José Alperovich se sentó ayer desde las 10.15 a declarar en el juicio que se le sigue por abuso sexual de su sobrina y exasistente personal. A sala llena, afirmó un sinnúmero de veces que “esta causa está armada” y negó categóricamente todos los hechos que pesan en su contra. En ese marco se preveía que, luego del extenso interrogatorio de su abogado, que duró más de seis horas, no contestaría preguntas por parte del fiscal. Sin embargo, decidió someterse a su cuestionario. Allí afirmó: “No sentía atracción sexual hacia ella. Mi cabeza estaba en otra cosa. No me interesaba, aparte soy un hombre casado hace 45 años… Nunca tuve relaciones sexuales con ella”.
La primera pregunta que realizó el fiscal Sandro Abraldes apuntó a enumerar los cargos públicos que ejerció el imputado durante toda su carrera. Allí describió sus “principales logros políticos” vinculados a los tres periodos institucionales que cumplió como gobernador entre 2003 y 2015. “He sido un gobernador que hizo 75 mil soluciones habitacionales, 30 mil viviendas, escuelas. Invertí mucho en agua potable. (…) Fomenté incentivos para crear empleos: traje –a la provincia- los call centers, el arándano. He trabajado mucho para la gente humilde”.
Y agregó: “Soy un buen gestionador, pero la provincia la recibí tan mal, tan mal, que si no hubiera recibido la ayuda del presidente Néstor Kirchner, no hubiera logrado lo que yo logré en Tucumán, por eso después de doce años yo seguía teniendo buena imagen”.
Luego explicó cómo se había incorporado F.L. a su equipo de campaña a fines de 2017 para disputar las elecciones gubernamentales de 2019. Dijo que en ese entonces necesitaba alguien “que me maneje la agenda” porque estaba muy “desorganizado” y, además, “tenía muchas actividades en Tucumán y en Buenos Aires” como senador nacional. Aclaró que la denunciante “entró a trabajar en la mesa chica” para articular “el trabajo en el territorio”.
“Cuando ella entró –en diciembre de ese año-, simplemente manejaba el día a día. Creció rápido, porque empezó a mostrar que era una chica que tenía carácter, manejaba la agenda y empezó a crecer. A los cuatro o cinco meses le pregunté si quería hacerse cargo –como asistente privada-. Demostró que cumplía bien, que tenía compromiso, se vio que era una chica que tenía muchas ganas de crecer”, sostuvo.
Minutos después, la fiscalía lo consultó sobre un viaje que realizó junto a la joven a Buenos Aires, a pocos días de su ingreso al equipo de trabajo. Y es que, según la denuncia, dos de los hechos de abuso habrían ocurrido en uno de los dos departamentos de Alperovich ubicados en el barrio porteño de Puerto Madero.
“F.L. me pidió acompañarme a la Ciudad de Buenos Aires porque quería conocer el Congreso. Como ella era mi secretaría, me dijo que le gustaría conocer el Senado. Sabíamos que íbamos a los departamentos que yo tengo en Buenos Aires. Pero a nadie le digo nunca dónde dormir. Yo entré a mi dormitorio. Ella se quedó en el tercer dormitorio... Cada uno eligió dónde quería dormir”, expresó Alperovich.
En rigor, el exsenador está siendo juzgado por tres hechos de supuesto abuso sexual -dos de ellos en tentativa- y seis sucesos de violencia sexual agravada por acceso carnal. Para los acusadores, el político habría cometido la totalidad de los delitos entre el 14 de diciembre de 2017 y el 26 de marzo de 2018 en las ciudades de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena, y en uno de los departamentos de Alperovich de Puerto Madero.
Además, de acuerdo a las actuaciones, la denunciante colaboró como mano derecha del acusado, primo hermano de su padre, entre fines de 2017 y 2019, mientras él ejercía la senaduría nacional tras ser electo para ese cargo en 2015. El 24 de mayo de 2019, en plena campaña electoral, la joven, de entonces 29 años, decidió presentar su renuncia. En noviembre de ese año publicó una carta acusando de abuso sexual a su tío segundo, quien pidió licencia sin goce de sueldo en la Cámara Alta. Allí se abrieron dos investigaciones -una en Tucumán y otra en Buenos Aires- que luego se terminarían unificando por orden de la Corte Suprema de Justicia.
Pasada una hora de la declaración, la acusación fue tajante: “Señor Alperovich, ¿usted sentía atracción sexual hacia F.L.?”, indagó. “No señor fiscal. No sentía atracción sexual hacia ella. Mi cabeza estaba en otra cosa. No me interesaba. Aparte soy un hombre casado hace 45 años”, dijo el imputado, y luego aseveró: “Nunca contacto sexual con ella; no tuve relaciones sexuales”.
A su término explicó cómo se enteró de la renuncia de F.L. a su espacio político a dos semanas de las elecciones donde Alperovich perdería contra el entonces gobernador Juan Manzur. “Me dijo: ‘José, ya no quiero seguir trabajando más, estoy cansada’. Yo le pedí que se quede y que me ayude 15 días más. Pero yo tenía que seguir, estábamos en campaña, todos como locos metidos en eso, con la cabeza puesta en las elecciones”.
Y precisó: “Me sentí con bronca porque me dejaba. Le pedí que se quedara y me dijo que no. No me sorprendió su decisión, porque ella creía que merecía un reconocimiento”.
Cuando la fiscalía terminó con su cuestionario, el juez Juan Ramos Padilla le preguntó a Alperovich “si estaba en condiciones de seguir” con intervenciones de la querella, representada por Pablo Rovatti, Carolina Cymerman y Esteban Galli. Allí intervino su abogado, Augusto Garrido, para sugerirle que no siguiera con su exposición, ya que él había leído en una nota de un medio provincial que los querellantes pretendían pedir en los alegatos una pena de prisión en su contra, por lo que no había interés en seguir contestando.
El imputado resolvió no contestar más preguntas a las 17.30. Entonces el titular del Tribunal Oral Federal 29 cerró la audiencia hasta el próximo lunes 10 de junio, cuando ya empiecen los alegatos de clausura de los acusadores.