Nicolás Gabriel Carrizo, el llamado jefe de los copitos, declaró hoy en el juicio oral en el que está acusado junto a Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte de intentar matar a Cristina Kirchner en septiembre del 2022, cuando era vicepresidenta de la Nación. Lo incriminan una serie de mensajes de WhatsApp en los que habla sobre cómo se organizó el atentado.
“No lo quiero tomar como excusa, pero estábamos tomando un fernet, el alcohol era habitual. Estaba entonado y empecé a mandar mensajes. Les juro que nunca me lo tome con la seriedad que tenía que ser. Hace un año y nueve meses que me estoy castigando por esto. Lo que dije nunca fue cierto, fue en joda”, dijo ante el Tribunal Oral Federal 6 de Comodoro Py.
Carrizo fue el último de los tres acusados en declarar. La semana pasada lo había hecho Sabag Montiel, que reconoció que su intención era matar a Cristina Kirchner y se puso como el único de los tres que organizó el hecho. Y hoy fue el turno de Uliarte, que primero dijo que iba a declarar y al comienzo de la indagatoria la dio por terminada.
Sentado frente al tribunal, la jueza Sabrina Namer le pidió a Carrizo sus datos personales. Le preguntó si tenía apodos. “Que yo sepa no. Ahora me dicen copito”, contestó. El hombre dijo que iba a declarar, pero no a contestar preguntas de las partes, algo que dejaba para el final del juicio. Su abogado, Gastón Marano, había adelantado que iba a declarar.
“Estaba esperando un montón para hablar con ustedes. Parecía que esto iba a resolverse antes y por fin puedo dar mi versión y no lo que se dice en los medios de comunicación o en la causa”, fue lo primera que dijo Carrizo.
Luego contó su historia. La muerte del padre, que se tuvo que hacer cargo de su hermano con problemas psiquiátricos, sus dos hijos y la necesidad de trabajar. Relató su emprendimiento como vendedor de copos de azúcar y que conoció a Sabag Montiel y a Uliarte por el grupo de WhatsApp “Girosos” que integraban varias personas. Relató que los conoció personalmente en una fiesta, en junio 2021, y que luego se vieron en otras oportunidades, en una de las cuales les ofreció trabajar como vendedores de los copos.
Detalló también que la relación era laboral y que, junto con otros vendedores, estaba planificando ir en el verano a San Clemente del Tuyú a trabajar.
Además, informó que por una amiga se enteró de que habían querido matar a Cristina Kirchner, el 1 de septiembre de 2022, y que había sido Sabag Montiel. “Fuimos todos corriendo a prender el televisor y ahí estaban las repeticiones de él entre la multitud tratando de gatillar en la cabeza de Cristina Kirchner. Esa noche dijimos ‘vamos a chusmear que onda’. Lo primero que hicimos fue llamar a Brenda (Uliarte). Al final atendió mi teléfono, le dijimos que le teníamos que decir algo, pusimos el altavoz y ella nos dijo que no lo podía creer. La llamamos de chusma. Ella nos dijo que hace dos días que no lo veía (Nda: a Sabag Montiel) y ahí empezó con sus cosas fantasiosas de hablar”.
Luego contó que él, y el resto de los vendedores de copos, tenían miedo que los relacionen con ellos y que le ofrecieron ayuda a Uliarte. Así fue como al día siguiente le dieron una entrevista al canal de noticias Telefé porque dijo que lo entendieron como una oportunidad de aclarar todo. Pero después supieron que Uliarte les mintió en distintas cosas y que por eso decidieron ir a declarar a la policía. Desde allí los llevaron a los tribunales de Comodoro Py a declarar como testigos. Carrizo dejó su celular, dio la clave y cuando días después lo llamaron para que lo vaya a buscar quedó detenido.
En su celular se encontraron mensajes donde habla de la organización del atentado. Son del mismo 1 de septiembre y se los envió a Andrea Posadas, su hermanastra: “Esto estaba planificado para dentro de una semana. Hizo todo mal. Es un pelotudo”; “estamos decididos a matarla a puta esa”; “Cristina tiene miedo. Salió mal, pero tiene miedo”; “mi amigo estuvo a un segundo de convertirse en héroe nacional, Andrea. Estuvo muy cerca. Falló el arma. No lo entiendo. Andaba bien”; “mirá, no sé si es una buena noticia, pero el arma con la que intentó ponerla no es la mía, yo le di un 22 corto... Recién hablé con la novia y la tiene ella, así que mañana la vamos a ocultar y vamos a ir a Crónica a hablar”. El arma que Carrizo dice que entregó nunca se encontró.
Carrizo dio hoy su versión de esos mensajes, y de otros que envió con frases similares: “Cuando pasó lo del atentado abrí el celular y salían muchos memes, comentarios, cosas que se tiran para el chiste. Yo me prendí de eso y no lo quiero tomar como excusa, pero estábamos tomando un fernet con los chicos, el alcohol era habitual. Estaba entonado y empecé a mandar mensajes. Primero fue a la hija de la pareja de mi papá (Nda: Andrea Posadas), sobre que éramos una organización, la empecé a joder. La idea era que se coman el verso. Tengo ese humor, hacerle creer algo a alguien para que tenga una reacción. Y a Jonatan Posadas (Nda: hermano de Andrea), que está en el Polo Obrero, le dije que estaba todo organizado. A un amigo le dije que íbamos a matar al jefe de la izquierda. La realidad es que no conozco a nadie, no sé quién es el jefe de la izquierda. En su momento les juro que nunca me lo tomé con la seriedad que tenía que ser. Hace un año y nueve meses que me estoy castigando por eso. Lo que dije nunca fue cierto, fue en joda”, dijo con la voz entrecortada.
“No puede ser que por esto esté acá. No lo puedo creer. Las cosas que me desvinculaban del caso nunca las tomaron en cuenta. Lo que declaré nunca me creyeron. Si pudiera volver el tiempo atrás, ni siquiera la hubiese ayudado a ella. Cometí dos errores. Mandar los mensajes y ayudarla a ella”, dijo Carrizo en referencia a Uliarte. E insistió con la broma de sus mensajes: “Es por lógica que son chistes, son jodas que hice. En ningún momento le pasé un arma a ella (Nda: Uliarte), nunca le di a un arma a nadie, nunca tuve un arma en mi mano, nunca disparé, no sé nada de eso. Lo único que quería era que se coman el verso”.
También dijo que no sabía nada del atentado que hizo Sabag Montiel y que nunca cruzó mensajes sobre el tema, “Por qué no me ponen el aparato ese que te ponen para decir la verdad”, pidió Carrizo que lloró en varios tramos de su declaración.
Por último habló de Cristina Kirchner: “No tengo nada en contra de Cristina, jamás mataría a una persona. Es una locura. Mis objetivos es otra cosa. Ni en pedo, ni loco me voy a meter en algo así. Le quiero pedir perdón si ofendí a la señora Kirchner”.