El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y Melody Raskaukas, quien fue su secretaria y lo denunció por abuso sexual, tendrán este jueves una audiencia de mediación por una denuncia por daño moral que la mujer inició contra el dirigente político. Será a partir de las 14 horas por videoconferencia y para lo cual la justicia autorizó a Espinoza a estar presente porque tiene prohibición de acercamiento con la mujer, informaron a Infobae fuentes judiciales.
Espinoza tiene un procesamiento confirmado por abuso sexual contra Raskaukas y por desobediencia a una orden judicial. En paralelo a ese expediente judicial la mujer inició una causa civil por daño moral por el hecho que sufrió. Antes del inicio formal de esa causa se debe hacer una audiencia de mediación para intentar que las partes lleguen a un acuerdo.
Esa mediación se hará este jueves a las 14 por videoconferencia. Espinoza tiene una prohibición de acercamiento a la mujer por lo que para este encuentro se requirió que esa restricción sea levantaba para la mediación, lo que fue autorizado por la justicia penal.
La Cámara del Crimen confirmó a principios de julio el procesamiento de Espinoza. “Tanto las manifestaciones de Melody Jacqueline Rakauskas como los restantes elementos de convicción reunidos fueron evaluados desde una perspectiva regida por la sana crítica y la amplitud probatoria para acreditar los hechos denunciados”, señalaron los jueces Juan Cicciaro y Rodolfo Pociello Argerich en su resolución.
Los magistrados compartieron la postura del fiscal Mauricio Viera que había dictaminado para que se confirme le procesamiento. En tanto, la defensa de Espinoza había pedido que se revoque el procesamiento. La Cámara también ratificó el embargo de 1.500.000 de pesos sobre los bienes del intendente.
La causa contra Espinoza se inició por la denuncia que Raskaukas hizo en persona en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a principios de junio de 2021. Relató que por Gustavo Cilia, su entonces pareja y amigo de Espinoza, la llevó a trabajar en la secretaría privada del intendente. Contó que el 10 de mayo de ese año Espinoza le dijo que iba a ir a cenar a su casa. Y que allí ocurrió el abuso.
En la denuncia contó que durante la cena Espinoza le dijo que estaba contracturado y le pidió masajes. Ella le dijo que no y lo mandó a descansar, pero la respuesta fue: “No tengas miedo, dale”. De manera intimidante se desabrochó la camisa, afirma la denuncia. Le dijo que no tuviera miedo porque “las mujeres de sus amigos tenían bigote”.
“Fernando, no sé qué vas a hacer pero te pido que no, te pido que te vayas de mi casa”, le dijo la mujer. Pero Espinoza “una vez dentro de la habitación se quitó el pantalón, la camisa que previamente se había desabotonado y quedó en ropa interior”. Cuando volvió a pedirle que se fuera, “el imputado la sujetó fuertemente, indicando la víctima que no recordaba exactamente cómo pasó, pero que él logró terminar encima de ella en la cama”.
Y durante ese lapso, el imputado comenzó a besarle la zona de sus pechos y a tocarla por encima de la ropa mientras le decía “quedate tranquila, siempre te tuve ganas, va a estar todo bien” y le pedía que le practicara sexo oral, intentando a su vez quitarle las prendas que vestía en contra de su voluntad, lo que habría llevado a que le rompiera la camisa que ella tenía puesta, además de intentar bajarse su propia ropa interior, lo que no consiguió porque la víctima hacía fuerza para impedirlo. “Bueno lista ya está se terminó todo, me voy, ya está no te preocupes. Sos una boluda, no sabes lo que te perdés pero bueno, allá vos”, le respondió Espinoza.
La jueza de instrucción María Fabiana Galetti citó a indagatoria a Espinoza que rechazó las acusaciones. Reconoció que estuvo en la casa pero negó el abuso sexual. La magistrado lo procesó. “El relato de la víctima asegurando haber sufrido esos tocamientos impúdicos sobre su cuerpo sin autorización, se encuentra respaldado con las conclusiones de los especialistas en la materia que la entrevistaron durante el desarrollo de la pesquisa dando cuenta de los efectos producidos en ella a partir de lo ocurrido”, sostuvo la magistrada en su procesamiento.
También tuvo en cuenta una serie de grabaciones que hizo la víctima y que aportó a la causa. Una de ellas con Cilia. La mujer le cuenta lo que ocurrió y él le dice que lo mejor es retirar la denuncia. “¿Eso considerás lo mejor? De un tipo que me abusó. Me rompió la camisa, me tiró sobre la cama, me obligaba una y otra vez a bajarme el pantalón, me forcejeó. Me besó sin mi consentimiento. Me tiró en la cama, el tipo es grandote. Es hombre, yo soy una mujer. Me largué a llorar y no podía mas”, dice la mujer.
De hecho, en ese encuentro el hombre lleva la propuesta de Espinoza de retirar la denuncia con un escrito para presentar en el juzgado. Y allí el intendente habla por teléfono con ella cuando la justicia había dictado una prohibición de acercamiento de 500 metros y de tener cualquier tipo de contacto. Por eso también fue procesado por desobediencia.
Todo fue ratificado por la Cámara del Crimen. Los jueces rechazaron la apelación de la defensa. “Corresponde desestimar el motivo de agravio que transita por la descalificación de la credibilidad de las manifestaciones de la damnificada Rakauskas, pues las razones en que dicho embate se sustentó -tanto una presunta intención de daño hacia Espinoza, como una supuesta conducta extraña de la denunciante y una serie de `particularidades` detalladas en el escrito de apelación- se ciñen a conjeturas que carecen de correlato en las pruebas de cargo producidas”, sostuvieron.