“Un día me llamaron para decirme que se había muerto, y yo llamé al hermano desesperada para que vaya a verlo. Siempre lo protegí, porque sé que es el padre de mi hijo y porque es parte del daño psicológico que los golpes y el maltrato me produjeron: sentirme responsable y culpable de todo lo que pasa”. La frase forma parte del relato que hizo Fabiola Yañez ante la Justicia contra el ex presidente Alberto Fernández. No dio detalle de quién le hizo llegar ese mensaje.
Según Fabiola, “desde que finalmente me mudé a España con mi hijo, el acoso de Fernández no ha parado nunca, llamándome a cualquier hora, se enoja con mi hijo si no lo quiere atender o si lo atiende y no le habla, ahora ha comenzado a gritarle al niño en forma desaforada ‘para qué me atendés si no me hablas’ y ante mi reproche de que por favor no lo maltrate, me dice que los gritos no son hacia nuestro hijo, sino que son para mí”.
“También es mi culpa que un niño de 2 años no quiera hablar por teléfono. Hace más de 2 meses, me empezó a amenazar con que se iba a suicidar. Hay gente de su entorno que manipula esto para que yo me asuste y me sienta responsable de todo. No les basta que esté sola con mi hijo, que también tengo que sentirme responsable de lo que le pasa a él, cuando nunca fui la que inicio esto, ni participe de los actos y hechos de corrupción por los que se lo investiga”, dijo. Y añadió: “Un día me llamaron para decirme que se había muerto”.
A fines de febrero, Alberto Fernández quedó formalmente imputado en la causa que investiga el escándalo por la trama de contrataciones por parte del Estado nacional a Nación Seguros, en donde habrían actuado intermediarios y empresas privadas. La denuncia habla de delitos de violación a los deberes de funcionario público y abuso de autoridad y malversación de caudales públicos. En ese primer impulso, el Ministerio Público también imputó al ex titular de Nación Seguros SA, Alberto Pagliano, y Héctor Martínez Sosa, el marido de una de sus históricas secretarias privadas de Alberto Fernández María Cantero. En la causa hubo distintas medidas de prueba, allanamientos y secuestros de teléfonos. En el teléfono de María Cantero, se encontraron mensajes que le habría enviado Fabiola Yañez dando cuenta de diálogos con Fernández y fotos en donde se veía a la primera dama con un ojo en compota y moretones en el brazo. Los diálogos habrían tenido lugar entre julio y agosto de 2021, justo cuando se habría conocido el escándalo de la fiesta de Olivos, sucedida un año antes en plena pandemia y aislamiento.
El juez Julián Ercolini separó ese material en un legajo aparte y contactó a Fabiola Yañez, que vive en España, a través de su anterior abogado Juan Pablo Fioribello para invitarla a denunciar. Esta clase de investigaciones solo pueden avanzar si la víctima es la que denuncia. “El juez le ofreció hacer una denuncia, pero ella no quiso -contó públicamente Fioribello-. Aclaro que yo no vi fotos vinculadas con violencia ni me consta que estén en la causa. Por ese motivo, el juzgado archivó ese incidente”, señaló. También afirmó que se había comunicado con el ex presidente y le contó de esos chats y según dijo éste le aseguró que bajo ningún concepto hubo un hecho de violencia física. “Ambos me reconocieron que hubo una fuerte discusión, como tiene cualquier pareja, pero que no hubo golpes”, afirmó.
Tras la publicación en el diario Clarín sobre la existencia de esas sospechas por violencia de género y las horas posteriores con enorme repercusión periodística, Fabiola Yañez se volvió a comunicar con el juzgado de Ercolini. Lo hizo sin avisarle a su abogado. “No aguanto más, quiero hacer la denuncia”, le dijo al juez. Durante 40 minutos, vía zoom, Fabiola afirmó estar sufriendo “terrorismo psicológico” y “acoso telefónico” para que no lo denunciara. En ese contexto, el juez dictó una serie de medidas cautelares: le prohibió al ex presidente “todo tipo de contacto físico, telefónico -por línea fija y/o celular-, por correo electrónico, sistema de mensajería de texto y/o voz a través de cualquier plataforma, por vía de terceras personas y/o por cualquier otro medio que signifique intromisión injustificada con relación a la persona nombrada”. Le prohibió la salida del país y le planteó al Ministerio de Seguridad reforzar la custodia de Fabiola. Aunque viven en continentes distintos, la orden incluye una prohibición de acercarse a Fabiola en un radio de 500 metros.