La Justicia condenó a una gestora argentina y a su marido, un ciudadano chino, por montar una maniobra para que inmigrantes de ese país reconozcan de manera falsa como propios a hijos e hijas de madres argentinas en situación de vulnerabilidad, con la finalidad de obtener la residencia en el país, según indicaron a Infobae fuentes judiciales. Así se alteró la identidad de los menores y hubo que realizarles estudios de ADN que descartaron el vínculo biológico de quienes les habían dado su apellido paterno. Todo se hizo a cambio de dinero -y en algunos casos comida- con un único objetivo, conseguir la residencia definitiva en el país para los clientes. Dos de estos últimos también recibieron condenas al término de un juicio oral en La Plata.
Los “padres” ni siquiera conocían a los y las bebés que pasaban a figurar como sus hijos biológicos, en todos los casos reconocidos de manera tardía, según determinó el veredicto en la que se condenó a la gestora y su esposo –este último de nacionalidad china-. En la sentencia también fueron sentenciados dos clientes y otros permanecen “rebeldes”. El fallo ordenó poner en conocimiento al Consulado de la República Popular China.
La investigación se hizo en la justicia federal de Lomas de Zamora y allí se sobreseyó a las mujeres que se prestaron para los trámites a cambio de dinero porque estaban en situación de vulnerabilidad cuando accedieron a aportar la documentación para los reconocimiento de paternidad falsos. A raíz de esta decisión que quedó firme, varias declararon bajo juramento de verdad en calidad de testigos, en el juicio oral ante el Tribunal Oral Federal 1 de esa ciudad bonaerense, que emitió su veredicto este mes.
“Yo tengo una vecina que vino una vez a mi casa y me dijo que ella le había puesto el apellido de un chino a través de la prima de ella. Entonces me dijo mirá que te van a pagar y es por un determinado tiempo, seis meses creo que me dijo, que es para que el chinito tenga la visa acá y después le sacaban ellos el apellido”, contó una de las mujeres en el juicio, sobre cómo su beba terminó como inscripta como hija biológica de un ciudadano de ese país.
Otra dijo que estaba “mal económica y emocionalmente” y que un familiar le preguntó si su nena estaba reconocida sólo con su apellido. Ante la respuesta afirmativa, le ofrecieron “ayudarla todos los meses” a cambio de que un hombre la reconociera como propia. Ella aceptó y la llevaron a la sede de un Registro Civil en Adrogué. Allí vio por única vez al ciudadano chino que anotó a su hija. La mujer declaró que le dieron dinero y la promesa de llevarle mercadería. También contó que les prometían “retirar” el apellido de los falsos padres a los seis meses, pero esto no ocurría y nunca volvieron a ver a quienes las llevaron a los trámites.
En un caso “luego de muchos años” y tras pruebas de ADN, la mamá pudo tramitar el DNI de su hija con sólo su apellido materno. “En mi situación malísima, accedí pensando que no sería algo grave, o algo normal en realidad, desconociendo la gravedad de lo que era en realidad ¿no?, lo principal era salir de lo mal que lo estaba pasando”, declaró otra madre.
La investigación comenzó con una denuncia de la Dirección Nacional de Migraciones ante el mismo modus operandi detectado entre 2014 y 2015: pedidos de radicación en base al criterio de “reagrupación familiar” y “reconocimientos tardíos” por ciudadanos de nacionalidad china
El objetivo era lograr la residencia definitiva en el país, “sin perder su nacionalidad de origen”, sostuvo la acusación de la fiscalía federal de Lomas de Zamora a cargo de Cecilia Incardona, que llevó la investigación Una vez obtenido el certificado de nacimiento argentino “con la nota marginal que daba cuenta del reconocimiento paterno”, se efectuaba la solicitud de residencia permanente en Migraciones.
En noviembre de 2014, por ejemplo, un ciudadano chino peticionó la radicación definitiva por resultar progenitor de una nena, reconocida pocos días antes. Adjuntó la copia del DNI de la menor con su apellido y denunció como domicilio de residencia la casa en la que convivían la gestora y su marido condenados. En febrero de 2015, se presentó otro hombre para pedir lo mismo, también dio ese domicilio y aportó el DNI de otra nena reconocida por él como hija. Otro ciudadano chino que llegó como acusado al juicio por haber reconocido de manera falsa a un nene argentino, recordó que preguntó a quien lo guiaba en el trámite si ese era el procedimiento y le contestaron que sí, “que había que usar el nombre del nene para obtener el documento” y que si había permiso de la mamá “no pasaba nada”. Contó que pagó cien mil pesos, unos ocho mil dólares en ese momento.
Los oficiales de Migraciones advirtieron que las personas que oficiaron como testigos se reiteraban en por lo menos cuatro o cinco casos y también el domicilio denunciado por los solicitantes. Una misma mujer apareció en un acta como “madre” y en otra “como testigo”. Una funcionaria de Migraciones entrevistó a algunas de las madres que no hablaban chino y estaban en situación de vulnerabilidad.
El fiscal general interino Hernán Schapiro dio por probado en el juicio oral que la gestora y su marido “a cambio de dinero, desplegaron maniobras tendientes a facilitar de manera fraudulenta la radicación definitiva de ciudadanos de origen chino en el país” para lo cual usaron los vínculos que tenían con miembros de esa comunidad y el conocimiento de los trámites migratorios y requisitos exigidos
El veredicto se conoció el 4 de junio último. La jueza del TOF1 de La Plata Karina Yabor condenó a N C, la gestora, a tres años y seis meses de prisión e inhabilitación especial por ese mismo tiempo para “ejercer u obtener empleos relativos al orden migratorio” como coautora de “facilitación, promoción e intermediación en la alteración de la identidad de un menor de 10 años en concurso ideal con falsedad ideológica de instrumento público en calidad de partícipe necesaria, agravado por tratarse un documento destinado a acreditar la identidad de las personas”. También por “promoción o facilitación de la permanencia ilegal de extranjeros en el territorio de la República, con el fin de obtener directa o indirectamente un beneficio y haciendo de ello una actividad habitual y con la presentación de documentación material o ideológicamente falsa para peticionar para un tercero algún tipo de beneficio migratorio, agravado por su habitualidad”.
Por los mismos delitos su marido , el ciudadano chino W.Z recibió la misma pena y se ordenó su libertad ya que estaba con prisión domiciliaria desde que fue detenido al inicio de la investigación. La mujer también pasó presa un tiempo hasta que fue excarcelada y la fiscalía aceptó que cumpla lo que le resta de condena bajo prisión domiciliaria. Dos clientes quedaron condenados a tres años de prisión en suspenso. Otros permanecen “rebeldes”. La magistrada dispuso comunicar el veredicto al Consulado de la República Popular China respecto a los tres ciudadanos de ese país condenados.