A partir de las 9 de este viernes, el juez Facundo Ocampo dará a conocer en los tribunales de San Isidro su veredicto en el juicio por la muerte de Alejandro Cohn (35), donde se encuentran acusados seis médicos con penas de hasta cinco años de prisión por el delito de homicidio culposo.
Alejandro, hermano del reconocido cineasta Mariano Cohn, ingresó el 27 de julio de 2015 a la noche al Hospital Central “Melchor Posse” tras una descompensación diabética en la vía pública. Dos días después, previo traslado al Hospital Italiano de la Capital Federal, el joven presentaba muerte cerebral junto a una serie de lesiones y múltiples fracturas.
El juicio quedó a cargo del Juzgado Correccional N°4 de San Isidro y se inició el 16 de abril con la presencia de toda la familia Cohn. Llegaron imputados bajo homicidio culposo y eliminación de pruebas los médicos Darío Campos, Marina Voggelin, Maximiliano Ragazzoli, Marcelo Toro Solano, Ana Sánchez, Carla Setti, María Seijo, María Quiroga y Martín Montagna. Sin embargo, a la hora de los alegatos de cierre, el fiscal Diego Molina Pico y el querellante Juan Carlos García Dietze decidieron desestimar los cargos del segundo delito y levantar la acusación contra Ragazzoli y Voggelin por falta de pruebas. El fiscal también retiró la imputación de Montagna.
En rigor, para el fiscal quedó probado que la víctima era un paciente diabético insulino dependiente que el 27 de julio de 2017, pasadas las 20.15, “se sintió mal, vomitó en la vía pública, por lo que se requirió asistencia al sistema de emergencias. El doctor Marcelo Rodrigo Toro Solano concurrió al lugar a bordo de la ambulancia y, sin brindarle ningún tipo de atención primaria, lo llevó al Hospital de San Isidro, lugar al que llegó a las 21:19″.
“Alejandro -precisó Molina Pico en su alegato- permaneció en el Box A de la guardia del hospital sin atención médica alguna por parte de los médicos de guardia –doctor Toro Solano y las doctoras Sánchez y Setti- ni asistencia por parte de las enfermeras. La desidia en la atención complicó el cuadro de salud de Alejandro, que lo llevó a descompensarse –pasadas las 21:47-, entrar en shock con deterioro del sensorio y convulsión, por lo que fue llevado al sector de shock room de la guardia”.
Y concluyó: “Estando en el shock room de la guardia, no fue debidamente asistido por las médicas que estaban a cargo de ese sector, las doctoras María Soledad Seijo y María Viviana Quiroga, quienes se limitaron a asistirlo con el ambú -una bolsa de auto inflado-, lo que agravó aún más el cuadro de Alejandro, quien entró en paro cardiorrespiratorio. A consecuencia de todo ello, Alejandro sufrió muerte cerebral determinada, finalmente, el 29 de julio de 2015 a las 08:00 hs, siendo la causa de su deceso la encefalopatía hipóxico isquémica”.
Al momento de fijar las penas, el representante del Ministerio Público pidió para Toro Solano una condena de cinco años de prisión y ocho de inhabilitación especial para ejercer la medicina por la omisión en el cuidado del paciente. Para Sánchez, Setti, Seijo y Quiroga, en tanto, requirió tres años de cárcel de ejecución condicional y cinco de inhabilitación de la matrícula profesional. El abogado querellante coincidió con las penas -aunque sin la ejecución condicional- y, además, solicitó para Montagna una condena de tres años y seis meses de cárcel en conjunto con una sanción de siete años de inhabilitación especial.
En esa línea, algunas de las circunstancias agravantes que consideraron desde la acusación para sopesar los pedidos de prisión fueron “la larga agonía de la víctima”, la “familia destruida”, “el impacto social que generó la causa” y el hecho de que los imputados eran médicos de la guardia de un hospital de quienes “se espera la atención adecuada”.
Todas las defensas bregaron a su turno por la inocencia de sus clientes y pidieron la absolución o, llegado el caso, la pena mínima del delito contemplado en el artículo 84 del Código Penal, cuya redacción reprocha a todo aquel que “por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo causare a otro la muerte”.
“Espero que la sentencia del juez sea justa, que ayude a llegar a la verdad, y que sirva como antecedente y jurisprudencia para que este tipo de violencias médicas no se repitan ni en el Hospital de San Isidro ni en ningún otro hospital”, dijo en diálogo con Infobae el multipremiado director de cine, hermano mayor de la víctima, en la víspera del veredicto.
Al igual que en casi todas las jornadas del proceso, se espera este viernes una sala de audiencias colmada en los tribunales de San Isidro, ubicados en la calle Ituzaingó 340.