El Tribunal Oral Federal 7 volvió a absolver al ex jefe del Ejército César Milani en una causa en la que estaba acusado de presunto enriquecimiento ilícito por la compra de una casona en San Isidro. Se trata de la segunda vez que al ex militar lo declaran inocente. Es que la Cámara Federal de Casación dejó sin efecto el veredicto del primer juicio y ordenó emitir un nuevo fallo. Ahora, dos jueces contra uno resolvieron volver a absolverlo. El tercero, en minoría, se pronunció por sentenciarlo a dos años y medio de prisión.
La causa analiza si Milani se enriqueció de manera ilícita cuando compró una coqueta casa en La Horqueta, San Isidro, en el año 2010 por la suma de 1.500.000 de pesos que, en ese momento, no podía justificar con sus ingresos. Luego, dijo la acusación, el ex funcionario intentó disimularlo con un préstamo que le hacía un amigo, Eduardo Barreiro, quien no tenía la capacidad económica ni financiera para esa operación. El dinero se lo entregó en efectivo “en un bolso chiquito” en diciembre de 2009, durante un brindis de fin de año que se llevó a cabo en el Edificio Libertador. Al menos otras seis personas habrían presenciado esa entrega. Ninguno de los dos había asentado la existencia del préstamo en las declaraciones juradas impositivas. Para los investigadores judiciales que llevaron la causa, ese préstamo no existió.
La fiscal Fabiana León había pedido en sus alegatos que Milani fuera condenado a tres años de prisión en suspenso, al pago de una multa de 200 mil dólares y al decomiso de la vivienda. Por su parte, Alejandro Rúa, abogado del ex jefe del Ejército, había solicitado su absolución.
En septiembre del 2022, por unanimidad, el Tribunal Oral Federal 7 -integrado por los jueces Enrique Méndez Signori, Germán Castelli y Fernando Canero- lo absolvió a Milani. “No ha logrado desbaratar los argumentos brindados por las defensas de los imputados Milani y Barreiro; y en consecuencia, no es posible alcanzar un estado de certeza apodíctica respecto de la responsabilidad de César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani en los hechos por los que fue acusado”, dijo el tribunal, más allá de criticar la información volcada por Milani en la declaración jurada sobre sus bienes de 2010.
Pero la fiscalía apeló y la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal anuló la absolución y ordenó dictar una nueva resolución por entender que los jueces que conformaron la mayoría del tribunal oral valoraron de manera parcial la prueba y que, por ende, la absolución había sido arbitraria. La decisión quedó en manos de otros jueces: Daniel Obligado y José Antonio Michilini y Ricardo Basílico
En un voto conjunto, los jueces Michilini y Obligado sostuvieron que “la falta de certezas que determinaron a los distinguidos colegas del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 7 de Capital Federal, a resolver en su oportunidad, la absolución del aquí imputado, no pueden disiparse con aquella prueba que se encuentra incorporada al expediente y aquella otra que fuera producida en el debate oral y público”. Según afirmaron, “aún superando el pretendido análisis conjunto y entrelazado de los elementos de cargo, no se verifica en el caso la hipótesis sostenida por la fiscalía en su alegato y al momento de ratificar su recurso de casación”.
Para los jueces, la teoría de que el “mutuo” fue exclusivamente creado por Milani, para mejorar su situación judicial, puede considerarse, a partir de la fecha de cierre de ese documento, “como desacertada”. Y señaló que “no quedan dudas de la existencia del brindis a fines de 2009, en las vísperas de la Navidad, en el marco del cual Milani había dedicado unas palabras de agradecimiento a su amigo Eduardo Barreiro y donde le habría entregado el dinero”.
Según concluyeron, “la prueba analizada y producida en el marco de esta causa, ha derribado la versión con la cual Milani, pretendiendo evadir su responsabilidad, intentó explicar el origen de los fondos -y su licitud- con los cuales pudo adquirir finalmente la vivienda de la calle O´Higgins”. Es que, se afirmó, “el imputado contaba con la capacidad económica para adquirir la casa de la calle O´Higgins, aunque, como explicó adecuadamente su defensa, no contaba con la liquidez necesaria, la cual fue obtenida a partir del préstamo de dinero efectivo”
En minoría votó Basílico por la condena. “Discrepo muy respetuosamente con la solución absolutoria a la que arribaron mis distinguidos colegas”, sostuvo Se “acreditaron determinadas circunstancias fácticas que fueron constantes y coincidentes en todos los testimonios y que han dado cuenta, en consecuencia, de un importante marco probatorio sobre el cual permitirá analizar las respectivas responsabilidades de los imputados en autos”
Según resaltó, “en esa línea de ideas, cabe reafirmar la credibilidad de las personas que declararon en autos, descartando cualquier intento de sospecha sobre la objetividad de su testimonio o algún condicionante al respecto. A modo de corolario entonces, nada impide que en base a tales testimonios se llegue a un juicio de certeza siempre que al ser examinados se lo haga a la luz de las reglas de la sana crítica”.
“En efecto, corresponde en primer lugar dejar en claro los hechos ilícitos que se evidenciaron de acuerdo con el análisis de la prueba, cuyo rol protagónico debe asignársele al encartado Milani, en calidad de autor del delito de enriquecimiento ilícito de funcionario público. En tal sentido, se ha demostrado que Milani incrementó de manera apreciable su patrimonio, en forma ilícita e injustificada, durante el período en el que ejerció la función pública en el Ejército Argentino, comprendido entre el año 2001 y el año 2013; siendo que en concreto las inconsistencias se verificaron en el período de 2009 a 2011, de acuerdo con los gastos y bienes declarados, los que no se correspondían ni encontraban sustento en los ingresos declarados”, afirmaron.
Para el juez que votó en minoría, “no existe justificativo legítimo que permita aceptar que Milani omitiera agregar un incremento patrimonial que, incluso a él mismo le resultó tan relevante, tal cual lo expresó en sus manifestaciones y también en el círculo íntimo de su vida diaria”. Y en base a eso, Basílico opinó que Milani debía ser condenado a la pena de dos años y seis meses de prisión de ejecución condicional, multa del cincuenta por ciento del valor del enriquecimiento, inhabilitación absoluta perpetua y costas, por considerarlo autor penalmente responsable del delito de enriquecimiento ilícito.
Es posible que, frente a la disidencia, la fiscalía vuelva a apelar ante la Cámara Federal de Casación Penal la nueva absolución.