensaje para informaron a la justicia, el testigo respondió que confió en que Abello se presentara a la Justicia.
La causa por falso testimonio
Apenas se conoció la pista Casablanca, Milman denunció a Abello por falso testimonio. El caso recayó en manos del juez Julián Ercolini que delegó la investigación en el fiscal Taiano. La causa no tuvo grandes movimientos hasta que el 30 de noviembre pasado cuando la Policía fue a la casa de Abello. El objetivo era allanarlo para secuestrarle sus teléfonos y dispositivos electrónicos. Pero Abello no estaba. Se había ido un día a la tarde con su mujer y no había regresado. Los enviados del juzgado pusieron la faja en la puerta. Sin embargo, cuando la noticia del allanamiento ya se había filtrado a la prensa, Abello apareció en su casa y tras hablar con los funcionarios policiales entregó dos celulares y computadoras.
Eso fue lo que se analizó ahora. El 11 de enero, la DATIP recibió el pedido de la fiscalía de Taiano para avanzar con el peritaje “a efectos de recabar toda la información que se encuentre relacionada con la frase ‘Marcos ayer cuando salí de tu oficina fui con mi cuñado a comer a Casablanca. Al lado mío estaba Millman con dos pibas, y graaciosamente decía cuando la maten yo estoy camino a la costa. Y se mataban de risa’”.
A lo largo de 13 páginas se da cuenta de cómo se hizo el procedimiento, el informe al que accedió Infobae determinó:
-conversaciones: “del análisis efectuado, se desprende que hubo una conversación registrada como primera actividad una llamada saliente de Jorge Abello correspondiente al día 18/09/2022 a las 11:49:25; motivo por lo cual no es posible observar el mensaje que se habría envaido en la noche del 1/09/2022″.
-registro de llamadas: “A fin de detectar comunicaciones mantenidas el 01 de septiembre de 2022 entre Jorge Abello y Marcos Cleri se procedió a la búsqueda manual por participantes, aplicando como filtro sus nombres; se detectaron 61 registros de comunicaciones entre ambos, ninguna de ellas realizada en la fecha de interés. Asimismo, debe tenerse presente que el primer registro de llamadas que consta en el dispositivo es de fecha 19 de abril de 2022, y el próximo recién del 14 de septiembre de 2022″.
-”No se halló el mensaje en cuestión, como así tampoco información vinculada con este. Por otro lado, no se hallaron elementos de interés en los términos solicitados en las extracciones resguardadas”.
Ahora se esperan los resultados de los nuevos peritajes que la semana pasada volvió a reclamar el fiscal Taiano.