Baja de homicidios en Santa Fe: ¿las bandas narco perdieron poder o cambiaron la modalidad de operar?

En el primer semestre de 2024 se registró una caída de 52,1 por ciento de la cantidad de homicidios dolosos cometidos en la provincia de Santa Fe comparada con igual período del año pasado. Esta baja significativa fue objeto de un estudio profundo por parte de la Fundación de Investigación en Inteligencia Financiera (FININT) sobre las causas que influyeron sobre la amenaza criminal y el funcionamiento del sistema de seguridad durante el mismo período.

El documento -al que tuvo acceso Infobae- se centró en el accionar violento de las bandas dedicadas a la venta ilegal de droga y otros delitos graves vinculados a esta actividad criminal, que constituye la principal amenaza al sistema de seguridad de la provincia gobernada por Maximiliano Pullaro. En este trabajo, FININT esboza algunas ideas tendientes a elaborar una hipótesis de trabajo que permita explicar qué mutaciones se produjeron en las bandas criminales con relación al uso de la violencia.

Según cifras oficiales, en los primero 6 meses del año se produjeron 103 homicidios en la provincia de Santa Fe, constituyendo la cifra más baja para el período analizado de los últimos 10 años. Esto representa una tasa de 3,05 homicidios cada 100 mil habitantes, cifra que pese a la notable disminución registrada en la primera mitad del año aún está muy por encima del 1,9 de la media nacional informada por el Ministerio de Seguridad de la Nación. No obstante, el decrecimiento con relación a las muertes violentas de 2023 es significativo ya que la cifra en Santa Fe era de 11 homicidios en los primeros 6 meses del año pasado.

En cuanto al análisis territorial, en el departamento de Rosario se produjo el 56,3 por ciento de los homicidios dolosos mientras que en el departamento Capital fue de 19,4 por ciento. En Rosario se registró una fuerte baja en comparación con las muertes violentas registradas en 2023 lo que explica en gran medida la baja a nivel provincial.

En el reporte elaborado por el Observatorio de Seguridad Pública de la Provincia de Santa Fe se informa que el 65 por ciento de los homicidios se cometieron entre las 18 y las 6 de la mañana, y el sábado es el día con mayor probabilidad de ocurrencia.

El estudio hecho por FININT considera relevantes para la caída de la cantidad de homicidios una serie de medidas que ayudaron a mitigar la violencia de las bandas criminales dedicadas al narcotráfico. Entre ellas menciona la implementación de nuevas disposiciones de control carcelario por parte del Servicio Penitenciario Federal que permitieron limitar el accionar de los líderes de las organizaciones criminales que operan en la provincia de Santa Fe y que están alojados en unidades penales federales. También destaca la intensificación del patrullaje de las zonas críticas en la ciudad de Rosario; el empoderamiento de las fuerzas policiales y la reestructuración de la línea de mando; la coordinación con las fuerzas federales; la aprobación de la ley provincial de inteligencia; y la adhesión provincial a la ley de desfederalización parcial de la competencia penal en materia de estupefacientes lo que le permite investigar y sancionar los delitos de microtráfico de drogas.

El documento señala que “la baja de homicidios atribuibles a las bandas criminales no significa per se el deterioro o disminución de su poder como amenaza ostensible a la seguridad , sino tan sólo una mutación en su forma de expresión.”

En ese sentido agrega el estudio de FININT que “el hecho de que las bandas criminales produzcan menos homicidios puede significar, eventualmente, que una fase del negocio ilícito haya culminado o se encuentre lo suficientemente madura para pasar a una instancia superior en la cual se incremente su capacidad para vender más drogas ilícitas, mejorar su economía subterránea, proyectar nuevos negocios ilegales e incluso lograr maximizar el negocio a través de la asociación con socios internacionales.”

Para conocer más sobre el tema, infobae consultó a Juan Félix Marteau, presidente de FININT y profesor titular de criminología de la Universidad de Buenos Aires.

- ¿Cómo se explica que en estos seis meses hayan bajado tan fuertemente los homicidios dolosos, en particular, los atribuidos a las bandas de narcotraficantes?

- Como concepto, la criminalidad se expresa dentro de un orden institucional: en ese marco encontramos normas jurídicas, decisiones políticas y también acuerdos y prácticas de pacificación entre actores relevantes. Al final de cuentas, el orden es lo primero para todos, incluso para los delincuentes. Si olvidamos esta complejidad erramos en el diagnóstico, en particular si queremos entender qué ocurre con agrupamientos criminales violentos como los que operan en el corazón de la Argentina.

- ¿Desde ese punto de vista qué lugar asigna a las normas y medidas tomadas en la provincia de Santa Fe contra el narco?

- En mi opinión, el nuevo gobernador Maximiliano Pullaro, muy consciente que el éxito en la gestión de la seguridad implicaría el éxito en la gestión gubernamental misma, tomó dos medidas que tuvieron un rápido impacto en la dinámica de las bandas criminales dedicadas a la comercialización de drogas ilícitas: por un lado, aplicó procedimientos de aislamiento en los líderes de estos grupos detenidos en las cárceles provinciales y gestionó para que ocurra lo mismo en las prisiones federales. La incomunicación de los presos con perfiles más peligrosos rompió la cadena de mando sobre los sicarios y soldados de cada grupo criminal, que debieron llamarse a silencio hasta que puedan reorganizar nuevas formas de comunicación y liderazgo.

Recordemos que hasta el año pasado, estos actores criminales gozaban de una impunidad pocas veces vistas no solo para ordenar asesinatos y extorsiones, sino también para organizar el otorgamiento de franquicias para la venta de cocaína. Por otro lado, la gobernación se aseguró de que la policía vuelva a hacer su trabajo de saturación en los barrios más peligrosos. Esto contribuyó al repliegue en estos meses de los actores que, ante la menor perturbación de su negocio ilícito, hacían uso extremo de la violencia. En cualquier caso, es un éxito relativo la pacificación lograda, considerando que bajaron más de 50% los homicidios dolosos en la provincia y más del 60% los atribuidos a las bandas criminales. No hay algo más importante que proteger la vida humana. Además, es la condición necesaria para que el gobierno pueda desarrollar un programa de seguridad más complejo y duradero.

- ¿Por qué habla de éxito relativo?

-Un aspecto es la disminución de las muertes violentas por parte del narco; otra es la continuidad de uno de los negocios ilícitos más rentables, el negocio de comercialización de drogas, que puede encontrar mejores condiciones para desarrollarse. Estimo que en un enclave estratégico de la Argentina, de convergencia de las rutas fluviales y terrestres más importantes, este tipo de actividad ilícita puede haber encontrado un límite en el modo que se gestionó hasta ahora, de la mano de bandas marginales, sin poder monopólico y poco profesionales.

Lo más importante: los narcos son los primeros en saber que asesinar gente por las calles de Rosario o Santa Fe es poco recomendable para el aumento de los beneficios y la expansión del negocio ilícito. Lo que habría que evitar es que se produzca un nuevo partnership con carteles regionales más sofisticados. Este es el desafío que los decisores políticos deberían considerar ahora que tienen un poco más de oxígeno para ejecutar políticas de seguridad de mediano y largo alcance.

- ¿Entre estas políticas más sofisticas usted incluye la lucha contra el lavado de activos?

-La lucha contra el lavado de activos ha sido un fracaso total en la Argentina. En 20 años de regulación, los narcos están más ricos e influyentes que antes. Pasa lo mismo en otros países de la región. No olvidemos que, en estos últimos años, la producción de cocaína de máxima pureza ha alcanzado niveles históricos. Sin embargo, la efectividad de nuestro sistema es mínima. Todos lo sabemos. Por eso es que estamos obligados a pasar a una acción más ofensiva contra el patrimonio de los narcos y sus lavadores que permita a los gobernadores una acción más expedita sobre las inversiones ilícitas que se realizan en su jurisdicción. Esto puede asegurar un éxito más duradero contra el narcotráfico que quiere adueñarse de zonas tan importantes del país, como es el Litoral argentino.

El informe completo de FININT: