El juez federal Ariel Lijo procesó con prisión preventiva al hombre que intentó robar la camioneta que usa el presidente de la Corte Suprema de Justicia Horacio Rosatti en la puerta de los tribunales el pasado 30 de mayo. Se trata de Damián Berruet, que al momento de ser arrestado tras una frustrada fuga estaba prófugo por una causa de violencia de género. En su indagatoria, el acusado buscó desligarse de los hechos y aseguró que sólo miró el auto por curiosidad. Para el juez, sin embargo, las pruebas lo complican, según el fallo al que accedió Infobae.
Todo ocurrió frente al edificio del Palacio de Tribunales, sobre la calle Uruguay, entre Tucumán y Lavalle. El suboficial auxiliar Cristian Adrián Ferreiros, apostado sobre una de las puertas de la sede, vio que “una persona de sexo masculino -de tez trigueña, el cual vestía pantalón de jogging de color gris y campera tipo inflable de color negro- se encontraba junto al vehículo marca “Toyota”, modelo SW4 de color blanco que se hallaba estacionado en la puerta del lugar y que fuera asignado para el traslado del doctor Horacio Rosatti, en su carácter de Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, describe el fallo.
“Tras advertir que esta persona se encontraba efectuando maniobras sospechosas sobre el rodado en cuestión, el personal policial procedió a acercarse logrando advertir que tal sujeto poseía una mochila en su espalda y que en sus manos tenía un elemento punzante que intentaba introducir en la cerradura de dicho automóvil. Frente a ello, el efectivo policial procuró alejarlo del vehículo y detener su proceder, intentando identificarlo y requisarlo. Sin embargo, este sujeto, empuñando el elemento punzante dentro de sus ropas de manera amenazante hacia el suboficial auxiliar, no pudo ser reducido y se dio a la fuga”, se señaló.
A una cuadra y media, fue arrestado. Dijo llamarse Franco Daniel Molina. Pero al corroborar sus huellas dactilares resultó ser Damián Berruet. En la mochila gris, llevaba un destornillador plano, un destornillador tipo “T” y un handy utilizado como “inhibidor”. Para el entorno de Rosatti, se trató de un mensaje intimidatorio, tras una serie de episodios extraños y una denuncia por espionaje.
En su indagatoria, Berruet quiso despegarse de la acusación. “Yo paso por al lado del vehículo y miro curiosamente a ver qué era lo que había adentro del vehículo. Por una cuestión de curiosidad miré adentro del vehículo, pero en ningún momento yo tenía, o sea, el destornillador ni forcé ninguna cerradura ni nada por el estilo. O sea, que yo lo que quisiera pedir es un visu del vehículo digamos, una pericia de la camioneta para ver si, o sea, en algún momento fue utilizado algún elemento de los que a mí me sustraen de la mochila, de esas herramientas”. Tal como relató hace tres semanas Infobae, el detenido se negó a contestar preguntas.
“Los elementos probatorios colectados hasta aquí me permiten tener por acreditada la materialidad de los hechos delictivos detallados anteriormente y por demostrada la responsabilidad penal de Damián Berruet en aquellos sucesos, con el grado de certeza que este estadio procesal requiere”, dijo Lijo, tras repasar declaraciones y filmaciones.
Allí se ve “cómo el imputado cruza la calle y previo a arribar a la vereda, intercede por el costado del vehículo (...), da un giro sobre su mismo eje a la vez que simultáneamente se baja el cierre de su campera, introduce su mano e inmediatamente se acerca al rodado a través del costado izquierdo del conductor, donde la cámara ya no tiene alcance de visualización. Luego de unos segundos, se observa cómo ingresa en el cuadro de filmación el efectivo policial quien procede a intentar demorar al imputado, advirtiéndose cómo con su brazo extendido le da indicaciones al imputado tratando de demorarlo y de que permanezca sobre la pared del edificio. Al mismo tiempo, se observa cómo mantiene su otra mano a la altura de su cintura, donde se presume que tiene su arma reglamentaria. Paralelamente, se puede ver como en todo momento el efectivo policial intenta mantener una distancia física con el imputado”.
El juez destacó que a Berruet se le incautó en su poder un destornillador de unos 30 centímetros de largo total, una llave tipo allen con dos extremos metálicos con un mango plástico único de color rojo, “destacando que uno de sus extremos metálicos se encontraba limado en forma de “punta” y un equipo de comunicación tipo handy de color negro marca “Baofeng”. Ese dispositivo añadió, “al poseer más potencia que los comandos de los cierres de vehículos y operar en las mismas frecuencias que estos, estaría modificado para ser utilizado como inhibidor de señales”. El fallo añadió que la versión del acusado son “meras manifestaciones dirigidas a mostrarse ajeno al suceso, pero sin ningún fundamento”.
La figura penal que se aplicó fue “robo agravado por tratarse de un vehículo dejado en la vía pública, en grado de tentativa”. El juez afirmó que el atraco quedó en tentativa “por razones ajenas a su voluntad, toda vez que el imputado fue interceptado por los efectivos policiales”. “Si bien la penalidad prevista para el delito de robo agravado por tratarse de un vehículo dejado en la vía pública en grado de tentativa -de 1 año y 6 meses a 6 años y 6 meses de prisión- admitiría conceder la libertad al imputado, lo cierto es que amén de la calificación deben evaluarse otros indicadores ligados a los riesgos procesales”, se señala.
Y ahí se enumeraron varias razones para rechazar su libertad. Primero porque “carece de un domicilio fijo donde ser localizado”: la dirección que dio en Córdoba no pudo ser corroborada. Pero además del arraigo, pesan en sus contra los antecedentes. Y allí apareció una larga de lista de delitos.
El Tribunal Oral en lo Criminal n° 23 resolvió lo condenó en 2015 a ocho meses de prisión por autor de robo simple, declarándoselo reincidente; el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional n° 15 dispuso, con fecha 29 de octubre del 2018, su condena a la pena unificada de tres años y tres meses de prisión de cumplimiento efectivo por robo agravado por su comisión en lugar poblado y en banda, hurto en grado de tentativa y hurto, y se lo declaró reincidente. Y el juzgado en lo Criminal y Correccional n° 23, Secretaría n° 158 resolvió, en enero del 2021, su condena a la pena de siete meses de prisión de cumplimiento efectivo por robo simple en grado de tentativa, declarándoselo reincidente. Además, el Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas n° 23 resolvió el 12 de junio del 2023 su condena a la pena de seis meses y un día de prisión de efectivo cumplimiento. El Tribunal Oral en lo Criminal n° 1 dispuso en julio del 2023 su condena a seis meses de prisión por robo simple en grado de tentativa.
“Los antecedentes penales citados imponen tener presente que para el caso que Damián Berruet sea aquí condenado, la misma no podrá ser de ejecución condicional, sino de cumplimiento efectivo, razón por la cual es imprescindible garantizar la sujeción al proceso por parte del mismo. Y en este sentido, no puedo evitar recordar que no sólo intentó darse a la fuga al momento de ser interceptado por el efectivo policial sino que, incluso al momento de ser demorado, el aquí imputado dio una identidad falsa”, subrayó.
Cuando se conoció su verdadera identidad, se supo que pesaba sobre él una orden de detención de octubre del 2023 a raíz de una denuncia ante la Oficina de Violencia Doméstica, por lesiones agravadas por el vínculo y amenazas. “Te voy a matar por puta”, sostuvo la denuncia, según lo detalló este medio días después.
La defensa del acusado apeló la decisión de Lijo. Según indicaron a Infobae fuentes judiciales, el caso recayó en la Sala I de la Cámara Federal que analiza el caso. Si se confirma su procesamiento, el hombre quedaría en camino del juicio oral.